Los jóvenes, la historia y Nemesia

Un emotivo intercambio con jóvenes de la provincia sostuvo Nemesia Rodrí­guez Montano, a propósito de las actividades para celebrar el 4 de abril.

Compartir

Nemesia intercambia con jóvenes villaclareños
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Osmaira González Consuegra
Osmaira González Consuegra
@oglezc
1539
03 Abril 2018

Esta vez no calzaba zapatos blancos. Lo que no significa que para Nemesia Rodrí­guez Montano haya dejado de ser su color preferido para abrigar sus pies. Llegó hasta Santa Clara acompañada de su hermana Lucí­a. Invitadas por la Unión de Jóvenes Comunistas del territorio, ambas accedieron a compartir la triste historia familiar, ví­ctimas del ataque mercenario por Playa Girón.

Nemesia
Nemesia. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Así­, en el teatro de la Escuela Pedagógica Manuel Ascunce Domenech, jóvenes de este centro, más otros del Instituto Politécnico Lázaro Cárdenas y del preuniversitario Abel Santamarí­a preguntaron a las visitantes sobre sus vidas. Ante el micrófono, Nemesia superó la nostalgia que le causa recordar los hechos. Narró en detalles cómo un avión bombardeó el camión en el que se trasladaban hacia Jagí¼ey Grande. En el acto vio morir a su madre, mientras uno de sus hermanos y su abuela resultaban heridos.

«Todo transcurrió en cuestión de segundos. Cuando nos dijeron que debí­amos evacuarnos y recoger algunas pertenencias, en lo primero que pensé fue en mis zapaticos blancos que mi mamá acababa de comprarme. Yo no tení­a idea de lo que estaba pasando. Supuse que en Jagí¼ey   me los podrí­a poner porque allá si habí­a carreteras y aceras. Imagí­nense ustedes, yo solo tení­a 13 años. Con el transcurso del tiempo es que he podido entender la magnitud de lo sucedido », comentó.

Los jóvenes se interesaron por saber porqué Nemesia y su familia continúan viviendo en un lugar donde tienen tan amargos recuerdos. Ella respondió que a pesar de todo prefiere los ajetreos de la ciénaga. Especí­ficamente, en el caserí­o de Soplillar, lugar donde ha echado raí­ces. Solo se irá de ahí­ cuando la propia vida lo imponga. «Cuando no pueda valerme por mí­ misma y tenga que depender de mi hija, entonces me iré con ella para Jagí¼ey Grande », dijo.

Nemesia compartió con jóvenes villaclareños
(Foto: Ramón Barreras Valdés)

Durante el intercambio también se habló del ví­nculo de Nemesia con Fidel. La «flor carbonera », como se le conoce a partir del poema del Indio Naborí­, rememoró el encuentro que sostuvo con el lí­der histórico de la Revolución cubana durante el VI Congreso del Partido.

Lucí­a, hermana de Nemesia
Lucí­a, hermana de Nemesia. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

«Fue una experiencia única. Yo siempre quise abrazar a Fidel, darle un beso. Y en esa oportunidad me sentí­ muy nerviosa. Pero él me transmitió fuerzas y energí­as positivas. Fidel era un hombre que cuando te tocaba te daba esas fortalezas. Luego, en el VII Congreso, cuando casi se despidió de nosotros yo estaba sentada en la primera fila y al escucharlo hablar lloré mucho ».

Lucí­a por su parte no estuvo durante el bombardeo en Playa Girón. Se encontraba estudiando en La Habana, según un proyecto ideado por Celia Sánchez Manduley y apoyado por Fidel.

«Fue Celia quien me habló de la tragedia ocurrida en mi familia rememoró Lucí­a e hizo lo posible para que yo estuviera en los funerales de mi mamá. Cuando hablo de Celia es como si lo hiciera de una madre. Me apoyó mucho y ofreció todo el cariño que necesitaba una joven de 15 años como yo en aquel momento tan duro ».

Antes de finalizar el encuentro, Nemesia y Lucí­a aconsejaron a los jóvenes no olvidar la historia. Les dijeron que no hagan caso de los difamadores que quieren tergiversar la verdad. «Confiamos en la juventud de ahora dijo Nemesia   que podemos darle responsabilidades y que sabrán cuidar el legado de Fidel y Raúl ».

Desde el plenario, más de una voz se alzó para agradecer a ambas por la oportunidad de conocer los sucesos contados por sus protagonistas, por las verdaderas ví­ctimas de ataques terroristas.

Nemesia intercambia con jóvenes villaclareños
(Foto: Ramón Barreras Valdés)

Comentar