¡Canta, Muñeco, canta! (+Video)

Muñeco, como todos le llaman, se ha convertido en uno de los personajes más populares de la ciudad de Santa Clara. Esta entrevista fue realizada por el periodista Francisnet Dí­az Rondón para el suplemento Santaclareño, de agosto de 2011. 

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o Muñeco, personaje de Santa Clara
(Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Francisnet Dí­az Rondón
Francisnet Dí­az Rondón
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11 Julio 2019

Varias personas se agolpan alrededor de un banco del parque Vidal, en  Santa Clara. Dentro del grupo se escuchan  los acordes de una vieja guitarra y una  peculiar voz entonando conocidas canciones de famosos cantantes de distintas tendencias y épocas. El protagonista de tanto alboroto es un muchacho algo pasadito  de libras que, sin proponérselo, con el  tiempo se ha ido ganando el afecto y la  simpatí­a de cuantos lo conocen.

Muñeco, como todos le llaman, se ha  convertido en uno de los personajes más  populares de la ciudad. Entre el cariño y  las burlas de algunos inconscientes, alegra dí­a a dí­a a las personas que le rodean  para escucharlo cantar. Sobre él se tejen leyendas y especulaciones de toda í­ndole.

Todo el pueblo te conoce como Muñeco, pero, ¿cuál es tu verdadero nombre?

Omar Ramón Mirabal Jiménez.

¿De dónde eres?

De aquí­ de Santa Clara.

¿Cómo surgió lo de Muñeco?

Una vez, en tiempo de carnavales,  debí­ ponerme un muñecón de madera. Y un chiquito, que parece me conocí­a,  vení­a con sus padres y al verme gritó:   «Mira al Muñeco ». Ya, ahí­ se quedó. Pero,  no solo me dicen así­, también me llaman el  trovador, el guitarrista. Cuando uno canta  le pueden poner muchos apodos.

¿Qué edad tienes?

Treinta y tres años.

¿Desde cuándo cantas?

Empecé a cantar desde los cinco  años. Pero tuve problemas cuando perdí­ a  mi mamá. Su muerte me afectó mucho e  intenté quitarme la vida. Estuve ingresado un tiempo. Fue un trauma que nunca  se me olvida. Ella tení­a 48 años y yo 12.

Era joven aún.

Sí­, muy joven. Pero, antes de morir  siempre me aconsejó que «luchara el baro »  para comer, y honestamente, no robando.

¿Alguien te enseñó a cantar?

No. Eso viene con la persona. Un  don que me dio la vida.

La guitarra...

Yo he tenido, en total, siete guitarras. Cuando la gente  me ve cantar sin ella,  me preguntan que si la  vendí­, que si la rompí­. Pero, si esa es la que  me da la comida y los  pesos, cómo voy a  deshacerme de ella o  hacerle daño. A mí­ me  rompen una guitarra, y  yo me pongo a llorar  bastante, porque esa  es la vida mí­a. La última me la rompieron  frente al Park View.  Pensaban que andaba  con dinero, y no tení­a  nada. Me dieron un  golpe. No fue tan grave, pero yo padezco de ataques de epilepsia.

¿Cuándo te atacaron?

Exactamente el  dí­a de mi cumpleaños, el 25 de marzo, si no  me equivoco. Sí­, el mismo dí­a de mi cumpleaños. Desgraciadamente, siempre tienen  que abusar del bueno, nunca del malo. Piensan que uno tiene dinero arriba, cubano o  dólares, porque a mí­ me dan de los dos  tipos...

¿Lo que ganas te alcanza para vivir?

Apenas para lo básico. Yo ayudo a  mi hermana. Tiene 52 años. Sí­, ya está viejita. Se llama Marí­a del Rosario Montes de  Oca Jiménez. Ella es CVP en una escuela.  En la casa vivimos cuatro personas. Somos yo, Marí­a, Dayanay y Yuniel. Estos  últimos son mis sobrinos.

¿Hijos de tu hermana?

No, Dayanay es nieta de mi hermana, hija de mi sobrina Aymée. Yuniel sí­ es  hijo de Marí­a.

Entonces, nada más viven cuatro personas en tu casa.

Bueno, hay dos animalitos, que ellos tienen que alimentarse también. Un perrito  y una perra que se llama Niña.

Hay quienes piensan que utilizas las  ganancias en placeres.

Mira, el dinero que me dan lo cojo para  comer. Nunca me he dedicado a las bebidas.  Además, si lo hago, nadie me ofrecerí­a. No es lo mismo que me vean tomando refresco que una cerveza. Mi madre me advirtió que  nunca tomara. Si la gente ve que cojo el dinero para bebidas alcohólicas, nunca me darí­an nada. Además, no me gusta beber.

Muñeco con niñas en el Parque Vidal
(Foto: Tomada de la página web de Telecubanacán)

¿Qué lugares prefieres para cantar?

Me gustan los lugares donde no  haya pesadez, burlas...

Pero, siempre aparece algún pesado...

Sí­, como ahorita mismitico que canté  aquí­ y se burlaron de mí­. No me gustó eso. Porque yo... te voy a decir una cosa, no  soy una persona avariciosa. Si no me dan  nada, lo hago también. A mí­ la gente que  me ofrece dinero lo hace por voluntad propia, tanto cubanos como extranjeros. Y otra  cosa, tampoco voy detrás del turista. No,  eso nunca lo voy a hacer, aunque me esté  muriendo de hambre.

¿Cuáles son tus cantantes favoritos y qué música te gusta más?

José José es mi cantante preferido. Y de otros artistas me sé todo esto que ves aquí­ (muestra una libreta con anotaciones). De Juan Gabriel, Vicente Fernández; Roberto Carlos, me gusta como canta; José Luis Perales, el español; Julio Iglesias, Consuelo Velázquez, sobre todo en la canción Bésame mucho, entre otros. Y me sé canciones de la «Década », mexicanas, patrióticas...

¿Y cubanos?

Me gusta mucho la trova. Me  encanta Pablo y sus temas Yolanda  y El breve espacio en que no estás.

¿Qué condiciones debe tener un cantante?

Primero, melodí­a y afinación. Después conocer el tono, el ritmo principal. No puedes hacerlo a lo loco porque si no desafinas completo. Debes cantar bajito pa’ que llegues alto después. Tampoco tomar ni fumar. Hay quienes dicen que darse un traguito es bueno. No, no, no.

¿Estuviste vinculado alguna vez a un taller de canto o algo parecido?

Estuve en la Casa de la Cultura y se burlaron de mí­. Decí­an que cantaba bien, pero que se oí­a mal. Esa injusticia que cometieron conmigo nunca se me va a olvidar. Mi profesor (René) Gárciga fue el único que me apoyó.

Muñeco, personaje de Santa Clara
(Foto: Francisnet Dí­az Rondón)

¿Has cantado en lugares de renombre?

En la Plaza, en el Tren Blindado...

¿Como cosa tuya o te invitaron?

No, no, en actividades patrióticas. Este gordito que tú ves aquí­ ha estado en tarimas en eventos importantes, y ha ganado festivales nacionales. A los 13 años gané un concurso de El Niño de la Bota. Me enfrenté a muchachos de Camagí¼ey y La Habana; solo perdí­ con una matancera que cantaba lindo. El único que representó a Villa Clara fui yo.

No hace mucho se corrió el rumor de que habí­as muerto...

Dijeron que a mí­ me habí­an matado. Pero, ya ves, no es verdad. Si fuera cierto no estuviera aquí­ sentado hablando contigo. Eso fue una mentira. Medio pueblo lloró por mí­, porque a mí­ todo el mundo me conoce. Decí­an que me habí­an matado porque tomaba bebidas alcohólicas, y yo no bebo. Eso es mentira.

Muñeco, eres una persona muy conocida en Santa Clara...

(Interrumpe) No, soy conocido en Cuba y en el mundo.

... y aunque estás todaví­a muy joven para preguntarte esto, ¿cómo te gustarí­a que te recordaran?

Bueno, te lo voy a contestar en una canción que hice cuando se «corrió la bola » de mi muerte. Te la voy a cantar completa desde el principio:

«Dicen la gente, que a mí­ me han matado

pero no es verdad / estoy vivito y coleando.

Yo me gano los pesos  / para comer carne ’e puerco

me gusta el refresco ’e cola / y también el de a peso.

Me conformo con lo que me den / no soy un avaricioso,

me gusta estar gordito / me parezco un sancocho.

Si a mí­ me hubieran matado / no estuviera yo aquí­

estuviera en el cementerio / comido de gusanos.

Dicen la gente / que a mí­ me han matado.

pero no es verdad / estoy vivito y coleandooooo ».

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