Papá nuestro

A ese padre que está aquí­, allí­ o allá, y al que se le puede tener y querer de tantas formas y maneras...

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Mercedes Rodríguez García
Mercedes Rodrí­guez Garcí­a
3286
16 Junio 2019

Los padres de «ahora » no son como los de «antes », porque asunto concluido todos somos hijos del tiempo, y el tiempo pasa volando, y ningún tiempo es igual al otro, cuestión que a veces olvidamos los «mayores » y no les preocupa mucho a los «menores ».

No puedo asegurar si antaño extendido a los abuelos se les querí­a más o menos, si se les respetaba más o menos, si se les escuchaba y consideraban más o menos, porque eso no es ya «cosa » del tiempo, sino de corazón, familia y sociedad.  

Padre villaclareño con sus trillizos,
(Foto: Carlos Rodrí­guez Torres)

Pero sí­: eran distintos; y también, iguales, más allá del «tú » o del «usted »; del «pa », del «papi » o del «papá ».

Salvando las distancias, creencias, filiaciones, ausencias y carencias, obviemos las comparaciones y pensemos más en la vida que ellos nos legaron.

Porque al respecto no somos una coincidencia, sino un reflejo.

Porque el lazo no es solo de carne y de sangre; ni el abrazo, de emoción; ni el beso, de efeméride.

Porque existen deberes y derechos, obligaciones, cuestiones de civismo y de decoro, y no sé cuantas razones ¿irracionales? que no examinan ni la Ley de leyes, ni códigos civiles ni penales.

No se es pianista por tener un piano, escribió alguien; ni como dijo un poeta trasnochado «padre es cualquiera ». Desde el origen y hasta el final es él red de cariño, conexión sagrada, enlace indispensable.

Entonces a ese padre que está aquí­, allí­ o allá, y al que se le puede tener y querer de tantas formas y maneras; por ese gozo que presupone no dicha celestial, no pan diario, sí­ apellido, ejemplo, amigo, recordémosle, honrémosle.

Perfecta o imperfecta, somos su obra de creación.  

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