Muchos afirmaron, incluso antes de iniciar el torneo, que la fase de grupos de la FIFA Club World Cup sería para los europeos un paseo ameno, similar a un jardín de rosas sin espinas. Especialistas y medios de comunicación aseguraron que se jugaría un evento de puro trámite, con partidos sin contratiempos, de poco fútbol y escaso atractivo.
Sin embargo, los clubes del Sur de América se dieron a la tarea de contrariar al rival del Viejo Continente. Hace dos semanas, Boca, River Plate, Fluminense, Flamengo y Botafogo son noticias gratificantes. Aludiendo a su estilo sin balón, agresivo y de contacto físico, los ancestros del fútbol sureño mantuvieron el invicto hasta el encuentro entre Boca Juniors y Bayern Múnich, el pasado 20 de junio.
Caer con las botas puestas fue la premisa de los guerreros incas. En el Hard Rock, de Estados Unidos, los argentinos lograron el empate al 68' con gol del capitán Gonzalo Merentiel, pero el talento de Michael Olise dio la victoria al conjunto alemán a falta de siete minutos del final. En este partido, amén de los jugadores y su desempeño, se disfrutó de una afición fiel, enardecida, presente. Las cámaras solo podían captar rostros de alegría, cánticos, euforia. En el Hard Rock se vivió una noche mágica sin ser final ni predios definitorios. Es que el fútbol de este lado del Atlántico tiene un toque especial, una fuerza extra, basada en la pasión por el juego y el amor a la camiseta.
Siguiendo el recorrido por las actuaciones relevantes quedamos en tierras de campeones, pues otro histórico del continente viste colores albicelestes. El River Place inició con buen pie el certamen al ganarle 3-1 al Urawa Red Diamonds. Así mismo, el campeón de la Libertadores rompió la maldición del monarca europeo y terminó agenciándose la victoria 1-0 sobre el PSG de Luis Enrique. Con este éxito, el Botafogo dio al traste 13 años de derrotas ante el campeón de la Champions League y es líder absoluto del Grupo A.
Lo más relevante de esta actuación corresponde a la historia más reciente del club brasileño. Hace solo cinco años descendieron a la segunda división del Brasileirao para regresar a la primera división en 2021 como campeones de la Serie B. En 2022 clasificaron a la Copa Sudamericana y en 2023 lograron el cupo a la Copa Libertadores, luego de seis años de ausencia. Para el 2024 llegaría la primera Copa Libertadores de sus vitrinas y el tercer campeonato de la Serie A del Brasileirao después de 29 años.
Otra clase de entrega y visión de juego la aportó el Flamengo de la samba y el carnaval. A título de remontada, los brasileros sacaron el triunfo ante el Chelsea (3-1) en la segunda fecha del Grupo D en el Mundial de Clubes. Bruno Henrique, Danilo y Wallace Yan anotaron para el Mengão, que ya está en la fase de octavos de final, luego de permanecer invictos en el inicio de la competición.
El Mundial de Clubes 2025 ya escribe su propia historia. A estadio lleno y respaldo popular, los conjuntos del continente mantienen a su favor el jugador 12 en la alineación del encuentro. Sin precedentes pronosticados ni ego enaltecido, los sudamericanos han demostrado el valor de fútbol. En estos momentos, las brechas entre Europa y América son limitadas. Los de la tierra de Maradona y Pelé tienen el clima, las canchas y el calendario competitivo en liga nacionales a su favor. Solo resta esperar el término de la fase de grupos para seguir la senda de los de casa. Sudamérica da golpe de autoridad y recuerda que, en cuestiones futbolísticas, este sigue siendo el territorio más difícil.