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Razones

El visitante del Sahara

Desde la mitad de junio hasta mediados de agosto, la arena formada sobre el desierto se traslada miles de kilómetros en su recorrido de cada año.

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Mapa con avance del polvo del Sahara hacia el hemisferio occidental.
La imagen corresponde al martes 10 de junio, a las 8:00 a. m. Como puede apreciarse, Cuba aparece despejada completamente de nubes de polvo del Sahara. (Foto: Tomada de Internet)
Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
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30 Junio 2025

Como cada año, nubes densas cargadas con polvo del Sahara se desplazan por el Caribe; sin embargo, nubes al fin, no resultan estáticas: llegan y se van, y hasta el martes 10 de junio no se avizoraba un nuevo acercamiento a nuestro territorio.

Amaury Machado, jefe del grupo de Pronósticos del CMP de Villa Clara.
«Tuvimos la primera nube entre el 4 y el 5 de junio, y habrá que esperar la próxima», señala Amaury Machado Montes de Oca, jefe del grupo de pronósticos del CMP. (Foto: Ricardo R. González)

Lo confirma el máster Amaury Machado Montes de Oca, jefe del grupo de pronósticos en el Centro Meteorológico Provincial (CMP), quien subraya: «Tuvimos la primera entre el 4 y el 5 de este mes, y habrá que esperar la próxima, mientras las condiciones actuales de la atmósfera son propensas para que se incrementen las probabilidades de lluvias, como ocurrió en la tarde del propio martes en parte del territorio villaclareño. Solo en Santa Clara se reportaron 110 mm en apenas dos horas.

Memorándum

— La llegada del polvo del Sahara no es algo contemporáneo. Ocurre desde hace miles de años, a consideración de los expertos, y forma una nube de entre tres y cinco kilómetros de espesor a una altura de uno a dos kilómetros en la atmósfera.
— Estas tormentas de polvo tardan de cinco a diez días en cruzar el Atlántico, sin descartar eventos consecutivos con durabilidad de hasta 20 días.
— Las partículas de mayor tamaño se depositan cerca de África, mientras las menores continúan en movimiento a través de la atmósfera.
— Esta masa de aire seco, cargada de arena, se forma sobre el desierto del Sahara al final de la primavera, el verano y principios del otoño. Generalmente, se mueve hacia el oeste sobre el océano Atlántico tropical.

«Estas precipitaciones se mantendrán en los días venideros, y pueden acom­pañarse de caída dispersa de granizos y tormentas eléctricas. Estas últimas demandan máximas precauciones ante los lamentables sucesos ocurridos recientemente, que ocasionaron la pérdida de vidas de niños».

No es menos cierto que la presencia de esta capa de polvo en la atmósfera actúa como un inhibidor de las lluvias y complica el panorama hídrico en un país que enfrenta una sequía, por lo que las altas temperaturas y la inestabilidad climática mantienen sus impactos.

Muchos preguntan si el polvo del Sahara aumenta la temperatura. La meteoróloga villaclareña Sandra Ruiz Martín explica que «no incrementa los valores registrados en los termómetros que, de hecho, ya están elevados. Al influir sobre el área geográfica, las concentraciones del polvo seco y cálido repercuten sobre la sensación térmica, por lo que experimentamos un calor sofocante debido a la baja humedad y la ausencia de precipitaciones».

La vigencia de la nube sahariana se refleja en las tonalidades que adopta el cielo al perder su azul intenso para vol­verse blanquecino o rojizo, y arrastrar una bruma limitante de la visibilidad a largas distancias.

De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, más de 100 millones de toneladas se levantan cada año desde el desierto, y buena parte llega a Europa y América.

Meteoróloga villaclareña Sandra Ruiz.
La meteoróloga Sandra Ruiz Martín considera que la nube de polvo del Sahara repercute sobre la sensación térmica, «por lo que experimentamos un calor sofocante por la baja humedad y la ausencia de precipitaciones». (Foto: Ricardo R. González)

El arribo a nuestro continente no cons­tituye un hecho inusual. Ocurre varias veces al año y aumenta su presencia a mitad de junio, para alcanzar la mayor dimensión desde fines de este mes hasta mediados de agosto, en que comienza a disminuir.

Estudiosos e investigadores consideran que en el período de mayor actividad esa capa de aire llega a la Florida, América Central y Texas, y cubre enormes áreas del Atlántico, equivalentes a los territorios de los Estados Unidos y Canadá juntos.

Lo que reclama atención

Si bien el polvo del Sahara causa efectos que pudieran resultar nocivos para la salud, no todo es perjudicial. Una nueva investigación concluye que al viajar a mayor distancia se benefician las especies marinas en la supervivencia oceánica, al tiempo que reporta cierta mejoría en el clima del planeta.

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— La nube de polvo del Sahara contiene elementos nocivos para la salud y otros que benefician determinados sectores. Según estudios, su arribo es esencial para fertilizar los suelos del continente, con énfasis en la zona del Amazonas.
—En esta área también restaura el fósforo, y restablece los nutrientes de bosques y selvas a lo largo del continente. Además, inhibe la formación e intensificación de ciclones tropicales, considerada una de las ventajas relevantes.
—Su presencia impide el desarrollo de determinado tipo de nubes implicadas en la formación de tormentas y huracanes.
—Visto del otro lado, el problema capital presente en la ola de polvo sahariano radica en que reduce drásticamente la calidad del aire, lo que afecta de manera directa a personas con problemas respiratorios o de alergias, entre otras afecciones, y no permite la llegada de las lluvias.
¿Tenemos o no nuestras Razones?

En cuanto a sus implicaciones huma­nas, provoca picazón, lagrimeo y ardor en los ojos, nariz y garganta, debido a las irritaciones causadas. Se asocian, además, tos acompañada de flemas, rinitis (inflamación de la mucosa nasal), sonidos en el pecho al respirar (sibilancias), dolor o sensación de opresión en este, incluso, palpitaciones. Tampoco se descarta la falta de aire y el cansancio.

No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que el peligro del fenómeno radica en el contenido de bacterias, virus, esporas, hierro, mercurio y pesticidas que presenta el polvo. «Cuando los vientos levantan arena recogen contaminantes al pasar por zonas deforestadas, principalmen­te, de los países subsaharianos».

Las valoraciones médicas consideran que las personas con problemas respiratorios y las inmunodeprimidas resultan las más afectadas.

Precisa la OMS que muchas veces se trata de casos de gripe persistente o alergias sin causa aparente que pudieran guardar relación con el contacto con partículas de origen biológico presentes en estas brumas.

Los mayores cuidados deben ser tomados por individuos afectados por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), sin minimizar la atención a los adultos mayores, las gestantes y los niños.

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