La compañía Baila Cuba arribó a sus 15 años de creada, y bajo la guía de su fundador, el bailarín y coreógrafo Yusniel González Broche (Mandy), continúa defendiendo la danza a pesar de obstáculos y dificultades.
La compañía Baila Cuba arribó a sus 15 años de intensa labor en defensa del baile cubano y la danza, en general. (Foto: Usiel Fonseca Castro)
Francisnet Díaz Rondón
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29 Octubre 2024
29 Octubre 2024
hace 1 mes
A sus 42 años de edad el bailarín y coreógrafo Yusniel González Broche (Mandy), ha vivido muchas emociones y también momentos amargos. Pero, como la vida se compone de esas vivencias, ha sabido cómo sortearlas o sobrellevarlas al frente de su compañía Baila Cuba, que el pasado 21 de octubre arribó a sus 15 años de fundada.
Ese día del año 2009 se reunieron a las 2:00 de la tarde en el Consejo Provincial de las Artes Escénicas de Villa Clara para mostrar el naciente proyecto de creación artística. El grupo lo componían bailarines hombres y mujeres; los primeros provenientes de la compañía Danza del Alma, dirigida por el maestro Ernesto Alejo, y las muchachas eran de las primeras graduadas de la especialidad de Danza Contemporánea en la provincia: Sissy Monzón, Ivón Peralta y Rosemary Méndez. También estuvieron otras dos bailarinas de años anteriores del curso de folclor.
Recuerda Mandy que se presentaron ante los especialistas de danza de Artes Escénicas de entonces, Barbarita y Noel Bonilla, junto a otros profesionales del consejo técnico artístico de la institución.
«Mostramos tres coreografías que habíamos montado: El Manisero, Vereda Tropical y Rucu Rucu a Santa Clara. Con esas tres muestras, recuerdo como si fuera hoy, el criterio de evaluación fue que el Consejo Técnico de las Artes Escénicas Nacional dictaminó que estaban en presencia de un joven proyecto que mostraba en escena un alto nivel técnico y, sobre todo, les recordaba la manera de hacer cabaret en Cuba en los años 70 y 80, en que se mezclaba lo académico y lo popular con un nivel de exquisitez.
«Fue una opinión muy positiva y nos dieron una Beca de creación artística durante un año. Baila Cuba surgió bajo el amparo y el ala de Danza del Alma, con la dirección artística mía y general de Ernesto Alejo, quien nos acompañó durante un año», rememora.
No olvida que empezaron su primera creación en la Escuela Profesional de Arte (EPA) Samuel Feijóo, cuando ensayaban luego de la salida de los niños hasta las 9:15 de la noche, horario en que pasaba la guagua de regreso a la ciudad. Al tener ya algo concreto, Mandy le mostró la coreografía a Alejo quien no la aprobó. Con el mundo cayéndole encima el joven creador no se amilanó; cinco meses después volvió a mostrársela y el maestro exclamó: «Eso sí me gusta».
Recuerda Mandy que la idea trataba sobre los orishas, cuya historia versaba acerca de una barca que venía con los españoles y los esclavos. De ahí nació un espectáculo al que más adelante tituló «África mía», que inauguró el repertorio de Baila Cuba, luego de un año tras las cortinas, sin que nadie los viera o conociera.
Pero siempre hay quienes creen en el talento de otros y los apoyan. En su caso recibió respaldo en la casa de cultura Juan Marinello y en la Escuela Vocacional de Arte (EVA) Olga Alonso —hoy Centro Provincial de Superación para la Cultura (CPEA)—, gracias a sus directores de entonces, Pastor Quesada y Xiomara Marchal, respectivamente, así como a Marta Meneses, directora de cultura en Santa Clara quien le cedió su espacio de ensayo.
Baila Cuba ha estrenado más de diez espectáculos de una hora de duración, concebidos con un guion artístico con una sola temática o conformados por diferentes obras, tipo concierto. Entre ellos: Tropicanísimo, Baila conmigo, África mía, De Cuba soy, Tiempos, así como espectáculos de variedades, como uno titulado Una vez más y otro de danza contemporánea llamado Otra suerte. De manera general, la agrupación ha incursionado en una gran variedad de géneros de danza folcórica, varieté, con música en vivo, arte circense, entre otros.
Desde entonces la compañía comenzó a crecer con disímiles presentaciones en Santa Clara, la provincia y otras partes del país, así como en eventos como Para bailar en casa del trompo, el Concurso de Danza del Atlántico Norte y Grand Prix Vladimir Malakhov, en Holguín, o Danza Habana: Movimiento y Ciudad o el internacional Danza en Paisajes Urbanos «Habana Vieja: ciudad en movimiento», estos últimos creados por la maestra Isabel Bustos, entre otros, donde han obtenido múltiples reconocimientos.
—¿Cómo se encuentra Baila Cuba en la actualidad?
—En los últimos años no he podido hacer espectáculos grandes por la carencia de intérpretes. Actualmente, la compañía la integran cuatro bailarines, dos varones y dos hembras, de ellos solo uno contratado de manera oficial, y los demás estudiantes de práctica. También hay un joven bailarín que conocí en el mundo popular del carnaval y ya lo preparo en la superación de su nivel técnico.
«Desde hace tres años trabajo con un pequeño elenco durante diez meses, que luego se van, y me llegan otros bailarines que hacen lo mismo. No me dura nada, no hay permanencia, y hay que volver a rehacer la compañía. Tengo muchos temores en ese sentido, porque puede atentar contra la existencia de Baila Cuba.
«Hay dos colectivos de trabajo: uno técnico —incluye la realización, producción artística, maitre, jefe de escena, entrenadores, luminotécnicos, vestuarista, maquillista, sonidista, utilero…— que prepara y organiza todo el proceso logístico y administrativo; y el otro es el artístico que incluye los bailarines y el coreógrafo(a). Pero se deshace con mucha facilidad.
«Las compañías existen porque existen los bailarines, y se necesita darle atención, valor e importancia a su trabajo. El pago dentro del sector de la cultura, el pago estatal, pienso que debe ser reconsiderado. Lo que se remunera a los primeros bailarines, que solo ganan 5000 pesos, los maestros 3000 y los recién graduados 2000. Y creo que es un tema que debe ser reevaluado por nuestro Ministerio de Cultura y el Gobierno».
«La enseñanza artística en la provincia cada año gradúa estudiantes jóvenes. Gracias a eso en su mayoría de las compañías se nutren de estos egresados que en su último año hacen sus prácticas profesionales, etapa en que conocen ese mundo, cómo funciona, cómo se hace un espectáculo, la caracterización de un personaje, cómo bailar con superioridad una obra artística.
«El lenguaje de la danza es corporal, lo que sea capaz de mostrar un bailarín en el escenario. Los últimos años ha sido muy efímera porque los jóvenes apenas están diez meses y luego se van. Algo que está ocurriendo desde hace un tiempo, no solo aquí en Santa Clara, sino en el país. Las ofertas artísticas que hacemos son muy buenas, pero quizás la motivación e intereses no cubren sus expectativas.
«De momento trabajo sobre la marcha con muchas dificultades, porque los artistas son muy efímeros, se marchan. Están conmigo durante el proceso de graduación, egresan y no se incorporan al servicio social, con variadas excusas. Entonces voy haciendo coreografías de pequeño formato, mediáticas, que son muy lindas pero efímeras, desaparecen. No se quedan para mostrarlas y llevarlas a los escenarios durante un tiempo. Las obras coreográficas existen porque se reponen en escena, una y otra vez, pues el arte de la danza si no se muestra, no existe.
«Tengo un sueño en espera, un espectáculo, que por ahora no va a ser posible, titulado “Tierra negra”, el cual concebí con un elenco de bailarines que no existe hoy, no tengo, y también de acróbatas y músicos. Defiende la cultura africana desde el canto a la vida, a la libertad, a la paz. Un espectáculo muy fuerte que me proyecté siempre en mi mente, en mi visión de creador.
«He reunido fuerzas en los últimos meses, porque en el verano no pude apenas trabajar como hubiese querido en las comunidades. Me presenté en solitario y sigo sacando lo mejor de mí, pero ya no es como antes, el cuerpo no me lo permite. Luego, en septiembre, llegaron las dos niñas y el bailarín Harold, también proveniente de Danza del Alma, a quien le agradezco infinitamente su colaboración con todo su talento.
«Así surgió la idea de buscar músicos para hacer un espectáculo por el aniversario 15, en el marco de la Fiesta Internacional de la Danza, pero por la contingencia energética se pospuso. Pensé que podía hacerlo con la invitación de otros proyectos artísticos y compañías, como Danza del Alma, (Conjunto Folclórico) Oché, alumnos del CPEA, y la agrupación Nuestra América, dirigida por la maestra Marta Meneses, quien siempre nos ha apoyado. Haremos un espectáculo muy bonito, con estrenos de cada uno de los colectivos y aprovechando a los jóvenes que llegan nuestras agrupaciones para hacer nuevas creaciones».