Por grandes que sean los riesgos y las dificultades, saldremos adelante y victoriosos

Discurso pronunciado por José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del PCC, en el acto por los aniversarios 60 de la fundación del MINFAR, de las Milicias Nacionales Revolucionarias y de la desaparición fí­sica del Comandante Camilo Cienfuegos.

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José Ramón Machado Ventura pronuncia discurso por el aniversario 60 del MINFAR.
Tomado de la edición digital del periódico Granma
1526
26 Octubre 2019

Discurso pronunciado por José  Ramón Machado Ventura, segundo secretario del  Comité Central del Partido Comunista de Cuba, en el acto por los aniversarios 60 de la fundación del MINFAR, de las  Milicias  Nacionales Revolucionarias y de la  desaparición fí­sica del Comandante  Camilo  Cienfuegos, en la Sala Universal de  las  FAR,  el  25  de octubre de 2019, «Año 61 de la Revolución »

(Versiones Taquigráficas – Presidencia de la República)

Compañero Salvador Valdés Mesa, Vicepresidente de la República;

Compañeros dirigentes del Partido, del Estado y del Gobierno;

Representantes del Cuerpo Diplomático acreditados en nuestro paí­s;

Oficiales, milicianos y combatientes:

Constituye para todo nuestro pueblo un momento de especial simbolismo conmemorar en la tarde de hoy tres acontecimientos vinculados con la supervivencia y consolidación de la Revolución Cubana y de la historia de héroes y mártires de la Patria que no escatimaron esfuerzo alguno, incluso hasta la vida, por defender un proyecto social en beneficio «de los humildes, por los humildes y para los humildes ».   Nos referimos a los aniversarios 60 de la fundación del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, de las Milicias Nacionales Revolucionarias y de la trágica desaparición  fí­sica del legendario guerrillero Comandante   Camilo Cienfuegos.

Luego del triunfo de la Revolución el Primero de Enero de 1959, con el establecimiento del Gobierno Provisional Revolucionario, se llevaron a cabo profundas transformaciones socioeconómicas y polí­ticas, que implicaron cambios trascendentes en la sociedad neocolonial cubana impuesta por el dominio del imperialismo yanqui, desde fines del siglo XIX, mediante la intervención y ocupación militar del paí­s.  El sistema polí­tico neocolonial fue desmantelado y los partidos polí­ticos burgueses se autodisolvieron; los cuerpos armados represivos y las temidas organizaciones paramilitares y policiales que habí­an servido a la tiraní­a quedaron disueltos.   El  Gobierno Revolucionario emprendió acciones dirigidas a garantizar a los ciudadanos el pleno ejercicio de sus derechos; juzgó y sancionó a los criminales de guerra; destituyó a la corrupta dirección del movimiento obrero; confiscó los bienes malversados y puso en práctica otras medidas que daban cumplimiento al Programa del Moncada.

La designación del Comandante en Jefe Fidel Castro como Primer Ministro aceleró la implantación de medidas de beneficio popular.  La promulgación de importantes leyes que amparaban a los más humildes, potenció el disgusto del imperialismo, que no demoró en diseñar planes subversivos y hechos contrarrevolucionarios a los cuales se opusieron los obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales revolucionarios.

Todas estas acciones convirtieron al año 1959 en uno de los más convulsos para la naciente Revolución, y se desarrollaron importantes acontecimientos que marcaron para siempre los destinos del paí­s, entre estos, el arduo trabajo desplegado para transformar el Ejército Rebelde en unas fuerzas armadas regulares capaces de enfrentar las crecientes amenazas y agresiones internas y externas.  Todo este proceso de transformación y construcción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) tuvo como elemento esencial la creación, el 16 de octubre de 1959, del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, bajo la jefatura del entonces Comandante Raúl Castro Ruz.  Con ello se garantizó dotar a la institución armada de una estructura funcional acorde con los principios y propósitos de la Revolución Cubana.

Como í“rgano de la Administración Central del Estado se ha mantenido en constante perfeccionamiento y ha prestado la máxima atención a la preparación estratégica, operativa y táctica de los jefes y oficiales, facilitándoles ejercer el mando de manera eficaz y creativa, en estrecho ví­nculo con el pueblo y aplicando de manera creadora la concepción de la Guerra de Todo el Pueblo.

El Ministerio de las Fuerzas Armadas en estos 60 años ha constituido una forja de cuadros integrales, que han sido designados por el Estado y el Partido para responsabilidades polí­ticas y estatales.

Consideramos imprescindible en esta conmemoración reconocer el desempeño de quien por casi 50 años fue el Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, quien junto a Fidel, de manera magistral, dirigió la defensa de nuestra Patria ante las agresiones del imperialismo; aquel que junto al Comandante en Jefe permaneció dí­as y noches en el Puesto de Mando dirigiendo las operaciones de las tropas cubanas que cumplí­an misiones internacionalistas en diferentes paí­ses y quien hizo de este Ministerio una institución ejemplar, admirada por su disciplina, organización, preparación y ví­nculo permanente con el pueblo trabajador.  Nos referimos al General de Ejército Raúl  Castro Ruz (Aplausos).

Las constantes agresiones internas y externas obligaron a la nación, desde los primeros momentos, a prepararse y se aceleró el proceso de desarrollo de las milicias populares, integradas por obreros, campesinos, estudiantes y de otros sectores que reclamaban la entrega de armas e instrucción militar y quienes, aglutinados en torno a Fidel, Raúl, Almeida, Camilo y Che, entre otros destacados dirigentes, crearon las bases para el surgimiento, el 26 de octubre de 1959, de las Milicias Nacionales Revolucionarias.

El proceso de formación de las milicias contó desde sus inicios con el talento organizativo y la capacidad estratégica de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien contribuyó decisivamente a las transformaciones de que estaba urgida la organización de este cuerpo.

Por ello, no podemos hablar de su fundación sin recordar la primera patrulla campesina que el Comandante en Jefe organizó en la Gran Caverna de Santo Tomás, en Viñales, para capturar a un grupo de bandidos establecidos en esa zona de la provincia de Pinar del Rí­o, hecho histórico que avaló la importancia de esta fuerza para la defensa de la Revolución.

En aquella ocasión, Fidel, al plantearle la misión al jefe de la patrulla, el campesino Leandro Rodrí­guez Malagón, le dijo: Malagón, si ustedes triunfan, habrá milicias en Cuba.

Los Malagones triunfaron y se multiplicaron en la lucha contra el bandidismo, y las milicias se convirtieron en una de las fuerzas principales que junto a las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y como expresión del pueblo mismo, garantizaron la existencia de la Revolución en las montañas y en las ciudades, en las arenas de Playa Larga y en Playa Girón, en los dí­as de la Crisis de Octubre, en el cumplimiento de las misiones internacionalistas y en otras tantas proezas de nuestro heroico pueblo.

En todo este proceso de perfeccionamiento y consolidación del triunfo de la Revolución, de la construcción de las FAR y de la organización y desarrollo de las Milicias Nacionales Revolucionarias se distinguió el Comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán, quien, como muchos de los jóvenes de su generación, demostró tempranamente su inclinación revolucionaria y su oposición a los maltratos y abusos cometidos contra el pueblo por la dictadura batistiana, condición que lo llevó al siempre difí­cil y complejo exilio.

Desde allí­, y al conocer el llamado realizado por Fidel para reiniciar la lucha armada, viaja a México, donde se incorporó al Movimiento Revolucionario 26 de Julio.  El 2 de diciembre de 1956 es uno de los 82 expedicionarios que a bordo del yate  Granma  desembarcaron por Las Coloradas.

De las cualidades de Camilo, una sobresalí­a por encima de todas: su fidelidad a Fidel y al pueblo, puesta de manifiesto cuando al ser ascendido a Comandante expresó: “Gracias por darme la oportunidad de ser más útil a nuestra sufrida Patria.  Más fácil me será dejar de respirar que dejar de ser fiel a su confianza”.

En agosto de 1958 le es asignado el mando de la Columna No. 2 Antonio Maceo, con la cual cumplirí­a la misión de reeditar la histórica invasión a occidente.  En Las Villas, Camilo acreditó su sagacidad polí­tica y dotes de organizador.   El 2 de enero de 1959 entró triunfante en La Habana y ocupó Columbia, el mayor campamento militar de la dictadura, otrora refugio de tiranos y asesinos, y convertido hoy en la Ciudad Escolar Libertad.

Fue de los jefes que junto a Fidel y a Raúl participaron de manera activa en todo el proceso de consolidación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, de la creación de su ministerio y en la organización y preparación de lo que dos dí­as antes de su desaparición fí­sica ya eran una realidad: las Milicias Nacionales Revolucionarias.

Ante la traición de un improvisado y reaccionario jefe militar, Camilo recibe la orden de trasladarse a la provincia de Camagí¼ey; unos dí­as después, el 28 de octubre, cuando regresaba a La Habana con la misión cumplida, su avión   desapareció en algún lugar de nuestra geografí­a, privando a la naciente Revolución de uno de sus más extraordinarios dirigentes polí­ticos y militares.

Este próximo 28 de octubre, como cada año, en patriótica peregrinación, rendiremos honor a su memoria.  

Hoy, cuando la Patria se encuentra amenazada y el imperio, más agresivo que nunca antes, incrementa sus acciones de bloqueo y cerco económico con la aplicación del Tí­tulo III de la Ley Helms-Burton, con el interés de destruir a la Revolución, nuestros milicianos y las fuerzas regulares de las invictas Fuerzas Armadas Revolucionarias, junto a nuestro pueblo, advierten a los ilusos que sueñan con destruir lo que con tanta sangre se ha logrado, su heroica decisión de luchar hasta vencer o morir.

Ellos continúan con la vana intención de apoderarse de nuestra isla y de hacer desaparecer nuestra independencia y nuestra soberaní­a; nosotros seguimos con la firme decisión de defender la Patria, la Revolución y el Socialismo a cualquier precio.

En el aniversario 60 de la fundación de las Milicias Nacionales Revolucionarias, nuestro homenaje a todos los milicianos caí­dos en el cumplimiento del deber; nuestro respeto por todos aquellos jóvenes que escribieron y escriben hoy páginas heroicas.

A fuerza de patriotismo, dignidad y principios hemos vencido hasta hoy cualquier obstáculo y, no le quepa duda a nadie, ¡continuaremos venciendo!  Eso forma parte del compromiso ineludible con un pasado glorioso, con un presente más revolucionario que nunca, a la altura de nuestra ejemplar y admirable historia, escrita con la sangre y el sudor de los cubanos, con un porvenir luminoso que, bajo la dirección del Partido y las enseñanzas del lí­der histórico de la Revolución Cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, sabremos preservar.  Por grandes que sean los riesgos y las dificultades, saldremos adelante y alcanzaremos como siempre la victoria.

¡Viva el heroico y miliciano pueblo de Cuba!   (Exclamaciones de: « ¡Viva! »)  

¡Viva el Comandante Camilo Cienfuegos!   (Exclamaciones de: « ¡Viva! »)  

¡Viva el General de Ejército Raúl Castro Ruz!   (Exclamaciones de: « ¡Viva! »)  

¡Viva el lí­der histórico de la Revolución Cubana, Fidel  Castro Ruz!   (Exclamaciones de: « ¡Viva! »)  

¡Socialismo o Muerte!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!  

(Ovación.)  

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