
Las aspiraciones de impulsar en Corralillo el desarrollo local, en tiempos en que los gobiernos municipales adquieren mayor autonomía para una gestión territorial más eficiente, encuentran un incentivo con la puesta en marcha de la Planta Procesadora de íridos.
La entrada en funcionamiento de un molino de piedras que por más de 20 años estuvo paralizado, deberá aportar a esa localidad mayor cantidad de áridos para la producción de materiales de la construcción, el Programa de la Vivienda, y llevar a buen término otras inversiones.

Sobre el viejo anhelo de los corralillenses de contar, en sus propios predios, con la materia prima necesaria para estos fines, Yipsy Bravo Martínez, intendenta de Corralillo, explicó a Vanguardia, que el molino rescatado permitirá paliar los problemas del fondo habitacional, y avanzar en la ejecución de más de 200 viviendas previstas en el plan del 2021, entre las que se encuentran: células básicas habitacionales (CBH), por esfuerzo propio, y de organismos por la vía estatal.
También se beneficiará la minindustria de Sierra Morena, perteneciente a la Empresa de Producción Local de Materiales de la Construcción (Plomat), con el fomento de la producción de elementos de piso, techo y pared, necesarios para levantar más de una vivienda diaria.
El molino salvador
La historia del molino de piedras rescatado en la cabecera municipal de Corralillo se remonta al año 1964, cuando una empresa constructora de Matanzas lo instaló en la zona conocida como Los Sitios, para aprovechar las bondades de la cantera situada allí.
Con solo cinco años de explotación no volvió a andar hasta el año 1985, cuando, tras el efecto devastador del huracán Kate en el litoral norte de Villa Clara, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en su recorrido por la zona afectada, incitó a recuperarlo, para proceder a la ejecución de las instalaciones Ganuza, El Salto y Sierra Morena, del Campismo Popular, y la rehabilitación de viviendas y otras instalaciones afectadas. En 1993, con la llegada del período especial, el molino pasó al olvido.
«Gracias al alto grado de conservación en que se hallaba, al encontrarse protegido por la maleza, y el celo en preservarlo que siempre asumió el propietario de la finca San Pablo, donde está enclavado, fue posible proceder a su rescate », refiere la intendenta corralillense.
Una alianza provechosa
La instalación, ahora en fase de puesta en marcha, recibió el apoyo de las autoridades del Partido y el Gobierno de Corralillo y la provincia, en franca alianza con la Empresa Geominera del Centro (EGC), a la cual pasó a formar parte como Planta Procesadora de íridos.
Con una capacidad de seis a diez toneladas de áridos por hora, el molino promete resolver, de una vez, el déficit de áridos en esta parte del litoral norte, pues con anterioridad acarreaban los áridos desde el molino de piedras El Purio, en Encrucijada, o la arenera Sergio Soto, en el Hoyo de Manicaragua, con el consiguiente gasto de combustible empleado en su transportación por carretera.

«Las labores de recuperación comenzaron en el mes de marzo de 2020, para lo cual se ha invertido hasta la fecha más de un millón de pesos. Por el momento, la materia prima que procesa el molino proviene de Rancho Veloz, hasta tanto se creen todas las condiciones para explotar la cantera contigua al lugar », refiere José Ríos O'farrill, al frente de la planta.
La instalación se ha convertido en una nueva fuente de empleo para el municipio; actualmente allí laboran unos diez hombres, y se prevé incorporar un mayor número de obreros cuando esté a plena capacidad y demande de más turnos de trabajo, para producir polvo de piedra, gravilla, hormigón y macadán, con destino también a Quemado de Gí¼ines y Sagua la Grande.
De esta forma, la minindustria de la Empresa de Producción Local de Materiales de la Construcción (Plomac) de Sierra Morena no tendrá que depender solo de la piedra de potrero utilizada como una alternativa viable ni esperar por el arribo de los áridos de localidades tan lejanas, al encontrar aquí respuesta a sus demandas, a favor del desarrollo local.