
Cuentan que a su paso por Santa Clara (la ciudad ha tenido otros nombres, como Villaclara y Villa Clara), el historiador Nicolás Joseph de Ribera quedó encantado de la limpieza de sus calles y la laboriosidad de sus pobladores: «Villa Clara [...] Es pueblo nuevo, pero precioso y bien arreglado [...] ».
Transcurría por entonces la primera mitad del siglo XVIII, y la villa fundada entre dos ríos el 15 de julio de 1689 apenas daba sus primeros pasos y emergía como próspera comarca productora del mejor trigo del país.

De allá a la fecha mucha agua ha corrido por el Cubanicay y el Bélico, aunque ahora sus cauces están menguados y sus aguas muy distintas a aquellas límpidas y cristalinas que llevaron a Marta Abreu a construir cuatro lavaderos públicos en sus orillas; y del famoso trigo de antaño del que no queda tan siquiera el recuerdo en sus actuales moradores.
Sin embargo, el espíritu y el halo que envuelven a Santa Clara y a sus hijos conservan total vigencia, y ahora en vísperas de su cumpleaños 330 emergen fortalecidos.
¿Cuántas leyendas y tradiciones, como aquellas del Indio Bravo que merodeaba la loma de Pelo Malo y la del Gí¼ije de la Cañada? ¿Cuánta historia acumulada en algo más de tres siglos?
¿Saben los santaclareños de hoy por qué se les llama pilongos a los naturales de esta ciudad? ¿Y lo son todos realmente?

¿Cuál es el himno que nos identifica? ¿Cuál nuestro escudo? ¿Por qué Villa del Tamarindo? ¿Estuvo el tenor italiano Enrico Caruso en nuestra ciudad? ¿Por qué ciudad de Marta y el Che?
Claro que tantas interrogantes no pueden hallar respuesta en esta página, pero sí podemos acercarnos a algunas, cuyo conocimiento hará más bien pleno y consciente el disfrute por el agasajo 330.
Himno de Santa Clara
Compuesto en ocasión del homenaje del pueblo a su Benefactora, Marta Abreu, tuvo dos autores: el intelectual Antonio Berenguer y Sed, quien escribió su letra, y el violinista y director de orquesta Néstor A. Palma, autor de la partitura musical.
Fue interpretado por primera vez entre los días 28 de febrero al 2 marzo de 1895 para festejar la inauguración del alumbrado público y se tocó luego en otros momentos trascendentales de la ciudad, incluido el centenario del natalicio de Marta Abreu, en noviembre de 1945.
Perdido a partir de entonces, se rescató el 28 de enero de 2000 en ocasión de un aniversario de La Casa de la Ciudad, y la ejecutó la Orquesta de Cámara de la Sinfónica, que dirigía el maestro Rubén Urribares Pérez, quien se encargó del arreglo de la desconocida pieza musical.
Villaclara

A Villaclara, pueblo dichoso,
nuestros cantos de amor entonemos.
Su bello nombre glorifiquemos,
su ameno campo, su cielo hermoso,
su ameno campo, su cielo hermoso.
La patria noble de ilustre dama
que es un dechado de caridad.
Patria que siempre mágica
inflama la llama ardiente de libertad.
Sus verdes campos y sus colinas
retratan ondas de ríos sutiles.
Sus hijas lucen bellos perfiles
y cual del Angel, y cual del Angel
y cual del Angel, gracias divinas.
Gloria, gloria, gloria, gloria a Villaclara
que es la patria de invicta matrona.
Gloria a Marta que el pueblo pregona
ángel del pobre y dama preclara,
ángel del pobre y dama preclara.
¿Somos todos pilongos?

Si una palabra llena de orgullo al santaclareño resulta la de pilongo, pues de inmediato lo identifica, pero conviene aclarar que no todos lo somos.
Pilongo, según Berenguer y Sed en sus Tradiciones de Villaclara, es aquel bautizado en la pila bautismal que existió en la Parroquial Mayor desde los tiempos de Juan Martín de Conyedo, allá por el lejano año de 1725, y que sirviera para tales oficios durante más de dos siglos. Aunque por antonomasia y tradición sean así reconocidos los habitantes de esta hospitalaria ciudad, hayamos o no recibido el bautismo en la antiquísima pila.
Curiosidades
En el sitio web de Cultura de nuestra provincia aparece un grupo de curiosidades.
Sabía usted que:
En 1712 se construyó la primera casa de mampostería y tejas, que perteneció a Nicolás de Cárdenas, quien «hizo traer, según la tradición, los materiales desde la Habana por el río Sagua la Grande »; y que en 1779 comenzó a construirse el barrio Condado, el más famoso y bullicioso de la ciudad.
Y que nuestro río Bélico tiene ese nombre porque el poeta Plácido se lo impuso en 1840, en ocasión de una visita que realizara nuestra ciudad. Según nos cuenta el historiador Manuel Dionisio González en Historia de la Villa de Santa Clara y su jurisdicción «[...] diole ese nombre por haber en su orilla un mineral de imán y nacen laureles en sus márgenes, símbolo el primero de la guerra y los segundos de la victoria ».
Conocía usted que durante la primera representación dramática, la gente hablaba en un tono de voz alta, «y para que se callara fue menester que el gobernador amenazara con el cepo al que no guardara orden ».
Mientras que en 1827 se estableció en la ciudad de Santa Clara la primera Sociedad Filarmónica del interior de la Isla, todo un acontecimiento cultural para la época.
Y finalmente, ¿está usted al tanto de que el adoquín que se empleó en nuestras principales calles durante la pavimentación en 1927 tiene una dureza y calidad análogas al que se obtiene en las canteras de Noruega y Suecia, y sus dimensiones son iguales al que usó el Departamento de Obras Públicas en las calles de La Habana? Unido a esto se exigió a los contratistas emplear personal experto en su colocación, de modo que después de cilindrado y echado el derretido, no se notaran depresiones ni irregularidades.
¿Y de la famosa visita de Caruso?
La actuación del famoso tenor Enrico Caruso en Cuba, comprendida entre el 16 de mayo y el 20 de junio de 1920, está matizada por una enorme cantidad de sucesos que la han convertido en mito.
Acá en la capital de la actual provincia de Villa Clara, el genial cantante italiano actuó la noche del 17 de junio en el teatro La Caridad, tal como refleja el siguiente suelto del diario local La Publicidad, con fecha 18 de junio:
«Éxito extraordinario, fue el que obtuvo anoche en el Caridad con la presentación de Caruso. Elementos de distintos pueblos de la Provincia y nuestra “élite†ocupaban localidades principales, mientras que la Banda Municipal situada en los pasillos laterales del teatro ejecutaba hermosas selecciones ».

Hace 330 años surgió la Gloriosa Santa Clara por auto del entonces capitán general de la Isla, Antonio Viana de Hinojosa, y del obispo de Cuba, Diego Avelino de Compostela.
Más de tres siglos después los santaclareños de hoy tienen sobradas razones para el homenaje del venidero 15 de julio.