Aborto seguro: Entre la lucha y el derecho (+Video)

Millones de mujeres en Latinoamérica y el mundo reclaman sus derecho sexuales y reproductivos para decidir sobre el término anticipado de un embarazo. En Cuba la realidad adquiere matices diferentes. 

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
Las mujeres en América Latina se movilizan para exigir la legalización del aborto en sus países. (Foto: CNN)
Laura Seco Pacheco y Miriam Elisa Peña López
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14 Diciembre 2020

Imelda Cortez tení­a 12 años cuando su padrastro comenzó a violarla. Fueron años de maltratos y chantajes emocionales. «Tú ya no puedes “pegar” hijos », le dijo el hombre un dí­a y ella, entre el miedo y la ignorancia, lo creyó. Por eso no sospechó que aquellos dolores de barriga repentinos provení­an de su retoño pugnando por nacer.

En la letrina de su casa rural dio a luz. Ella terminó en el hospital en medio de una hemorragia y a la beba la rescataron horas después de la fosa séptica.

Imelda aún no habí­a cumplido 20 años y se le acusó de homicidio agravado tentado. La sospecha de intento de aborto fue suficiente para que la fiscalí­a tomara la decisión. De nada sirvió que la defensa hablara de una «negación del embarazo », condición registrada médicamente y que puede resultar causa de la violencia sexual.

Luego de un año y siete meses en prisión fue puesta en libertad. Aún espera que los tribunales le devuelvan a su hija.

(Ilustración: Erick Flores Herrera)

Imelda Isabel Cortez Palacio no es cubana. Vive en El Salvador, uno de los cinco paí­ses en el mundo donde el aborto está completamente prohibido, sin importar las circunstancias. Las leyes restrictivas de esta nación a menudo vulneran los derechos sexuales y reproductivos de la mujer. Imelda, tristemente, no es el único caso en su paí­s. Tampoco lo es ni en Latinoamérica ni en el mundo.

En Cuba la realidad adquiere matices diferentes. Aunque el derecho al aborto no está inscrito en una ley, se le garantiza de forma legal y gratuita, hasta las diez semanas de  gestación, a la mujer que así­ lo disponga; en caso de las menores de edad, con el debido consentimiento de su tutor legal.

El derecho de las féminas a decidir sobre su cuerpo es uno de los logros fundamentales de los últimos 50 años en materia de feminismo, equidad de género y derechos sexuales en Cuba. En 1965, el aborto fue establecido como derecho legal y asistido dentro de los servicios médicos.

En el Código Penal de 1979, el Artí­culo 267.1 solamente penaliza el aborto ilí­cito, entendido cuando se comete por lucro, se efectúa fuera de las instituciones oficiales o se realiza por persona que no es médico o sin el consentimiento de la grávida.

Amén de que sea un derecho femenino no se puede andar con pasos ligeros a la hora de decidir sobre el término anticipado de un embarazo. El aborto no debe constituir un método anticonceptivo más allá de las cuestiones éticas y morales de cada individuo por los grandes riesgos que implica para la salud fí­sica y psicológica de la mujer.

Aunque se han reducido a la mitad las cifras de estos procederes en la isla, e incluso la tasa se puede comparar con las de paí­ses del primer mundo, los 73 661* realizados el pasado año   continúan siendo demasiados para una nación que incluye la educación sexual desde los primeros niveles escolares.

Dos embarazadas fallecidas en igual perí­odo puede parecer poco representativo para un paí­s, estadí­sticamente hablando, pero sintetizan un riesgo latente, además de un dolor enraizado en el seno de las familias.

El lema feminista que moviliza a millones de mujeres en América Latina, viene como anillo al dedo a los objetivos que en materia de salud se persiguen en la isla: «Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir ».

(Foto: Tomada de internet)

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L. C. quedó embarazada cuando tení­a 13 años, como resultado de violaciones sistemáticas por parte de dos hombres. Al conocer su estado, intentó  suicidarse lanzándose desde la azotea de su casa. La caí­da le causó lesiones en la columna que necesitaban una cirugí­a urgente. La operación fue programada, pero más tarde se le negó por su estado de gravidez.

Su madre pidió un aborto terapéutico, pero los médicos que la atendí­an se lo negaron. El aborto espontáneo llegó tres meses después, pero las lesiones que habí­a  sufrido en la columna ya eran irreversibles. Quedó tetrapléjica.

En diciembre de 2018, 11 años después, el Ministerio de Justicia de Perú pidió disculpas públicas en nombre del Estado e indemnizó a la joven. El gesto, reclamado hasta el cansancio por madre e hija, no le devolviá la capacidad de caminar.

Legal, pero no infalible

En Cuba, el aborto legal, seguro y gratuito por solicitud en los servicios médicos de alto nivel constituye parte inseparable del derecho reproductivo y sexual de las mujeres, ya que equilibró la brecha de géneros y se enarbola como victoria alcanzada por la Federación de Mujeres Cubanas.

Armando Iglesias Yera, especialista en Ginecologí­a y Obstetricia de la Dirección Provincial de Salud Pública en Villa Clara.  (Foto: Cortesí­a del entrevistado)

Por tanto, es interés gubernamental y corresponde al Ministerio de Salud Pública, garantizar esta asistencia con la mayor calidad y seguridad. Así­ lo especificó el Dr. Armando Iglesias Yera, especialista en Ginecologí­a y Obstetricia de la Dirección Provincial de Salud Pública en Villa Clara.

«Antes de la década del 60, las legislaciones cubanas alrededor del aborto tomaban en consideración algunos parámetros: si la concepción habí­a sido fruto de una violación, o la vida de la madre estaba comprometida. Independientemente de las causas que justificaban desde el punto de vista legal la interrupción de la gestación, siempre se practicaron interrupciones clandestinas y muchas mujeres perdí­an la vida o quedaban mutiladas producto de las complicaciones.

«A partir de 1965, el aborto es protegido por el Estado y la condición fundamental para el ejercicio de este proceder es que se practique en condiciones seguras, en una institución de Salud acreditada, por personal igualmente autorizado y entrenado, y bajo estricta autorización de la mujer ».

¿Hasta qué edad gestacional se pueden aplicar los distintos tipos de aborto a solicitud?

Los métodos quirúrgicos instrumentales que se realizan en una institución hospitalaria por dilatación del cérvix y curetaje, que no son los más convenientes, ni los que recomendamos, hasta ocho semanas de gestación equivalentes a 10 semanas de amenorrea (ausencia de la regla).

«El segundo es la regulación menstrual, consistente en una aspiración en la cavidad uterina.
Se efectúa en los policlí­nicos certificados, y puede  practicarse hasta 45 dí­as después de la falta
menstrual, aproximadamente, seis semanas.

«Los métodos medicamentosos, aunque no están exentos de complicaciones, pueden aplicarse hasta las 12 semanas de la amenorrea. En nuestro sistema de Salud se ejecutan con Misoprostol de 200 microgramos, y presenta innumerables beneficios en comparación
con los quirúrgicos.

«Después de estas edades gestacionales, no se realiza la interrupción tardí­a del embarazo a solicitud; únicamente, por indicación médica, cuando existe un peligro real y alto para la vida de la madre ».

¿Cuáles son los riesgos a los que se somete la mujer, aun en condiciones médicas óptimas, al interrumpir un embarazo?

El más frecuente de cualquiera de estos procederes es la persistencia de restos ovulares, con alta incidencia de infección; complicaciones hemorrágicas, lesiones traumáticas como las perforaciones uterinas, y adherencias endometriales de las cuales no escapa el método medicamentoso. En el método quirúrgico, pueden ocurrir complicaciones relacionadas con el uso de la anestesia general, como el paro cardí­aco y la broncoaspiración. Como consecuencia a largo plazo, existe la posibilidad de que la mujer quede infértil por causa obstructiva, o estéril, por la pérdida de la cavidad del útero; si llega a perder también los ovarios hablarí­amos de una incapacidad hormonal, además de que sufrirí­a dolores pélvicos crónicos.

Aunque conceptualmente el aborto no es un método anticonceptivo, la realidad indica que su práctica segura y su legitimación social han llevado a que muchas cubanas lo asuman como tal...

No es un método anticonceptivo conceptualmente porque interrumpe una gestación que ya existe, y su razón es evitar que se produzca la concepción. Uno de los principales objetivos de las autoridades sanitarias radica en disminuir las interrupciones voluntarias susceptibles de ser evitadas, ya sea por decisión de la mujer o la pareja, poniendo a su disposición, de la manera más accesible, métodos anticonceptivos seguros y eficaces, que permitan prevenir a través de la educación sexual y reproductiva, la gestación irresponsable e indeseada.

«En nuestro paí­s se crearon consultas de planificación familiar en todas las unidades de Salud. Allí­ se le brinda a la mujer orientación para planificar su familia e, incluso, hasta la posibilidad de elegir un método anticonceptivo ideal para ella y su pareja. Sin embargo, nos damos cuenta de que muchas llegan a solicitar el aborto sin antes recurrir a estos espacios.

«Para la salud sexual y reproductiva resulta indispensable la oferta de anticonceptivos. En este momento no contamos con una amplia gama de DIU (dispositivo intrauterino) para elegir, pero sí­ hay disponibilidad en nuestro servicio. Las farmacias tienen en venta más de un tipo de tabletas anticonceptivas. En cuanto a los anticonceptivos de barrera, es decir, condones, es cierto que no ha habido disponibilidad en la red de farmacias de la provincia desde el primer trimestre del año. Sin embargo, resalta el hecho de que descendió la cifra de interrupciones a solicitud en comparación a la última década, con una marcada reducción en el transcurso de 2020 ».

«En ningún caso se debe promover el aborto como método de planificación de la familia. Se insta a todos los gobiernos y a las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales pertinentes a incrementar su compromiso con la salud de la mujer, a ocuparse de los efectos que en la salud tienen los abortos realizados en condiciones no adecuadas como un importante problema de salud pública y a reducir el recurso al aborto mediante la prestación de más amplios y mejores servicios de planificación de la familia (...) » (ONU, 1994: 56)

ONU. (1995). Informe de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo. El Cairo, 5 a 13 de septiembre de 1994, (A/CONF.171/13/Rev.1). Nueva York.

Entonces, ¿falta educación sexual en Cuba o habrá que diversificarla?

La Educación Sexual del paí­s sí­ es vasta, fundamentada en el acceso a la información en todos los niveles. De lo que no me convenzo es de que la percepción para utilizar esa formación para el bien sea la correcta. Dentro de los programas del Ministerio de Educación se habla de anticoncepción y de embarazo precoz desde los primeros niveles.

¿En qué necesitamos insistir e incidir? Sobre la comunidad de padres, que deben velar por la expresión responsable de la sexualidad de sus hijos adolescentes. Al final, cuando se realiza una interrupción de la gestación a solicitud, padres o tutores tienen el peso mayor al firmar el consentimiento informado.

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Lucí­a tení­a 11 años. Fue entonces que descubrió su embarazo de 16 semanas producto del abuso sexual por parte del esposo de su abuela. Las leyes de su natal Argentina amparan el aborto en caso de violación o peligro para la vida de la gestante. La niña, por su corta edad, cumplí­a ambos requisitos.

Así­ lo solicitó. Su madre la apoyó en todo momento y el artí­culo 86 del Código Penal debí­a ampararla. Según reseñó un diario local la menor declaró ante una psicóloga: «Quiero que me saquen esto que me puso adentro el viejo ». Como consecuencia del trauma, hizo varios intentos de suicidio.

Los médicos se negaron a realizar el aborto y la obligaron a esperar a las 24 semanas para practicarle una cesárea, a pesar del reclamo internacional. La bebé, Esperanza, murió cuatro dí­as después.

Fuente: www.brasildefato.com.br  (Infografí­a: Erick Flores Herrera)

Pérdidas

«Ese sonido todaví­a no se me olvida », comenta una entrevistada que prefirió mantenerse en el anonimato al recordar su única regulación menstrual, hace más de 20 años.

Los riesgos psicológicos, al igual que los fí­sicos, pueden ser a corto, mediano y a largo plazo. «En caso de que queden restos o haya infección y se proceda a un reingreso, viene la preocupación por el estado de salud y el estrés de la paciente. O puede también sufrir una inflamación pélvica, que constituye una limitación en su desarrollo y vida personal y sexual », refiere la licenciada Estrella Rodrí­guez Luna, psicóloga del hospital universitario ginecobstétrico Mariana Grajales.

Estrella Rodrí­guez Luna, psicóloga del hospital universitario ginecobstétrico Mariana Grajales.  (Foto: Miriam Elisa Peña López)

Según refiere la especialista, las afectaciones a la psiquis inician previo al proceder médico, pues muchas mujeres se ven abandonadas por sus parejas ante la noticia de la concepción, o no cuentan con el apoyo de estas a la hora de tomar tan difí­cil determinación.

Un estudio publicado en 2009 por Ximena Fuentes Martí­nez, doctora psiquiátrica de la Universidad Católica de Chile, establece que existen diversas repercusiones psicológicas como la ansiedad y la depresión; incluso, algunos casos podrí­an desarrollar un sí­ndrome posaborto.

A largo plazo, menciona Rodrí­guez Luna, una de las consecuencias más graves puede ser la infertilidad, la cual es recurrente en las mujeres que se han practicado una o más interrupciones.

«Cuando llegan a este punto resulta habitual la depresión y los sentimientos de culpabilidad, al verse imposibilitadas de concebir ».

El aborto, principalmente por método quirúrgico, causa infertilidad en un porciento representativo de las parejas que llegan a las consultas en busca de una ví­a para procrear, según explica la doctora Ihenlys Ciscal Sánchez, jefa del Grupo municipal de Atención a la pareja
infértil.

Imelda y Lucí­a son el rostro de una realidad paralela al contexto cubano. Mientras millones de mujeres en Latinoamérica y el mundo reclaman sus derecho sexuales y reproductivos, pues se ven minimizadas por las leyes y los estigmas sociales, a las cubanas solo se les pide responsabilidad concepcional.

* Anuario Estadí­stico de Salud 2019.

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