
«No puede ser un congreso pasivo. Hay que levantar las banderas de la Revolución, ejercer un papel movilizador más activo y librar la batalla por la calidad de los servicios », afirmó el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte de Nacimiento, al evaluar el papel que les corresponde a los sindicatos y los trabajadores cubanos de cara al XXI Congreso Obrero, a realizarse en enero de 2019.
Lo anterior trascendió en el teatro de la Estación Territorial de Investigaciones de la Caña de Azúcar (ETICA), centro Vanguardia Nacional, donde sesionó la Conferencia Municipal de la CTC de Ranchuelo, Villa Clara, segunda que se realiza en el país como parte del proceso orgánico del XXI Congreso Obrero, y primera en la que participa el máximo dirigente sindical cubano.

Sobre las responsabilidades que recaen en los trabajadores cubanos, el también miembro del Buró Político del PCC enfatizó en un grupo de prioridades del trabajo sindical; entre las cuales está el fortalecimiento de la empresa estatal socialista, sin descuidar por ello a las formas de gestión no estatales, que suman ya más de un millón de trabajadores.
Al respecto afirmó: «No podemos seguir empleando métodos tradicionales para atender el trabajo por cuenta propia, ni tener temor al debate. Esas formas de gestión no estatal no se estigmatizan, pero el país trabaja en su reordenamiento para resolver las distorsiones creadas ».
Guilarte de Nacimiento hizo hincapié en la necesidad de enfrentar los problemas de fluctuación de la fuerza de trabajo, pues la nación no puede darse el lujo de seguir perdiendo fuerza calificada, y, de igual forma, insistió en atender el problema del salario, para lo que no basta con decirlo, sino buscar alternativas, tanto al sector empresarial, en el que labora el 49 % de los trabajadores, como al presupuestado, con el 51 % restante, y hasta ahora el menos beneficiado pues cuenta con los salarios más bajos.
Los 80 delegados a la Conferencia Municipal de Ranchuelo debatieron con profundidad el informe presentado, con varias intervenciones dedicadas a analizar la compleja situación por la que atraviesa la actual zafra azucarera, en un territorio con larga experiencia en esos menesteres y donde hoy muele, el central Ifraín Alfonso, con un mes de retraso del inicio planificado.
Modesto Rojas Gómez, al frente del Buró Sindical de la fábrica de azúcar ranchuelera, hizo un recuento de los problemas presentados: un 54 % del tiempo de molienda perdido por interrupciones de la industria, así como la carencia de fuerza calificada en puestos clave del ingenio. Explicó que ante estas dificultades, el sindicato no ha dejado de luchar por erradicarlas.

Por su parte, Francisco García, dirigente sindical de la fábrica de cigarros Ramiro Lavandero ―la más antigua industria cigarrera del país―, se refirió al necesario liderazgo de deben tener los cuadros sindicales, para ser seguidos y respetados por las masas:
«El sindicato tiene que velar por la vida económica de la fábrica, saber el plan técnico-económico del año y luchar por su cumplimiento y potenciar el movimiento de los aniristas (innovadores y racionalizadores), pues tenemos una gran obsolescencia tecnológica. En enero tuvimos pérdidas de unos 300 000 pesos; eso hay que verlo con los trabajadores, que son los que se afectan, y luchar por cumplir el plan a fines de año ».
A partir de esta intervención, el secretario general de la CTC, pidió adoptar los acuerdos sindicales pertinentes para darles seguimiento por el Comité Municipal y evitar llegar al cónclave obrero sin soluciones: «No podemos llegar al Congreso de enero con la mochila llena de problemas, hay que ir resolviéndolos por el camino, para aligerarla ».

Otros problemas recogidos en el informe presentado guardaron relación con la formalidad de las asambleas de afiliados, incumplimientos del potencial de pago, las dificultades con la afiliación sindical, la situación del delito y la escasa fiscalización y control de los convenios colectivos de trabajo.
De igual forma, se hizo alusión a los problemas con el ahorro, la guardia obrera y la discusión formal, en no pocas ocasiones, de los planes de la economía.
Informado el resultado de las votaciones, quedó reelecta al frente de la Central de Trabajadores de Cuba en Ranchuelo, la compañera Marivis González Lara, quien encabeza un secretariado de siete miembros, seis de ellos, mujeres, que representan el 85 % de sus integrantes.
También a nombre de los trabajadores de la Educación, habló Guillermo Arias, quien enfatizó en la importancia de la labor educativa que hacen los maestros y profesores en la formación de valores. Como limitaciones para su pleno cumplimiento, señaló el éxodo de docentes y el incumplimiento de los planes de ingreso a las carreras pedagógicas.

Las conclusiones de la conferencia estuvieron a cargo de Víctor Mendoza Palencia, primer secretario del Partido en el Ranchuelo, quien insistió en el fortalecimiento de la formación de valores, en la afiliación sindical y la gestión de capacitación de los dirigentes.
Mendoza Palencia terminó con una exhortación al voto unido por la Revolución en las elecciones del venidero domingo 11 de marzo, tanto para delegados a la Asamblea Provincial del Poder Popular, como para diputados al Parlamento cubano, cuyos candidatos se encontraban presentes, entre ellos, la ministra de Finanzas y Precios, Lina Olinda Pedraza Rodríguez.