
Quizás porque constata de bien cerca las crudezas de la vida, un intensivista del hospital general Mártires del 9 de Abril, en Sagua la Grande, asume la coordinación de talleres científicos que propician la integración de la ciencia con el conocimiento, en busca del bienestar humano.
Al Dr. Jorge Luis Alonso Freyre y a todo un equipo de colaboradores se debe que la Villa del Undoso acabe de realizar el V Taller dedicado al cambio climático (CC) y sus efectos sobre la salud. Por ello, abordó la aplicación del pronóstico biometeorológico como forma de adaptación a las modificaciones drásticas que está sufriendo el clima a nivel global, y que también inciden sobre ese territorio en el norte de la provincia central de Villa Clara.

Parece que los sagí¼eros tomaron la delantera, y desde la década de los 90 del pasado siglo un grupo de investigadores trabaja en el desarrollo de estas predicciones encaminadas a informar a los servicios médicos cuándo ocurrirán cambios bruscos en el tiempo.
Lo suficiente para alertar a una cifra mayor de asmáticos, hipertensos o aquejados de otras enfermedades crónicas no trasmisibles (ECNT), a fin de evitar su descompensación. Es el punto de aviso para cuerpos de guardia y postas médicas, dirigido a reforzar las condiciones que garanticen el tratamiento y rápida recuperación de los pacientes.
«Así comenzaron a valorarse las llamadas respuestas meteoropatológicas ante la falta de aire, cefaleas, crisis hipertensivas, deshidratación y desmayos, entre otras », precisó el Dr. Alonso Freyre.
La mirada de los expertos incluyó la interacción del CC con sus efectos mediatos e inmediatos, y satisface que la institución hospitalaria sagí¼era registre a individuos salvados de golpes de calor. Sin embargo, el reto mayor está en el comportamiento de esas ECNT en este municipio, donde la contaminación atmosférica resulta evidente y el centro de la ciudad donde se localiza mayor cantidad de personas con ECNT constituye uno de los más calurosos por el grado de deforestación que presenta.
«Los pronósticos biometeorológicos, como forma de adaptación al cambio climático, valen tanto para la atención primaria como la secundaria, y constituyen una vía efectiva destinada a reducir la ocurrencia de crisis en la salud », precisó el galeno.
II
Hay un término muy común en los últimos tiempos, aunque todavía muchos desconocen su alcance conceptual. Se trata de la resiliencia ambiental, devenida capacidad de las personas o de los ecosistemas para asimilar los cambios sin alterar significativamente el contexto.
En la zona costera el término puede aplicarse, como soluciones naturales para la adaptación al cambio climático.
Sobre el tema intercambiaron el Dr. Joaquín Alonso Freyre, la Dra. Georgina Castro Acevedo, ambos del Centro de Estudios Comunitarios de la Universidad Central «Marta Abreu » de Las Villas, y el máster Edelkis Rodríguez Moya, director del Centro de Estudios y Servicios Ambientales (Cesam) de Villa Clara, en el panel «Resiliencia ambiental comunitaria en el ámbito local ».
Como la sociedad está dentro del ambiente, resulta imprescindible conocer con qué recursos cuenta Sagua para su desarrollo, qué actividad económica puede aprovechar y cuáles son los desafíos a enfrentar.
En este sentido, ya sea por desconocimiento o desaprovechamiento, no siempre están presentes todas las posibilidades del territorio o carecen de la necesaria potencialidad.
El río Sagua, o Undoso, con sus 163 km y el segundo en longitud en el archipiélago, y los mogotes de Jumagua constituyen joyas a rescatar, por su abundante biodiversidad y riqueza arqueológica. Igualmente, la comunidad de Isabela, que tiene su historia antes y después del huracán Irma.
No puede obviarse que el turismo, el patrimonio y lo meramente ambiental se dan la mano. ¿Nadie ha pensado acaso en fomentar las condiciones para lograr un turismo de naturaleza contrastante con el ya masivo y reiterado de sol y playa?
Ello a la vez implica una propuesta de soluciones encaminadas a la reducción de las vulnerabilidades en las zonas costeras, si se tiene en cuenta que se prevé la elevación del nivel medio de mar de 27 a 29 cm para 2050, y todavía más complejo, de 85 cm a 90 cuando llegue 2100.
III
Además de una jornada con excelente rigor científico, a los cerca de 200 delegados les aguardaba la presentación del libro Pronósticos biometeorológicos, por parte de su autor, el Dr. Luis Lecha Estela, consejero para América Latina y el Caribe de la Sociedad Internacional de Biometeorología.
Seis capítulos conforman el texto, con unas 200 páginas acompañadas de mapas, gráficos y otros anexos complementarios, con el prólogo del Dr. José Rubiera Torres.

Un volumen único en Cuba, cuyos mensajes van dirigidos a ofrecer con suficiente antelación a las instituciones de salud y servicios de emergencia médica, la información oportuna para prevenir y realizar profilaxis de algunas enfermedades crónicas no transmisibles consideradas de alta incidencia en el país. Este método avisa hasta con 180 horas de antelación la ocurrencia de condiciones favorables para el desencadenamiento de crisis de salud.
Pudiera considerarse una especie de estudio piloto con registros de ocurrencia diaria de algunas afecciones y su vínculo con cambios bruscos en el estado del tiempo. La relación incluye el comportamiento del asma bronquial, las enfermedades cardiovasculares, los accidentes cerebro-vasculares, las crisis hipertensivas, las cefaleas y algunos tipos de infecciones respiratorias agudas.
Para validar los resultados de estos pronósticos se analizan, desde diciembre de 2006, estas variables en las instituciones de salud de Sagua la Grande, municipio convertido en puntero de la experiencia.
El libro incluye, también, el monitoreo global de los efectos biometeorológicos en diferentes partes del mundo. Se estima que el ser humano puede perder 600 calorías por cada gramo de sudor expulsado del organismo.
De acuerdo con las pretensiones, se espera una reducción relativa de las enfermedades crónicas no trasmisibles para 2025.
IV
Lejos de coordenadas y accidentes geográficos, el MAPA que presenta el Dr. Luis Monteagudo Lima, del Cardiocentro Ernesto Che Guevara, difiere por completo de la visión que tenemos sobre estos documentos.
Se trata de una técnica aplicada desde 2001 con un dispositivo cubano destinado al monitoreo ambulatorio de la hipertensión arterial. Este registra el comportamiento de las variables con sus irregularidades entre 24 y 48 horas, en dependencia de lo que se quiera investigar.
El dispositivo es insertado al paciente durante ese tiempo hasta que concluya el estudio, y ha permitido la evaluación de 1154 hombres y 960 mujeres, para individualizar los factores de riesgo y detectar el ritmo cardíaco con vistas a ajustar tratamiento, regular el régimen alimentario y precisar la conducta según cada enfermo.

Este MAPA mide cada 30 minutos el estado del sistema cardiovascular y aporta datos básicos para determinar la ocurrencia de anomalías que pueden estar asociadas a la influencia de factores externos, incluidas las condiciones del estado del tiempo.
En consideración del galeno, no existe una clara percepción del riesgo para la salud asociado a los efectos meteorotrópicos. Ello conlleva que el personal especializado no esté preparado en función de prevenir o mitigar las crisis de salud que ocurren asociadas a ellos.
«Estas situaciones dijo están provocando alteraciones en los grupos más vulnerables; entre ellos, los hipertensos ».
Estudios recientes demuestran el incremento de niños y jóvenes hipertensos, aun en edad escolar, como padecimiento que aumenta su prevalencia en Cuba, con cifras cercanas al 40 % de la población, mientras supera el 60 % en los adultos mayores.
V
Todo parece indicar que Sagua la Grande presenta contrastes que llaman la atención de los expertos, como le ocurrió a la máster Meylin Otero Martín ante los extremos climáticos registrados en el municipio.
Al valorar los resultados de la vigilancia climatológica en ese territorio, en numerosos períodos aparecen irregularidades, como la ruptura en varios meses de récords, tanto de temperatura media como máxima, y las detectadas en el comportamiento de las precipitaciones, junto a otros 12 indicadores.
Muchos preguntan ¿por qué el cambio climático está extremando el tiempo? Y en la base del fenómeno figura el calentamiento global observado desde hace más de un siglo.
Dicho incremento se ha acelerado a partir de 1960 con la subida, casi en un grado, de la temperatura media mundial. A ello se suma la intensidad de las tormentas, mayor severidad de las sequías, olas de calor, y también de frío, en dependencia de los continentes.
No menos interesante es el trabajo presentado por el máster Ricardo Osés Rodríguez en coautoría con Amaury Machado Montes de Oca, ambos, del Centro Meteorológico Provincial, que retoma el tema de los pronósticos biometeorológicos en Salud.
Conocer los riesgos aporta nuevos elementos relevantes para la prevención y mitigación de los efectos del estado del tiempo sobre la salud humana.
Los vaticinios se basan en los datos referidos al probable comportamiento de la variación del contenido de oxígeno en el aire para diferentes plazos, el tipo de situación meteorológica predominante y la presencia de efectos locales de contaminación atmosférica.
Los cambios notables de la densidad de oxígeno en el aire, ya sea por exceso o defecto, suelen ocasionar picos de afluencia masiva a las unidades de salud.
VI
Uno de los aciertos de estos talleres es darles el sitio que corresponde a los resultados de la integración de la universidad sagí¼era, como parte del precepto de que la ciencia y la pedagogía no pueden verse distanciadas.
Se requiere la unidad, y así lo demostró el Dr. José Luis Santana Lugones, coordinador de la red de formación ambiental en la Villa del Undoso.
Tanto él como Jorge Luis Alonso Freyre fueron estimulados con la Distinción Ambiental por la filial de la Asociación de Pedagogos de Cuba.
Y muy sorprendente resultó apreciar el rigor de las investigaciones presentadas por estudiantes universitarios en torno al cambio climático y sus impactos sobre la salud.
Muchos de los temas conformaron el programa de los cursos previos al Taller, y nada mejor para cerrar la sesión principal del evento que la participación del estudiante de cuarto año de Medicina Neil Santos Horta sobre la relación entre las variables meteorológicas y el comportamiento de la natalidad en el municipio sede.
Entre sus conclusiones fundamentales, apoyado en un serio basamento, se determina que a mayor temperatura menor será el grado de fecundidad, en tanto a menor temperatura las posibilidades de fecundación muestran un incremento.
Con el reconocimiento a las personalidades que han apoyado cada certamen, se despidió este V Taller de Cambio Climático y Salud. Falta un largo camino por recorrer en tiempos de involucrar a la mayor cantidad de habitantes, personalidades y organismos para cambiar patrones de limitada percepción de riesgo, junto a otros comportamientos errados.
Lo cierto es que el cambio climático no es un juego. Desde hace tiempo muestra sus garras y tendremos que adaptarnos, a fin de que el planeta siga teniendo la sabia inteligente de sus moradores.