Resolución 6: Alegrones, indiferencias y decepciones

Las investigaciones periodí­sticas demuestran que la implementación de la normativa presenta lagunas y todaví­a resulta incomprendida por algunas administraciones y trabajadores vinculados al sistema empresarial.

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Guillermo Abad Cabrera, trabajador del taller de locomotoras, Villa Clara.
«No vemos los resultados de la labor. El salario no alcanza para satisfacer nuestras necesidades», alega el joven Guillermo Abad Cabrera. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Ricardo R. González, Idalia Vázquez Zerquera y Osmaira González Consuegra
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27 Junio 2017

Las premuras cubanas por implementar normativas, decretos y otras modalidades legislativas no siempre dan en el clavo. A veces tropiezan con pedregales que obstaculizan el afán de perfeccionar el modelo económico y social o, especí­ficamente, la empresa estatal socialista.

Eso ocurrió con la Resolución 17, emitida el 23 de abril de 2014 por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), en su pretensión de estimular el incremento de la productividad del trabajo, la eficiencia y los ingresos de los obreros vinculados al sistema empresarial. Un cambio brusco para las administraciones implicadas, pues tuvieron escaso tiempo de preparación para enfrentar las nuevas formas de pago.

Así­ lo considera Eduardo ílvarez Pérez, subdirector de organización y distribución del trabajo en el MTSS de Villa Clara, quien asevera que hubo errores: los vinculados directamente a la producción no recibí­an el salario por las riquezas creadas y muchos desconocí­an los verdaderos fundamentos del documento.

Ante el tambaleo, se impuso rectificar lo mal ejecutado y sustituir la 17 por la Resolución 6, que comenzó sus primeros pasos en abril de 2016, de acuerdo con las particularidades de cada entidad.

Eduardo ílvarez Pérez y Yelitza InufioRivalta, funcionarios del MTSS en Villa Clara.
Para Eduardo ílvarez Pérez y Yelitza InufioRivalta, funcionarios del MTSS en Villa Clara, entre las modificaciones de la Resolución 6 se encuentra la protección hasta el nivel del salario escala por incumplimientos de indicadores directivos, y el posible ajuste de estos en casos excepcionales y por razones no imputables a la empresa. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Por supuesto que en esta existen nuevos elementos respecto a la anterior. Uno de los más alabados: ahora hay un salario lí­mite a pagar en caso de incumplirse los indicadores directivos, y de ocurrir eso, remiten a la escala salarial del cargo y no al salario mí­nimo del paí­s.

Para Yelitza InufioRivalta, especialista principal en gestión de los Recursos Humanos de la subdirección de organización del MTSS en la provincia, está claro que la nueva disposición acerca más la remuneración del trabajador a los resultados de sus labores, a partir de la calidad, la productividad y otros factores, sin apartarse de los indicadores que rigen para cada empresa.

Con la 6 se establece un lí­mite a cobrar por el personal indirecto al proceso productivo, que anteriormente hasta tení­a más retribuciones. Por otra parte, si la entidad recibí­a una auditorí­a y era calificada de mal, los implicados perdí­an el derecho a las estimulaciones hasta tanto se realizara otra en la que las conclusiones resultaran favorables.

«Ese tiempo intermedio era demasiado, por lo que se introdujo un cuerpo auditor que agilizara las evaluaciones, una vez solicitadas. Al ocurrir una devaluación, se recurrí­a al pago del salario mí­nimo; ahora el obrero puede ganar hasta el salario escala cuando existan irregularidades », afirma ílvarez Pérez.

No obstante, la Resolución 6 permite que si se avizora el incumplimiento de los planes u otras anomalí­as, se puedan cambiar las condiciones aprobadas en el programa inicial para una forma de pago a tiempo. Esto puede implementarse solo una vez en el año, y siempre aprobado por la autoridad que dio luz verde al sistema inicial registrado en el convenio.

Entre las tantas fuentes consultadas no podí­an faltar Julio César Rendón Jiménez, director de la Oficina Nacional de Inspección del Trabajo (Onit) en Villa Clara, y Elizabeth Conde Rodrí­guez, subdirectora de la entidad.

Lo primero que aclaran es que la Resolución 6 establece dos formas de pago: a tiempo y por rendimiento. La primera retribuye un salario por el cargo que se desempeña, un sueldo fijo a partir de la labor realizada, pero se tienen en cuenta las ausencias; mientras la segunda variante contempla dos modalidades que son por resultados (sujeta al cumplimiento de todos los indicadores directivos y lí­mites definidos) y a destajo.

Un verdadero «doctorado » en economí­a para entenderlo todo. En el caso de «a destajo » influye la norma vinculada a la producción de acuerdo con lo que el trabajador sea capaz de hacer. Para aplicarla correctamente deben existir normas de tiempo y de rendimiento bien concebidas.

«Una institución que no tenga buenos resultados, incluso con pérdidas, si paga a destajo estimula al trabajador, pues mientras más aporte así­ será su ganancia », coinciden los representantes de la inspección laboral.

Norma y realidad

Lo que sí­ está claro es que cada entidad elabora un reglamento de distribución interna para certificar y cumplir aquellos parámetros aprobados en el plan de la economí­a, relacionados con los indicadores de salario de sus subordinados.

«Los pagos adicionales obedecen a condiciones anormales de trabajo (nocturnidad, esfuerzo fí­sico, peligrosidad), además de las maestrí­as, desempeño de cargos técnicos, entidades incluidas en perfeccionamiento empresarial, entre otros cuya inclusión se decida o no por el empleador en el salario base de cálculo. A partir de ello se crea la diferenciación entre lo que va a recibir cada obrero según lo contemplado en el reglamento », subraya Elizabeth Conde.

Julio César Rendón Jiménez y Elizabeth Conde Rodrí­guez, de la Oficina Nacional de Inspección del Trabajo (Onit)
«El nivel de innovación de cada consejo de dirección de saber llegar hasta el último trabajador es vital. Hay que ver las particularidades, analizar quién produce más y diferenciar a los que sobresalen para ser más estimulados », sustentan Julio César Rendón Jiménez y Elizabeth Conde Rodrí­guez, de la Oficina Nacional de Inspección del Trabajo (Onit). (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Mas no solo es teorí­a. Las verificaciones realizadas en lo que va de año demuestran que en entidades de AzCuba, Minal, Comunicaciones e Industrias, las principales problemáticas están asociadas a condicionantes especí­ficas de calidad, cumplimiento de portadores energéticos, í­ndices de gastos, hechos de corrupción o robo... Estos elementos afectan un por ciento del salario a devengar y a veces no aparecen certificados.

Tampoco se aprecia una adecuada relación entre el incremento del salario medio con el de ventas netas y de productividad, por citar algunos ejemplos.

«Muchas veces existe inejecución de gastos. Las empresas crean una reserva mediante un sistema de ahorro y estrategias empresariales que se traduce en ingresos. Esto sirve en ocasiones para tergiversar los indicadores y ofrecer más salario a los empleados, al dejar de ejecutarse mantenimientos planificados a equipos, reparación de instalaciones, u otros motivos que inciden en ese incremento salarial », refuerzan los especialistas.  

¿Estas aprobaciones las hacen solo los administrativos?

Para aplicar un sistema de pago es inviolable contar con el visto bueno del sindicato y el análisis por parte de los afiliados en un proceso previo, tanto en lo concerniente al plan económico como al pago, aclara Elizabeth Conde. Que se eleven la productividad del trabajo y la eficiencia económica es el objetivo salarial.

¿Y guarda relación con los convenios colectivos de trabajo?

El sistema de retribución por resultados debe ser un anexo del Convenio Colectivo de Trabajo (CCT), con la peculiaridad de que los sistemas de pago pueden tener una variación anual y el CCT tiene vigencia superior.

¿Respecto a la remuneraciones a destajo han encontrado irregularidades?

En ocasiones no guardan relación con las normas reales del puesto de trabajo, aparecen sobrecumplimientos excesivos sin revisar o no si se controla la calidad de la producción como requisito fundamental. Muchas veces existen análisis superficiales del parámetro o están indefinidos los elementos cualitativos requeridos.

El termómetro de la calle

Andar por las calles y no moverse a tiempo completo dentro de un carro permite constatar  la «temperatura ambiental ». Una simple consulta popular, sin llegar al rigor de una encuesta, ofrece opiniones muy diversas.

Treinta y tres personas de las consultadas ni conocen de la existencia de la Resolución o la asocian a objetivos diferentes. Otros, como el santaclareño Juan Carlos, que alude trabajar en una unidad presupuestada de Cultura, manifiesta su indiferencia por la normativa,   «porque sigo ganando muy bajo salario y no tengo beneficio alguno »; en tanto, Luis Ortega, saguero que se declara 100 % cubano y que no abandona su paí­s, lo dice a su manera: «Ni me caliento los metales en conocerla porque no llega nada a mi bolsillo. No soy economista ni director de empresa, trabajo en una oficina y con las agoní­as que vivimos ya es suficiente ».

Por su parte, Cecilia Ortega, de Placetas, obrera de Educación, se manifiesta de manera similar: «Cuba está llena de decretos y resoluciones, pero algunas, como esta, inclina la balanza hacia las empresas, pero no al resto de Liborio (el pueblo), como yo, que invierto mi reducido salario en comida y cuando llego a fin de mes no tengo ni dinero ni comida porque como están los precios… ».

Desde Corralillo, Andrés remarca que las normativas del paí­s están escritas de una manera tan compleja que no se hacen asequibles para la mayorí­a. «Hay que pasar una Universidad para entenderlas ».

Y Karina, quien no aportó ni apellidos ni empleo, dijo que ella cobra bien, pero que en definitiva ni sabe las bases de ese cobro.

Incluso entre los favorecidos hay también sus decepciones, ya que existen inconformidades por el sistema de distribución aplicado a determinadas empresas, y por la falta de información en torno a la Resolución 6, fundamentalmente en entidades de subordinación nacional, donde se concentran agudas problemáticas.

 

Divorcio forzado

La Empresa de Mantenimiento Vial N º 4 de Santa Clara, dedicada al bacheo de calles y caminos, tuvo que renunciar a la Resolución 6 cuando los indicadores de eficiencia se fueron a pique.

Comenta Jesús Garcí­a Rodrí­guez, subdirector de producción de esa entidad de subordinación local, que los problemas comenzaron el año pasado, al decidirse la fusión con la Empresa de Mantenimiento Constructivo. Ninguna de las dos tení­a nada en común.

La noticia no fue bienvenida por el colectivo, pues implicaba una reducción de plantilla.   De inmediato comenzó el éxodo de la fuerza laboral hacia otros sectores más remunerados y decayeron los indicadores económicos.

En septiembre de 2016 se desistió de la unión entre ambas instancias, y muchos de los que se fueron, regresaron. Ante el desplome de la entidad, se adoptó de manera excepcional la forma de pago a tiempo, para afectar lo menos posible a los trabajadores. A fin de superar la mala racha, en 2017 trazan estrategias con planes menos abarcadores que han incidido de manera positiva en el cumplimiento de lo planificado.

En la Planta de Asfalto Osvaldo Herrera, de Santa Clara, las alternativas ante una posible debacle productiva y salarial fueron más oportunas. Aun cuando la unidad está sometida a un mantenimiento capital, tiene utilidades con la compra de mezclas asfálticas al Micons. A pesar del elevado precio de ese material, la alternativa permite el pago de salarios y la aplicación del sistema de pago a destajo.

Comenta Bárbaro Aparicio Llanes, el secretario general de la sección sindical, el difí­cil trance vivido cuando hubo que explicarles a los trabajadores la dejación de la Resolución 6 con las consiguientes afectaciones, pero ahora el estado de ánimo es favorable y se frenó la migración hacia otras actividades.

Eduardo Oramas Tejera, director de la «Osvaldo Herrera », que cuando concluya la reparación de la plantaprevista para el segundo semestre del año, los indicadores económicos irán en ascenso al elaborar las mezclas de asfalto en la propia capital provincial, para reinsertarse nuevamente en la Resolución 6. No obstante, a pesar de pertenecer al sindicato de los hombres de los cascos blancos, el sistema de pago dista mucho del aplicado en el sector de la Construcción.

El 6 de la buena suerte

En cuestiones de pago por resultados, el dí­gito de la buena suerte se aplica sin contratiempos en la Empresa de Construcción y Montaje de Villa Clara.

La implementación de la Resolución 6 se ha acomodado al sistema de trabajo tras el reordenamiento del sector, con la unión de seis empresas convertidas en unidades empresariales de base.

Refiere José Valle Sánchez, director de Recursos Humanos de esa entidad, que durante el proceso de fusión el colectivo tení­a sus dudas, pues quedaron disponibles 90 trabajadores que en su mayorí­a fueron reubicados en otras plazas.

«La reorganización del otrora Grupo Empresarial de la Construcción (Gecons) ha traí­do consigo el incremento del salario medio de los trabajadores, con la implementación de los sistemas de pago a destajo y por resultados.

«Al cierre del primer cuatrimestre de este año, el 97 % de los incorporados al sistema de pago por resultados fue estimulado con alrededor de 354,00 pesos por encima del salario medio. En el caso de los acogidos al sistema de pago a destajo, el 96 % promedió unos 409,00 pesos. Antes de ser remunerados se discute con ellos la cuantí­a a recibir ».

A pie de obra

Un equipo de  Vanguardia  visitó la Planta de Bioplaguicidas y Bioproductos que se erige en la zona industrial de Santa Clara, para conocer criterios de los integrantes de la UEB Arquitectura e Industrial de la zona 1, antigua ECOAI-1.

Su ejecutor Daniel Pérez Bravo manifestó que debido a lo operativo de la obra, están acogidos al sistema de pago colectivo, y que en los meses de abril y mayo el salario osciló entre los 1 500 y 1 600 pesos, en dependencia de la categorí­a ocupacional.

«Por ejemplo, el salario del montador es superior al del albañil, debido a los riesgos a que se expone, al trabajar a 12 metros de altura ».    

Precisa Pérez Bravo que «para no afectar a los obreros y mantener el ritmo productivo, urge asegurar los materiales de construcción y contar al menos con el 70 % de ellos, por lo que resulta decisivo el contacto diario con los proveedores ».

Como en otros sectores de la sociedad cubana, la construcción no escapa al éxodo del personal calificado hacia las cooperativas no agropecuarias, o encaminadas a obras de la Cayerí­a. En ambos casos, pagan más por la misma actividad.

«Formamos un buen albañil y luego se nos va refiere Pérez Bravo, pues contratamos por los sistemas de pago del Micons que, aunque estimulan, no compiten con el cuentapropismo ».  

Con más de 40 años de experiencia, Jesús Villa González se siente satisfecho con la Resolución 6, al percibir una suma superior a los 4 000 pesos al mes en su condición de montador.

Similar opinión comparte su compañero Lázaro Rodrí­guez Escobar.

«El trabajo es duro y exige sacrificios; sin embargo, alienta saber que a principio de mes serás recompensado ».

A este veterano constructor le preocupa la falta de relevo para asumir su tarea cuando le llegue la hora de la jubilación.

«Los muchachos vienen y los capacitamos, pero la vida está dura y los salarios no alcanzan. Si tienen oportunidad de irse para otro lugar donde "la paga" es mayor, no lo piensan dos veces ».    

Desde la CTC

De acuerdo con Yaisel Pieter Terry, miembro del secretariado de la CTC en Villa Clara, entre los meses de enero a abril del presente año se realizó el proceso de presentación e información a los trabajadores del plan de la economí­a y el presupuesto. Durante los análisis aparecieron varios planteamientos relacionados con inconformidades respecto a las formas y sistemas de pago.

«Fundamentalmente en los sectores de industria, la alimentaria, transporte y agropecuario. Cada empresa debe hacer su reglamento para la distribución del salario, pero hay descontento entre los trabajadores, sobre todo en las UEB », precisó.  

Añadió, además, que existe preocupación dentro de los empresarios y colectivos obreros del indicador utilidad. Falta conocimiento por parte de los especialistas, por lo que se han cometido errores. Ello evidencia una carencia con la correcta aplicación en los equipos contables. No obstante, hasta el cierre de abril el salario promedio de la provincia estaba en 969.3 pesos.

Controversias en el Ferrocarril

La baja disponibilidad técnica de locomotoras representa uno de los mayores problemas para la Empresa de Ferrocarriles del Centro (EFC). Durante el segundo semestre de 2016 y en el último cuatrimestre de este año excepto en enero, ha propiciado el incumplimiento de los planes de transportación de carga y pasajeros y, por ende, afecta el pago a los trabajadores de las 13 unidades empresariales de base (UEB) de la EFC. Las tensiones se hacen sentir más en el taller de locomotoras Ciro Redondo de Santa Clara, y el de reparación de vagones Julio Laportilla.  

Argumenta Jorge Pérez Borges, director de la EFC, que el «Ciro Redondo » es una pieza clave en los resultados de la empresa, al dedicarse a la reparación de locomotoras, indispensables para trasladar cemento desde la fábrica de Cienfuegos hasta el oriente cubano, así­ como harina de trigo, combustible y otras mercancí­as procedentes del puerto de la Perla del Sur, con destino a las provincias centrales.

El aseguramiento de la cadena puerto- transporte- economí­a interna exige locomotoras en óptimas condiciones, mas el déficit de piezas de repuesto conspira contra estas aspiraciones. Por tal motivo, en 2016 trabajaron con un promedio de solo 3,8 locomotoras diarias, cifra í­nfima en comparación con los volúmenes a transbordar.

Añade Pérez Borges que las ventas e ingresos dependen de la transportación:

«Cuando esta falla, se afecta el pago a los trabajadores. Si fuéramos una industria tendrí­amos utilidades, pero contamos con un parque de locomotoras de muchos años de explotación y de diferentes nacionalidades, para las cuales no siempre hay piezas, y se impone innovar constantemente.

«Solo la UEB Ferroazúcar Héctor Rodrí­guez, de Sitiecito encargada de asegurar la caña a los centrales, trasladar el azúcar crudo al puerto de Cienfuegos, y las mieles a Sancti Spí­ritus y Santa Cruz del Norte (Artemisa) ha salido airosa. Al no tener deteriorados los indicadores de eficiencia, aplican el sistema de pago por resultados como parte de la desagregación de los indicadores directivos y lí­mite, y distribuyen el salario creado con independencia de los resultados a nivel de empresa.

Reflexiona Carlos Raúl Martí­nez Garcí­a, director de Recursos Humanos, que no todas las UEB en el Ferrocarril generan ventas, ingresos y valor agregado lí­mite porque son unidades de apoyo.

Se hace un estudio a nivel nacional para que todas las UEB, en dependencia de sus caracterí­sticas, puedan aplicar lo que ya es una realidad en Ferroazúcar.

Expresa Pérez Borges que es polí­tica del paí­s potenciar el Ferrocarril, al ser el medio de transporte más seguro y económico. «Cuando falta alguna locomotora por déficit de piezas no nos queda otra alternativa que alquilarla a otras provincias, a altos precios, monto que sale del valor agregado. De ahí­ la importancia de contar con locomotoras disponibles.

«En nuestro caso, el único problema de la Resolución 6 radica en el aseguramiento logí­stico de los equipos de arrastre para cumplir con el plan de transportación. Su implementación busca eficiencia pero lleva aseguramiento; si no, decae la productividad ».  

Taller de Locomotoras Ciro Redondo: la piedra en el zapato

Alberto Lema González, trabajador ferroviario de Villa Clara.
«Tenemos disposición para trabajar, lo que pedimos es que se haga una revisión del sistema de pago », comentó el ferroviario Alberto Lema González. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Además de ofrecer mantenimiento a las locomotoras del patio su principal objeto social, los trabajadores de la UEB Taller de Locomotoras Ciro Redondo atienden equipos procedentes del occidente y oriente del paí­s, en su tránsito por la provincia.

El proceder es correcto. No obstante, en lugar de ganar pierden, pues los pocos recursos con que cuentan los emplean también en reparar los trenes nacionales.

Alberto Lema González, especialista de transporte ferroviario, se refirió a las inventivas que a diario aplica el taller para echar a andar las máquinas. No obstante, están en desventaja con sus homólogos de Camagí¼ey y La Habana, pues depende de los suministros que lleguen, y el plan está por encima de las pocas locomotoras disponibles.

Por su parte Lázaro Fortún Marí­n, secretario general del sindicato en la UEB, insiste en que debe haber mayor comunicación entre la empresa y el colectivo que representa, explicar más a los trabajadores lo relacionado con la Resolución 6, y el porqué de los impagos.

«El plan se hace de acuerdo con la necesidad que existe de transportar, y en base a ello se analizan las posibilidades. Por tanto, debemos coincidir y conciliar esas necesidades ».

Liset Rojas Rivero ha dedicado 37 años de su vida al Ferrocarril, en el Departamento de Logí­stica, y lamenta el déficit de insumos.

Liset Rojas Rivero, trabajadora ferroviaria.
«Pienso en mi jubilación porque de mantenerse las actuales afectaciones incumplimientos, mi pensión será mí­nima. Así­ no podemos seguir », expresa Liset Rojas Rivero. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

«Tenemos contratos con los talleres de Morón y Camagí¼ey, nos dan alguna pieza, pero se quedan con las más importantes para que sus equipos no se paren y puedan cobrar por los resultados.

«Una vez planteamos al director de la Unión de Ferrocarriles la posibilidad de rehabilitar el Laboratorio de Análisis de Combustible y Lubricantes, y ofrecer servicios a terceros.  

«Contamos con una planta de fregado que también pudiera asumir otros clientes, y aunque estamos planificados para gastos, de aplicarse estas alternativas tendrí­amos ingresos superiores y los trabajadores directos e indirectos serí­an mejor remunerados ».  

Capí­tulo Inconcluso

Los especialistas consultados para este trabajo coinciden en que Santa Clara resulta el municipio más complicado con la implementación de la Resolución 6.

Hay problemas en Acueducto y Alcantarillado, en tanto Ferrocarriles y Traviesas también acumulan quejas. Comunales, por su parte, tiene su sistema de pago especí­fico, a tiempo y a rendimiento. Es la única bajo esta modalidad, mientras se encuentran resultados favorables en las entidades porcinas, la EPPA, Viclar, y las consultorí­as, entre otras.

Si no existe buena planificación, si se carece de una visión de futuro en los directivos para percatarse de lo que puede ocurrir, de la no entrada a tiempo de materias primas, de no saber con lo que se cuenta, de falta de comunicación con los obreros, o si la integración de cada uno de los eslabones decisores de la empresa no está consolidada, la Resolución 6 podrí­a tener el mismo destino prematuro de su predecesora. Ojalá no ocurra, para mantener la alegrí­a de los beneficiados, y encontrar mejores motivaciones para el resto, si se logra una buena implementación, y los trabajadores exigen por ella.

Un «6 » con pro y contra

Ventajas

Relaciona el salario directamente al resultado del trabajo, con la aplicación de sistemas de pago diseñados por las empresas de acuerdo con sus caracterí­sticas, los fondos creados, la eficiencia económica, y la posibilidad de ampliar su objeto social luego de cumplir el encargo estatal.

Flexibiliza y da la posibilidad de no aplicarla cuando existan condiciones externas que afecten lo planificado.

Motiva a los trabajadores y los impulsa a buscar mayores saldos integrales en las empresas, como los buenos ejemplos en Planta Mecánica, Inpud Primero de Mayo, y Textilera Desembarco del Granma, entre otras que se benefician más, en comparación con perí­odos anteriores.

Cuando existen varias UEB cumplidoras pertenecientes a la misma empresa de subordinación nacional, pueden repartir su dinero independientemente de los resultados que tenga la entidad en el paí­s, pero según lo establecido en los  reglamentos de distribución de la empresa. Con la 17 no era posible.

 Desventajas  

La Resolución 6 se aplica, únicamente, en el sistema empresarial, no así­ en unidades presupuestadas. De no implementarse correctamente induce a la desmotivación y abre las puertas para incrementar la fluctuación laboral.

Se han demostrado insuficiencias en el empleo de ls facultades otorgadas a las empresas en la autonomí­a de la gestión empresarial, por causa de la falta d epreparación de directivos.

En muchos centros no se domina cabalmente el documento. Falta explicación hacia los trabajadores y el frecuente intercambio con ellos.

Hay casos en que el obrero desconoce lo que puede hacer para cobrar más o por qué si dio el máximo de su esfuerzo en un mes no se corresponde con el salario devengado, al compararse con otras etapas.

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