Inteligencia artificial: las ventajas del desarrollo

La ciencia contabiliza muchos ejemplos de inteligencia artificial que ya forman parte de la vida cotidiana de las personas. Esta tecnologí­a ayuda en las tareas del dí­a a dí­a y, según los informes sobre el tema, sus aplicaciones se incrementarán exponencialmente en los próximos años.

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Gráfico sobre la inteligencia artificial.
(Foto: Tomada de Internet)
Victoria Beatriz Fernández Herrera
Victoria Beatriz Fernández Herrera
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24 Septiembre 2022

Aunque las pelí­culas de Hollywood representan la inteligencia artificial (IA) mediante el cliché de los robots que se apoderan del mundo, la evolu ­ción actual de las tecnologí­as resulta menos aterradora. Las predicciones del empresario Elon Munsk o el genio Stephen Hawkings sobre una posible rebelión de las máquinas aún constituyen una utopí­a tecnológica.

Lograr que una máquina posea una inteligencia similar a la humana irrumpe como uno de los objetivos más ambiciosos que se ha planteado la ciencia. No obstante, existen aparatos inteligentes que sustituyen la actividad del hombre, ofrecen beneficios en áreas especí­ficas y se han convertido en imprescindibles para la vida cotidiana.

La historia  

 La IA se incluye dentro de las ciencias de la computación y se encarga de la programación de máquinas inteligentes que realizan determinadas tareas de forma automática, sin necesidad de que las personas supervisen su trabajo.

Su origen más primigenio se remonta a la década de los 30 del pasado siglo. Alan Turing, padre de la IA y precursor de la informática moderna, ingenió numerosas soluciones basadas en la computación y el uso de algoritmos, para la previsión y prevención de fenómenos particulares.

El resultado más relevante de Turing permitió descifrar los mensajes ocultos que los nazis enviaban a través de la máquina Enigma durante la II Guerra Mundial y, en consecuencia, aseguró la victoria al bando contrario.

Pese a los aportes del matemático britá ­nico, el término IA se acuñó en 1956 durante la conferencia «Proyecto de investigación de verano de Dartmouth sobre inteligencia artificial », conocida como la Conferencia de Dartmouth. Los cientí­ficos John McCarthy, Marvin Minsky, Nat Rochester y Claude Shannon, fundadores de este nuevo campo de estudio, basaron su presentación en la siguiente pregunta: ¿Los expertos serí­an capaces de describir el aprendizaje y la inteligencia humana con suficiente detalle como para después poder ser reproducidos mediante un ordenador?

Teléfono inteligente.
(Foto: Tomada de Internet)

Si bien las ideas sobre los sistemas expertos de inteligencia resultaban muy avanzadas, ni el hardware ni el software existentes podí­an ocuparse de los cálculos necesarios a un costo y en un tiempo razonables. Pese a las limitaciones, Minsky y McCarthy fundaron el Laboratorio de Inteligencia Artificial del Instituto Tecno ­lógico de Massachusetts (MIT), en 1959.

En la década de los 60, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos mostró interés en este tipo de trabajo y comenzó a entrenar computadoras para que imitasen el razonamiento humano básico. Por ejemplo, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (DARPA por sus siglas en inglés) creó asistentes personales inteligentes mucho tiempo antes del surgimiento de las populares Siri, Alexa o Cortana.

No obstante, en el desarrollo de agen ­tes inteligentes, uno de los más famosos resulta el icónico ordenador Deep Blue, de IBM, el cual, en 1997, consiguió ganarle una partida de ajedrez al entonces campeón mundial, Gari Kasparov.  

 Estos proyectos constituirí­an la antesala de la automatización y el razonamiento formal de las computadoras actuales, incluyendo sus sistemas de soporte para la toma de decisiones y de búsqueda inteligentes.

Cinco ejemplos populares de la IA  

 Aún hoy, la ciencia continúa inmersa en lo que podrí­a denominarse «la edad de oro de la inteligencia artificial ». Cada vez con mayor frecuencia, se aprovecha la tecnologí­a para mejorar la eficiencia de determinados sectores de la economí­a, automatizar procesos complejos y ofrecer soluciones ágiles a problemáticas en las que el ser humano emplearí­a mucho más tiempo.

La IA superó la simple simulación de tareas para convertirse en una herramienta eficaz tanto para la optimización de recursos y el tratamiento de datos masivos como para el ocio personal o colectivo.

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Vanguardia recopiló algunas de las tecnologí­as más utilizadas por usuarios de todo el planeta. Aunque estas, quizá, no evidencien la más alta gama de artefactos de IA, sí­ poseen una aplicación práctica y evidente en la vida diaria del ser humano:  

  1. Asistentes de voz

Algunos como Google Home, Amazon Echo, Siri o Alexa constituyen ejemplos de IA presentes en muchos hogares. Estas máquinas utilizan el procesamiento de lenguajes naturales para interpretar qué es lo que se les comunica y, de este modo, responder a las necesidades humanas, ya sea de forma verbal o mediante la ejecu ­ción de una acción concreta.

A través del algoritmo anterior, la persona le comunica al asistente «Alexa, reproduce “tal” canción » y, automáticamente, comienza a sonar el tema musical.  

  1. Smartphones o teléfonos inte ­ligentes

El smartphone resulta otra de las máqui ­nas que utilizan la IA de forma constante. Aunque estos aparatos también tienen in ­corporados asistentes de voz que responden a las peticiones de los usuarios, la integración de la IA va mucho más allá y abarca acciones que ni siquiera percibimos.

Teléfono inteligente.
(Foto: Tomada de Internet)

Por ejemplo, al seleccionar el Modo Retrato de la cámara de fotos, el propio teléfono arregla la imagen de manera automática hasta lograr el mejor resultado posible. Esta simple acción, que solo requiere dos o tres segundos, también constituye un efecto de la IA.  

  1. Análisis de hábitos

Esta consecuencia directa de los estudios de la IA se ocupa de analizar los datos que produce una persona de forma conti ­nua y que permiten conocer sus prácticas particulares.

Gracias a la combinación de tecnologí­a big data e inteligencia artificial, se analizan los hábitos de consumo de cada sujeto y se le ofrece contenido personalizado. Esta tecnologí­a se vincula, directamente, con lo relativo a la publicidad, y el consumismo tí­pico de paí­ses desarrollados y con economí­as de mercado.  

  1. Aplicaciones médicas

Aunque las aplicaciones médicas de la IA no resulten frecuentes en la cotidianidad, sí­ se emplean en muchos hospitales. Gracias a la inteligencia artificial, las máquinas trabajan mano a mano con los doctores y cirujanos, y logran llegar hasta donde el ojo clí­nico del médico no consigue hacerlo. De esta forma, existen desfibriladores, aparatos quirúrgicos y máquinas de diagnóstico que ofrecen mejores resultados.

  1. Optimización de rutas

Con un papel clave en el sector de la logí­stica, las IA encargadas de la optimi ­zación de rutas ofrecen la mejor alter ­nativa para desplazarse. A partir de la comparación de datos se incluyen desde fundamentos geográficos hasta reportes de las condiciones meteorológicas o de información relativa al tráfico, la persona planifica sus recorridos con mayor comodidad y anticipa los problemas que puedan presentarse.

De hecho, gracias a aplicaciones como PlannerPro by Beetrack, se conciben y diseñan las rutas de reparto de la manera más eficiente posible, garantizando la optimización de los recursos disponibles y ofreciendo la mejor calidad de servicio a los clientes.

La ciencia contabiliza muchos ejemplos de inteligencia artificial que ya forman parte del dí­a a dí­a de millones de ciudadanos. Esta tecnologí­a ayuda en las tareas diarias y, según los informes sobre el tema, sus aplicaciones se incrementarán expo ­nencialmente en los próximos años.

La IA en Cuba

Abordar el tema de la aplicación de la inteligencia artificial en la Mayor de las Antillas podrí­a considerarse un acto de extremo optimismo en medio de la difí­cil situación económica que atraviesa el paí­s. No obstante, el talento y la innovación han caracterizado el actuar del cubano desde tiempos inmemoriales y, aun ­que con lento caminar, también se han logrado avances significativos en esta rama de las ciencias informáticas.

Para profundizar en las investigaciones nacionales sobre la IA, Vanguardia conversó con el Dr. C. Rafael Bello Pérez, director del Centro de Investigaciones de la Informática (CII) de la Universidad Central «Marta Abreu » de Las Villas (UCLV), y miembro de la Academia de Ciencias de Cuba.

«Hoy, el paí­s trabaja en lograr la transformación y optimización de los principales procesos socioeconómicos mediante el uso de la informatización y las comunicaciones. La mayorí­a de los temas que nos rodean y nos afectan constituyen problemas no estructurados, o sea, no poseen un algoritmo especí­fico para su solución. Esta caracterí­stica hace imposible utilizar el enfoque clásico de la computación para resolver la problemática y, entonces, requiere de la IA ».  

  ¿Cuánto se ha avanzado en el estudio y aplicación práctica de la IA en los procesos socioeconómicos del paí­s?

Los procesos cubanos, sobre todo en la parte industrial y agropecuaria, poseen un nivel tecnológico bajo y aún no deman ­dan la introducción de las técnicas de IA.

«Por ejemplo, la llamada Industria 4.0 resulta una nueva fase en la revolución industrial que combina técnicas avan ­zadas de producción y operaciones con tecnologí­as inteligentes. Sin embargo, el desarrollo tecnológico de nuestra empresa es atrasado y no posee la infraestructura necesaria para introducir este tipo de maquinaria; por eso, en gran medida, las aplicaciones en el paí­s resultan escasas.

«No obstante, sí­ se progresa en el campo de la introducción de la agricultura de precisión, un esquema que parte del establecimiento de una infraestructura de datos espaciales (IDE) para la gestión agrí­cola ».

El Dr. C. Bello Pérez considera que los resultados para facilitar el manejo de la COVID-19 también han sido significativos. Durante el perí­odo de enfrentamiento a la pandemia se trabajó en el desarrollo de modelos para el pronóstico y evaluación de la enfermedad, incluyendo los análisis desde la perspectiva de la geolocalización y de la influencia de los factores climáticos.

Además, se realizó un estudio de métodos para la clasificación de la gravedad de los pacientes y el decurso de su evolución, la evaluación de resultados en aplicacio ­nes informáticas y el estudio de movilidad basados en análisis de grandes volúmenes de datos.

En Cuba, la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverrí­a (Cujae), la Universidad de La Habana (UH), la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), la Universidad de Camagí¼ey, la Universidad de Oriente (UO) y la UCLV, en coordinación con empresas e institutos de investigación, estudian y desarrollan proyectos de IA.

Sistemas de videovigilancia, programas de salud y de procesamiento de textos, software con diferentes funciones como el desarrollo de la agricultura y otros sectores constituyen algunos ejemplos de los avances del paí­s en ese campo.  

Aún resta un largo camino por andar para alcanzar el progreso digital; sin embargo, el futuro promete importantes descubri ­mientos y aplicaciones novedosas.

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