«El proceso de unidad de nuestros pueblos es indetenible »

Vanguardia publica esta entrevista concedida en diciembre de 2016 por el Dr. Alí­ Rodrí­guez Araque, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba, quien falleció este lunes a los 81 años de edad en La Habana.

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Alí Rodríguez, embajador de Venezuela en Cuba
El Dr. Alí Rodríguez Araque, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba, quien falleció este 19 de octubre. (Foto: Tomada de Cubadebate/Archivo)
Enrique Moreno Gimeranez
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20 Noviembre 2018

El Dr. Alí­ Rodrí­guez Araque accedió con gentileza a la realización de esta entrevista en el año 2016. Este venezolano bolivariano y chavista nacido en Ejido, en el Estado de Mérida, el 9 de septiembre de 1937, ha ejercido como Abogado, Polí­tico y Diplomático de la nación sudamericana como parte de su trayectoria profesional y polí­tica.

Ha ocupado diferentes responsabilidades como Ministro de Energí­a y Minas de Venezuela (1999-2000), Secretario General de la Organización de Paí­ses Exportadores de Petróleo (OPEP) en el perí­odo 2001-2002, Presidente de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) en el perí­odo abril 2002-2004, Ministro de Relaciones Exteriores (2004-2006), Ministro del Poder Popular para Economí­a y Finanzas de la República Bolivariana de Venezuela (2008-2010), Ministro del Poder Popular para la Energí­a Eléctrica y Presidente de la Corporación Eléctrica (CORPOELEC) en el perí­odo 2010-2012 y Secretario General de UNASUR (2012-2014), entre otras importantes ocupaciones.

Como Canciller venezolano entre los años 2004-2006 en cumplimiento de la polí­tica exterior trazada por el Presidente Hugo Chávez participa activamente en la estructuración del Banco del ALBA, del sistema SUCRE y del Banco del Sur. Al mismo tiempo, promovió el acuerdo de comercio ALBA entre Venezuela, Cuba y Bolivia.

Durante su gestión, Venezuela logra su reconocimiento como miembro del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Entre los años 2006-2008 resulta designado como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Bolivariana de Venezuela en la República de Cuba, responsabilidad para la cual es reelegido nuevamente en el año 2014 hasta la actualidad.

Con el Dr. Alí­ Rodrí­guez Araque, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba, conversé en diciembre de 2016 sobre la historia de las relaciones entre ambas naciones, el estado actual de los ví­nculos bilaterales y la situación polí­tica en América Latina y el Caribe, entre otros tópicos de interés.

Este mes de diciembre de 2016 conmemoramos 22 años del primer encuentro en La Habana entre dos lí­deres inmortales: Fidel Castro Ruz y Hugo Chávez Frí­as. ¿Qué representaba aquel histórico abrazo para el desarrollo de las relaciones entre Cuba y Venezuela y el futuro de la Patria Grande?

Más allá del encuentro entre dos grandes hombres que han marcado la historia de nuestro continente, la trascendencia está en que es la continuidad de una relación ya histórica que se inicia tempranamente los dí­as de la lucha de independencia de ambos pueblos: tanto del pueblo de Venezuela y los paí­ses bolivarianos, como también, de Cuba. No olvidemos que José Martí­ se confesó él mismo como un bolivariano y que al llegar a Venezuela tuvo aquella muy conocida expresión: “Déme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí­ un hijo”. Fueron muchas las expresiones de Martí­ de identificación con Bolí­var.

«Dos bolivarianos como son, han sido y serán Fidel y Chávez   pues es un nuevo impulso a esa identidad existente entre ambos pueblos y que han expresado sus más grandes lí­deres. Fue, más allá del simbolismo, la concreción   además de lo que debe ser el modelo de relación entre todos los paí­ses de nuestra gran nación latinoamericana y caribeña.

A su juicio, ¿cuáles fueron sus más claras enseñanzas para los pueblos de Nuestra América?

En primer lugar que la unidad de nuestros pueblos no puede estar basada en una visión comercial de cuánto ganas tú, cuánto gano yo y cuál sale más beneficiado. Sino, como lo hemos repetido tantas veces en nuestra visión de la unidad sudamericana y latinoamericana y caribeña en más vasto espacio, el centro de la unidad económica debe estar basado en la compensación: lo que no tienes tú, lo tengo yo, y así­ nos compensamos. De manera que, incluso, los excedentes que se generen pueden ser colocados en fondos, orientados tanto al desarrollo económico como al desarrollo social y cultural de nuestros pueblos. Ese fue el eje de la relación nuestra.

«Además, fue un hecho muy temprano en la relación que en Venezuela desembarcaran miles de médicos cubanos que fueron hasta las zonas más alejadas, hasta las montañas, hasta los campos, hasta los barrios más pobres del paí­s llevando salud. Igualmente, miles de educadores, miles de trabajadores de la cultura, miles de trabajadores de la educación fí­sica y el deporte. Eso se ha consolidado, prácticamente se ha institucionalizado, como una polí­tica y una estrategia. Más allá de los aspectos económicos, polí­ticos y estratégicos, está la gran ligazón de los afectos, del factor humano.      

Alí­ Rodrí­guez, embajador de Venezuela en Cuba
Alí­ Rodrí­guez Araque durante una conferencia de prensa donde repudió declaraciones hechas por el presidente estadounidense Donald Trump contra Venezuela. (Foto: Yander Zamora/Archivo)

¿Cuánto ha significado el ALBA-TCP para los pueblos de América Latina y el Caribe tras 12 años de fundada por los Comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez el 14 de diciembre de 2004?

Resulta la actualización, en las condiciones del siglo XX y XXI, de lo que fue el proyecto bolivariano y martiano. Pero, todaví­a, no ha producido los gigantescos efectos que está llamado a producir. Porque no olvidemos que los procesos de cambio en Nuestra América no van por una ví­a lineal, hay avances y retrocesos. Lo que hay que ver es la resultante histórica de estos procesos. Se han establecido numerosos acuerdos, pero todaví­a, el gigantesco potencial que aloja nuestra región no se ha expresado.

«Analicemos algunos datos. Nada más que Sudamérica tiene más del 24% de las reservas de agua dulce del mundo, tres de los ocho grandes rí­os del mundo, aloja en su seno prácticamente todos los elementos de la tabla periódica de Dimitri Mendeleiev. Lo que uno puede preguntarse es: ¿qué   es lo que no tenemos en Sudamérica, y de manera general, en América Latina y el Caribe? Porque además tenemos el Caribe, tenemos salida al Pací­fico, salida al Atlántico. Es decir, cuando uno se ubica frente al mapa de Nuestra América, lo que observa es un territorio primero despoblado, no tenemos suficientes habitantes, y una gigantesca riqueza que está allí­ todaví­a adyacente porque los propios sistemas polí­ticos que han predominado en nuestra región con sus visiones económicas pues no permiten un óptimo aprovechamiento en beneficio de nuestros pueblos.

«Pero la visión precisamente de Fidel, de Chávez, de Kirchner y de los nuevos lí­deres que han venido surgiendo en Nuestra América apuntan en esa dirección: el óptimo aprovechamiento en beneficio de nuestros pueblos de esa gigantesca riqueza que aún está allí­ esperando por sacar un mejor provecho.  

¿Cuál es su mensaje para los pueblos de la Patria Grande?

Que el proceso de unidad de nuestros pueblos es indetenible. Puede haber una alianza tan poderosa como es imperio-grandes oligarquí­as en sus territorios, pero el proceso ya se desató y no hay manera de echar marcha atrás. Todos los que nos identificamos con ese proceso debemos poner al máximo nuestros esfuerzos en explicar, en difundir lo que es dicho proceso y además la realidad que confrontan obstáculos como un Mauricio Macri o Estados Unidos que siempre ha estado allí­ evitando la unidad sudamericana porque eso implica un contrabalance del gran poderí­o norteamericano.

¿Cómo valora los actuales ví­nculos bilaterales entre Cuba y Venezuela?

Excelentes. Las relaciones entre Cuba y Venezuela son un modelo de relaciones para todos nuestros pueblos. El dí­a en que las relaciones entre todos nuestros paí­ses sean como las relaciones entre Cuba y Venezuela habrá cambiado completamente el rostro de Nuestra América. Será una nueva era, no solo para Nuestra América sino para toda la humanidad ».  

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