Fidel, presente y futuro

Prefiero escribir lo que me dicta el corazón, lo que trabó mi garganta cuando supe de su partida fí­sica. Ante su próximo cumpleaños logro sacar de mis entrañas las palabras que le debí­a.

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Fidel Castro Ruz
(Foto: Archivo)
Osmaira González Consuegra
Osmaira González Consuegra
@oglezc
1999
12 Agosto 2019

No sé cómo llenar esta cuartilla. La encomienda es escribir sobre Fidel. El Comandante en Jefe que en este agosto 13 cumplirí­a 93 años.

Pienso en las veces que lo he soñado vivo, en las tantas ocasiones en que lo vi de verde olivo, andando y desandando caminos expectantes. Pero no quiero repetir lo que otros han dicho ni recalcar ideas conocidas.

Prefiero escribir lo que me dicta el corazón, lo que trabó mi garganta cuando supe de su partida fí­sica.

Cada foto, cada imagen televisiva, cada frase suya me lo trae al presente y lo traslada al futuro.

Hace poco estuve en Santiago, y su monolito en Santa Ifigenia me resultó pequeño para un hombre inmenso, y me pregunté a mí­ misma si en sepultura tan reducida cabí­a un gigante de la Historia de Cuba, una personalidad tan grande.

Me hubiera gustado verlo vivo a sus 93, 94, 95… ¡a los 100 años! «Fue mejor que se fuera lúcido », me dijo abuela, y recalcó: «No pudieron matarlo, como querí­an sus enemigos ». Me sentí­ más conforme. Ante su próximo cumpleaños logro sacar de mis entrañas las palabras que le debí­a.

Jamás pude darle ni un beso ni un apretón de manos, como otros colegas y coterráneos. No guardo una imagen junto a él. Solo conservo sus libros, lo cual me reconforta. Sabré enseñarles a mis nietos sobre su vida, decirles que ese hombre nació para el presente y el futuro del mundo.

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