No pocos homenajes y celebraciones ha ganado San Juan de los Remedios durante las últimas jornadas. Entre galas, eventos e, incluso, lanzamiento de bebidas, la ciudad patrimonial se ha convertido en musa de diversas maneras de la creación. Sin embargo, cuando se atrapa la magia y se convierte en olor, los eternos admiradores de la octava villa tienen otro motivo para querer respirarla siempre, para desear que sus esencias habiten pieles y espacios.
En ese empeño, el proyecto de desarrollo local Merca-Max SURL, comenzó a idear una serie de productos con motivo del aniversario 510 de la tierra de Caturla. Yoandy Riverón González, director del PDL, comentó a Vanguardia que, al principio, pensaron en fabricar un jabón inspirado en Remedios.
«Esa idea fue tomando forma. Primero fue un jabón, luego siete, más adelante un perfume y, finalmente, siete fragancias para conmemorar el 510», explicó Riverón González a propósito de la línea de perfumes que se presentó en el remediano hotel Casa Bausá durante los festejos de este 24 de junio.
«Decidimos atrapar las leyendas de la ciudad en fragancias. Por ejemplo, el perfume Parrandas lleva la esencia de la quema de la pólvora, el aroma del tabaco con que se enciende la mecha del volador… Queríamos capturar todo eso que no se puede ver, pero está en el aire, en la memoria colectiva.
«Remedios tiene algo mágico. Su legado trasciende los siglos. Quinientos años después, sentimos la responsabilidad de aportar nuestro esfuerzo. Constituye una manera de recordar, de hacer presente el pasado. Queríamos, también, que las nuevas generaciones pudieran percibir, a través de estos perfumes, los olores que descubrieron los primeros cronistas, las aromas que marcaron la historia. Esta esencia fue creada con mucho cuidado, con el objetivo de representar algo muy propio de la ciudad. No se parece a nada más».
Asimismo, Riverón González reconoció que, si bien existen en Cuba productos identitarios como el café y el tabaco, Remedios también cuenta con elementos que la hacen única, por tanto, nada podía quedar fuera.
El director del proyecto —especializado en la elaboración de jabones de tocador— reconoció que, pese a la dificultad en los inicios, pudieron acceder a laboratorios y materias primas gracias al apoyo de Velamar Importación-Exportación S.L, empresa española que devino socio comercial de M&Max.
«Cada avance fue un golpe de suerte y de trabajo. Más que un proyecto, sentimos que era una obligación: rendir tributo, aportar un granito de arena a esos primeros hombres y mujeres que fundaron esta ciudad piedra a piedra», concluyó Riverón González.
Por su parte, Miguel Martín González, director general de Velamar Importación-Exportación, mostró su satisfacción al colaborar con Remedios y un PDL que apuesta la diversificación de sus producciones.
«Llevamos 25 años en Cuba, hemos apoyado tanto a empresas estatales como privadas. Esta idea nació de la mano de Yoandy y su equipo, y decidimos sumarnos con todo nuestro conocimiento y experiencia en el sector.
«Les dimos acceso a las materias primas necesarias para fabricar los perfumes: desde los extractos, los frascos de vidrio, hasta el soporte logístico y comercial que necesitaban. Nuestros socios comerciales se han convertido en amigos, y eso ha sido fundamental para que este sueño pudiera concretarse.
«Desde el punto de vista comercial, estamos completamente satisfechos. Es un proyecto piloto con mucho potencial, y tenemos grandes expectativas. Queremos que estos perfumes estén presentes en las fiestas populares, que se identifiquen con los momentos de celebración, con la cultura viva», expresó el empresario español.
Aunque Martín González radica en tierras lejanas, asume que esta isla caribeña representa un hogar, pues le recuerda a la España de sus padres y abuelos. Además, se refirió a los negocios con Cuba, destino por el que el presidente de la compañía apostó hace 25 años:
«Ahora me toca continuar ese legado. Aquí los negocios funcionan de una manera distinta: no son solo transacciones, son relaciones. Hay un componente humano, cercano, casi familiar, que hace que todo fluya de otra forma.
Sobre Remedios agregó: «Tiene algo especial. Es una de las ciudades más antiguas del país, y tiene una imagen y un aura muy distintiva. Hay un misticismo en sus leyendas y personajes, y todo eso está presente en los perfumes. Esa propuesta nos pareció fascinante desde el principio».
De fusiones y encantos
Durante el lanzamiento, se instruyó a los invitados acerca de los nombres de cada fragancia, así como de los componentes que confluyen dentro de los pequeños y delicados frascos.
Se trata de siete perfumes basados en la tipicidad remediana y su tradición legendaria: Parrandas, Amantes, Patricio, Güije, Llorona, Corsario y Remedios 510.
Con respecto a este último, el auditorio conoció que mezcla sofisticación y opulencia caribeña, y está diseñado para quienes buscan un aroma envolvente. Remedios 510 combina notas dulces y amaderadas para ofrecer una experiencia sensorial única. Así se describió en los interiores del Bausá.
La fragancia contiene una fusión cítrica de bergamota y lima, lo cual aporta frescura, energía y evoca la brisa cálida de la costa remediana. Otros agregados de lavanda, canela y tabaco otorgan matices relajantes y seductores. El tabaco, en especial, le imprime una sensación de lujo y sofisticación.
Se integran en la base de Remedios 510, haba tonka, vainilla y cedro, cada cual con su contribución particular en una verdadera alquimia de dulzura y refinación.
Más allá de estas siete fragancias, se exhibió la línea de perfumes Acqua D Caña, inspirados en la tradición azucarera de la provincia de Villa Clara.
En una ciudad donde cada piedra guarda un susurro del pasado, ahora también hay aromas que cuentan historias. Las fragancias inspiradas en Remedios no solo evocan leyendas y tradiciones, sino que abren una nueva forma de sentir la memoria. Son perfumes con alma, creados desde la emoción, el orgullo y la pertenencia porque, a veces, el amor por una ciudad también puede expresarse con olor.