
Resuenan las campanas en la noche de Remedios. Los ciudadanos, bajo el techo de estrellas de la plaza, se encuentran y abrazan a la espera de los 510 años de la villa.
La Gala Artística del San Juan reunió talento puramente local, el cual reflejó la historia, las esencias y tradiciones de una tierra rica, privilegiada por el tiempo, bendecida por el curso de los siglos.




Asistieron a la ceremonia Susely Morfa González, primera secretaria del Partido en la provincia; Milaxy Yanet Sánchez Armas, gobernadora villaclareña, además de autoridades municipales e invitados.


La cuna de las parrandas, la casa de El Carmen y San Salvador; el escenario que alberga una Iglesia Parroquial Mayor con altares de oro y majestuosas imágenes de una religiosidad heredada. Aún se fabulan teorías, aún se cree en alguna página desconocida del libro denso, escrito a mil manos, de una ciudad que siempre sorprende. Todo eso es Remedios, el terruño que, en una noche mágica, se celebró y se cantó a sí mismo, como un famoso poeta.

Las voces, las orquestas, los bailarines, el Punto Cubano y su sazón, el homenaje de una oralidad sobrecogedora, los disímiles retazos de una identidad con medio milenio... Eso y más fue la gala, espacio que devino eco popular y legendario de un pedacito de país, de un pedacito de cielo, de un pedacito breve de Isla, tal y como se afirmó encima de la plataforma.
No faltó la lluvia típica de cada 23 de junio. ¿Maldición o bendición? Diría que un regalo de la Tierra, un presente de la naturaleza. No faltó, además, el simulacro del güije fastidioso, la quema de las piras, la orden del viejo sacerdote. Y, para cerrar, los fuegos artificiales despegaron en una fiesta de colores, allá arriba, tras la torre de una Iglesia, cual bautizo de luz a una tierra que renace cada junio.


Ha llegado el aniversario. La mañana se revela tranquila, nublada. Entre la glorieta y sus áreas colindantes se siente paz. Desde una azotea, las tejas lucen tan antiguas como fuertes, ahí está el símbolo. Mientras, hoteles majestuosos atrapan al visitante. Y qué es Remedios si no eso? Un lugar que atrapa, acoge e invita al misterio desde sus balcones y mamparas.

