
Teresa Larrea Rodríguez, presidenta de la Sociedad Cultural José Martí en Encrucijada, recordó diferentes facetas de la vida de Yeyé en sus palabras. Al concluir la ceremonia se presentó el documental Nuestra Haydée de la directora Esther Barroso. (Foto: Ramón Barreras)Hace 35 años que te apagaste para siempre. Al menos, que se apagó tu cuerpo, porque hay muchas otras maneras de vivir y la muerte no tiene sentido para las personas que se recuerdan y extrañan.
Debió ser muy duro para ti el asesinato de tu hermano Abel. Siempre lo quisiste tanto y aquellos hombres sin alma te trajeron su ojo. Sé que nunca pudiste olvidar. Sé que ese dolor se te clavó muy hondo.
Luchaste mucho por este país. Acogiste en tu Casa de las Américas a los artistas que nacían, entre incomprensiones, como legítimo fruto de la Revolución.
Todavía en tu Encrucijada natal te recuerdan. Te nombran Yeyé y guardan con celos tus libros llenos de anotaciones.
Hoy te colmaron de flores. Tus ojos florecían, como girasoles, en una de tus fotos.
«Hace 14 años veo morir a seres tan inmensamente queridos que hoy me siento cansada de vivir », le escribiste al Che, tu amigo, cuando también tuviste que decirle adiós.
Fuiste una mujer fuerte, sincera, querida. Viviste de una forma muy intensa por Cuba. Lloraste por tu tierra. Peleaste por ella.
Por eso siempre le nacerán flores a tu recuerdo. Flores amarillas. Robustos girasoles que miran al cielo y piensan en ti, Haydée Santamaría.