
Por quinta ocasión, el 7 de junio se celebra el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos (DMIA), fecha a la que Villa Clara también se suma ante el reclamo de prevenir, detectar y estar muy atentos para evitar cualquier indicio que pueda afectar la salud poblacional.

Se llama a la concientización en un camino largo y pendiente de recorrer. De acuerdo a los reportes, aproximadamente 600 millones de personas enferman anualmente en todo el mundo debido a los múltiples tipos de padecimientos atribuibles a las fuentes alimentarias contaminadas.
A ello se refirió la máster Sonia Hernández Méndez, directora de la Oficina Territorial de Normalización (OTN), la institución que convocó al encuentro como forma de insistir en una extensa cadena que inicia desde la producción, el almacenamiento, la distribución y la preparación de alimentos, a fin de que su consumo no constituya un riesgo para la salud.
El lema de este año precisa que las normas alimentarias salvan vidas e incluye, además, no solo el procesamiento, si no la manipulación higiénica de los productos, con énfasis en la cantidad de aditivos que garanticen un consumo seguro.

Durante el intercambio villaclareño, el chef de cocina del santaclareño Hotel Central, Nelson Santos Valcarcel, expuso los protocolos seguidos en la instalación para evitar brotes de intoxicación alimentaria y cumplir los reglamentos pactados en las normas cubanas.

No faltó el reconocimiento a entidades destacadas, como la UEB Ronera Central Agustín Rodríguez Mena, de la Corporación Cuba Ron S.A.; la Empresa Pesquera Industrial de Caibarién (EPICAI); la Empresa Pesquera Pescavilla, y el Complejo Hotel Central, perteneciente a la cadena Cubanacán, por sus aportes, participación y compromiso en las actividades de Villa Clara en el DMIA.


Una jornada que no puede circunscribirse a un solo día, si se tiene en cuenta que la inocuidad de los alimentos es asunto de todos. Actualmente, unas 77 millones de personas padecen en el globo de enfermedades de transmisión alimentaria, y lo que resulta más lamentable: por esa causa fallecen cada año más de 9000 seres humanos, solamente en América.


Asignatura pendiente, como dice el tema de Arjona, en un largo camino que, en Cuba, necesita más acciones que teorías.