Carlos Miguel Suárez Mir no hizo carrera en la Marina ni ha surcado los mares adyacentes a la península itálica; pero desde julio de 2020, supervisa el servicio que coló la tradición de vita nuova, pizzas y pastas en un rinconcito del Caribe.
En el complejo recreativo Somos Jóvenes, en Santa Clara, comparte con Katia ílvarez Montier la capitanía del restaurante italiano, otro lugar premiado con la preferencia de no pocos clientes.
¿Cómo ha sido la trayectoria hasta aquí?
Trabajé primero en la cayería norte de Villa Clara, y hace varios años me uní al equipo de Arturo Hernández Gutiérrez en Vista Hermosa. Después pasamos a la Casa del Gobernador, con sus dos restaurantes, sus casas del chocolate y luego el Rincón del Sándwich. Fue una experiencia nueva incursionar en distintos tipos de postres que ni siquiera había visto, pues me inicié en la Gastronomía como bartender y siempre ha preferido la cantina; pero la escuela Formatur nos prepara integralmente y a mí me place estar donde la vida me ponga.
«Entonces surgió el proyecto Somos Jóvenes, al cual me incorporé desde la inauguración. Empecé como capitán en la discoteca. Luego estuve en el restaurante especializado y el verano pasado inauguramos el italiano, porque hay muy pocos en la provincia ».
En tiempos de pandemia solo se ven sillas y mesas vacías a través de los cristales. No se escuchan el sonido discreto de los cubiertos ni el murmullo que celebra y agradece la calidad de los platos o el buen servicio. No obstante, la rutina acelerada de la cocina no se detiene. Con ofertas para llevar, el restaurante mantiene su actividad, mientras el constante remozamiento asegura una arrancada de lujo en cuanto se aleje el pequeño enemigo y retomemos la nueva normalidad.

¿Cómo valora este nuevo 1. º de Mayo, que vuelve a ser diferente?
Estamos acostumbrados a llevar a nuestros hijos a la Plaza, tal como hacían nuestros padres años atrás. Aunque por segundo año consecutivo sin desfilar ni celebrar en multitudes, conservamos el embullo y el deseo de siempre.
Bien sabe que el confinamiento no detiene las ganas de crecer de los trabajadores cubanos. A diario honra su compromiso con un centro que ya ostenta las condiciones de Vanguardia Nacional y Proeza Laboral, y ayuda a consolidar el proceso de perfeccionamiento que otorgó al Somos Jóvenes un nuevo modelo de gestión, con total autonomía comercial, económica y financiera; pero encuentra el encargo mayor en la satisfacción de los clientes, en la sonrisa que promete un pronto regreso. Esa es la verdadera fiesta de Carlos Miguel.