Mujer hecha palabra

Este 8 de marzo celebramos el Dí­a Internacional de la Mujer. Llegue a nuestras lectoras la felicitación del colectivo de Vanguardia.

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Día Internacional de la Mujer
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Mercedes Rodríguez García
Mercedes Rodrí­guez Garcí­a
2011
08 Marzo 2019

En español breve, fuerte y colorida,  pudiera ser la palabra salvada en caso de un incendio a escala planetaria. Es única  entre los billones de  billones de vocablos que nutren los idiomas, las lenguas y los dialectos. Por lo que representa y significa, imposible borrarla.  Imposible, por sus tantas formas y colores.

Esbelta, chaparrita, blanca, negra, piel canela, antropológicamente  hablando.

De la tundra, la pradera, esteparia, montañesa, asiática, sahárica; cálida, tórrida, tropical.   ¡Imposible!, imposible extirpar el sustantivo que tanto nos obliga a venerarla, amarla, protegerla, defenderla.

Ella es todo y es única, jamás ¡la nada!  

Es sueño y desvelo, flor y fruto, sol y luna, norte y sur;  mar y tierra; brújula, cuadrante, rosa náutica. ¡Cómo excluirla! si es pasión y mesura alegrí­a y dolor;  rí­o, sabana, montaña, volcán, estela, cosmos. Por ella comparece la vida en la Tierra y sin ella la Tierra morirí­a. No importa si lleva halo, tiara, alas, peplo, túnica, turbante, velo que solo deja ver los ojos.

Ella encierra sortilegio, recatos corporales, encantadores fuegos fatuos; es  mariposa, luciérnaga, ave fénix. ¿Y si solo de Cuba se tratara? ¿Eliminarla? ¡Jamás pudiera! por su estirpe de estrella que ilumina y mata; por su santo, su seña y su alegrí­a, por sus  rí­tmicas caderas de tambor y guitarra…

Porque ella es también  areito, contradanza, rumba, bayamesa, himno, trova, balada y canturí­a,  suite de clamores, apoteosis de glorias y memorias. Y por esas malas noches de manigua y degí¼ellos, gritos y sollozos, de ecos más cercanos, de la Sierra y el llano, en fin, la historia prohijada, salvada ya hace rato anda. No hizo falta ningún incendio planetario. Con sus besos, quema.

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