
Nada hay ahora mismo más importante que fomentar la producción agropecuaria. La COVID-19 pasará, pero la necesidad de asegurar la alimentación de la población villaclareña será siempre una responsabilidad permanente del Consejo de Gobierno de la provincia, empeñado en garantizar la soberanía alimentaria y la educación nutricional de sus habitantes.
Para impulsar esos propósitos, el gobernador de Villa Clara, Alberto López Díaz, recorrió las tierras de la sabana dominicana; en tanto, la vicegobernadora, Milaxys Sánchez Armas, visitó la comunidad caibarienense de Dolores.
Manacas-Cascajal: polos productivos en desarrollo
Son tierras arenosas de sabana; sin embargo, allí se vislumbra un alentador futuro en cuanto al aporte de una mayor cantidad de alimentos. Incluso, en momentos en que resultan limitados los insumos agrícolas, sobra la voluntad de los trabajadores agropecuarios del municipio de Santo Domingo para echar adelante tan importante estrategia de desarrollo nacional.
El gobernador mostró su satisfacción por lo constatado en el lugar, y en declaraciones a la prensa afirmó: «Se aprecia un buen crecimiento en cultivos como la papa, las plantaciones de maíz y yuca, además del tomate para la industria y la población.
«Hemos comprobado la existencia de un gran compromiso de trabajo, tanto del Partido y el Gobierno del municipio, como de la dirección de la empresa. Han desbrozado unas 300 hectáreas que estaban ociosas desde hacía más de diez años, y emplean el marabú en la fabricación de carbón ».
López Díaz hizo referencia al impacto que ha tenido la Tarea Ordenamiento, cuya instrumentación arribó a su primer mes: «En las granjas se va completando la fuerza de trabajo y se resuelve el déficit de brazos. Ahora se cumple mejor la jornada completa, pues anteriormente se laboraba hasta el mediodía. Asimismo, resulta mayor la productividad del trabajo ».
El recorrido inició en las plantaciones paperas de Manacas unas 30 hectáreas de papa nacional para semilla, y continuó por tierras de la Granja Manacas Sur con la visita a sembradíos de yuca, garbanzos, col, boniato y tomate.

Luego prosiguió por terrenos recién desbrozados de marabú, aproximadamente unas 13.42 hectáreas listas para ser explotadas, tras una década sin uso alguno, y cerró en terrenos de la Granja Urbana de Santo Domingo, aledaña al poblado, donde López Díaz dialogó con trabajadores y se interesó por el costo diario del comedor obrero.
Ya en Cascajal, el gobernador de Villa Clara pudo constatar el buen estado vegetativo de la papa de producción nacional (variedad Romano), lo cual augura una buena cosecha. También recorrió sembradíos de maíz, boniato, calabaza y garbanzo.
«Hemos decidido impulsar, mediante proyectos de desarrollo local, la siembra de garbanzo, así como la creación de casas de cultivo rústicas y de nuevos módulos pecuarios, destinados estos últimos a la cría de conejos, carneros y gallinas », afirmó López Díaz, a la vez que dejó pactado el compromiso de posteriores visitas.
Dolores, un modelo para la seguridad alimentaria
Con el propósito de comprobar los avances del programa encaminado a lograr la soberanía alimentaria y la educación nutricional en el municipio de Caibarién, la vicegobernadora de Villa Clara, Milaxys Sánchez Armas, visitó la pasada semana la comunidad de Dolores, escogida como modelo de dicho programa en ese territorio norteño.
La intención gubernamental se inserta dentro del programa de autoabastecimiento municipal, el cual aspira a lograr las 30 libras per cápita mensual de alimentos, distribuidas en viandas, hortalizas, granos y frutas, así como los cinco kilogramos de proteína por habitante. En consecuencia, la necesidad de potenciar la agricultura urbana, suburbana y familiar formó parte de las cuestiones evaluadas en la visita realizada por la vicegobernadora.
Se pudo apreciar que existe comida en cantidades suficientes para abastecer a los 800 pobladores de Dolores, tanto en variedad como en calidad; un beneficio condicionado por la presencia del polo productivo de igual nombre, perteneciente al Ministerio de la Agricultura, de la Cooperativa de Crédito y Servicios Alberto Pis, y de unos 48 patios y diez parcelas con sus respectivas certificaciones.
Alberto Concepción Cruz, presidente del consejo popular, calificó la comunidad como «una verdadera tacita de oro », con grandes potencialidades para alcanzar los propósitos de la soberanía alimentaria, en particular, de productos del agro, aunque reconoció que todavía están bien distantes de asegurar los volúmenes de proteína previstos.
Luego de la visita del primer ministro Manuel Marrero Cruz, lograron hacer la casa de cultivo rústica que indicó el alto dirigente. También se han instalado 101 teléfonos, hay otros 40 en plan y existe en uso igual cifra de servicios de Nauta Hogar. Todo ello evidencia la prioridad que se le da a dicha comunidad caibarienense, pues la intención es ir más allá de los alimentos y buscar el bienestar integral de la población, para elevar la calidad de vida y reducir el éxodo.

La vicegobernadora insistió en la importancia de cuantificar las producciones de patios y parcelas familiares, así como ofrecer facilidades a las personas para que puedan venderlas dentro de la propia comunidad. Elogió la idea de entregar carnés identificativos para dichos casos, con el debido aval de la Agricultura Urbana y demás autoridades gubernamentales.
Un problema pendiente resulta la siembra de plantas proteicas. También, llevar a vías de hecho una minindustria, para la cual ya se cuenta con el presupuesto del 1 % del Gobierno de Caibarién destinado al desarrollo local.
En la visita se pudo confirmar el buen surtido de la placita y el entusiasmo de los pobladores por hacer sustentable y más sosegada la cotidianidad en esa porción del norte de Villa Clara, limítrofe con la hermana provincia de Sancti Spíritus.
Ambas acciones gubernamentales, tanto del gobernador como de la vicegobernadora, deberán dar sus frutos a mediano plazo. Se trata de una de las prioridades del país y una aspiración dentro de la estrategia de desarrollo económico-social hasta el 2030. En palabras del general de Ejército Raúl Castro: un problema de seguridad nacional, y si se garantizan los frijoles, no importan los riesgos.