
Con una acampada en Monte Lucas en la noche de este 8 de abril, los jóvenes villaclareños rindieron merecido tributo a aquellos que hace 61 años ofrendaron sus vidas durante la Huelga General del 9 de abril de 1958, protagonizada por miembros del Movimiento 26 de Julio.
Sin lugar a dudas, fue una de las acciones que más estremeció al pueblo, durante la sangrienta tiranía de Fulgencio Batista. Detrás del llamamiento a la huelga general, estaba el esfuerzo, la inteligencia y el sacrificio de muchos combatientes, que arriesgaron sus preciosas vidas para lograr el triunfo de esa acción política.
Entre los objetivos del paro estaban: demostrar la presencia de la Revolución y derrocar al dictador y los seguidores del oprobioso régimen, que ya duraba 6 largos años.
En diversas ciudades del país, más de 100 luchadores, incorporados en su mayoría a células clandestinas, perdieron la vida los días 9 y 10 de abril, de 1958.
En la preparación de la huelga general revolucionaria del 9 de abril se trabajó con esmero y febril actividad por parte de sus organizadores, para lograr el triunfo.
A pesar de que la acción no alcanzó el éxito esperado, su ejemplo sembró la llama de la rebeldía en la conciencia del pueblo.
Entre los combatientes caídos poco antes de esa histórica fecha, mientras preparaban la huelga, está Gerardo Abreu Fontán, asesinado el 7 de febrero.
Días después, el 18 de marzo detuvieron a Sergio González, conocido entre sus compañeros como El Curita, quien apareció acribillado a balazos, junto a Juan Borrell y Bernardino García.
También Marcelo Salado Lastra fue baleado en una céntrica esquina del Vedado capitalino, todos como un ejemplo del aumento de la represión en La Habana de 1958.
En la zona de El Naranjo, en la Sierra Maestra, se reunieron en marzo de 1958 los miembros de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio, con el Comandante en Jefe Fidel Castro.
Ahí se convocó a la Huelga General, en un llamamiento que firmaron el jefe de la Revolución y Faustino Pérez, quien tenía a su cargo la responsabilidad de esa acción.
Tras el revés ocurrido, Fidel envió una carta a Faustino el 27 de abril, donde le decía: «Tengo la más firme esperanza de que en menos tiempo de lo que muchos son capaces de imaginar, habremos convertido la derrota en victoria ».
Ocho meses y 3 días después de esas proféticas palabras se alcanzó el triunfo de la Revolución y comenzó una nueva época en la historia de nuestra Patria.