La Ermita de El Carmen, pequeño templo construido de mampostería y tejas en la colina del mismo nombre, cerca del arroyo de la sabana (río Bélico) y muy próxima al lugar donde se escuchó la misa por la fundación de la villa en el año 1689, abrió sus puertas al público el 29 de julio de 1745.
Durante las guerras por la independencia, el templo lo utilizaron como cárcel de mujeres, y allí estuvieron recluidas importantes patriotas santaclareñas.
Cerca de esta iglesia se sembró un tamarindo y colocaron una tarja para recordar el hecho de la fundación. En el año 1951, el pueblo erigió un monumento alegórico a la fecha.
El 29 de diciembre de 1958 en la azotea de una de las casas en el entorno del parque, cayó muerto el Vaquerito, en la batalla de Santa Clara. Existe allí un monumento dedicado a este cubano desde 1983.
Parque del Carmen: iglesia y fundación de la ciudad
El 15 de julio de 1689 el alcalde, capitán Manuel Rodríguez; el cura José González de la Cruz y un grupo de familias procedentes de la villa de San Juan de los Remedios, se trasladaron hacia esta región para dar cumplimiento a la Real Cédula de 29 de enero de 1684 para fundar un nuevo pueblo en Sabana Larga, en un cayo de monte llamado Los Orejanos, perteneciente a la hacienda de Antonio Díaz.

Esta nueva villa tomó por nombre Gloriosa Santa Clara, de acuerdo con lo dispuesto por el Capitán General de la Isla, Don Diego Antonio de Viana Hinojosa.
Fuertes intereses económicos motivaron a estos hombres a trasladarse hacia el centro de la provincia para poblar los terrenos obtenidos mediante la mercedación y reparto de estos en hatos y corrales para la cría de ganado.
Este proceso de tenencia de la tierra determinó la formación de una fuerte oligarquía terrateniente entre la cual se suscitaron diferencias en su afán por poblar las dependencias. A esta causa se unió el miedo a las depredaciones piráticas sobre el particular, con el objetivo de alcanzar sus propósitos: la distribución de San Juan de los Remedios y la fundación de la nueva villa.
El grupo de pobladores que se nucleó en torno a las familias Díaz de Pavía y Rojas de Pavías, poseedoras estas últimas de grandes extensiones de tierra en el hato de Antón Díaz, fueron los fundadores de Gloriosa Santa Clara.
A su llegada al lugar encontraron unos ranchos y corrales de encierro abandonados que les proporcionaron cobija y cierta comodidad. Próximo a la zona, acercándose al arroyo de la Sabana (actual río Bélico), existía un frondoso tamarindo bajo el cual se reunieron los pobladores para oír la primera misa de acción de gracias oficiada por el cura Fray Salvador Guillén del Castillo.
Inicialmente el sitio fue recordado mediante una cruz de madera fijada allí por los moradores de la villa. Años después, el lugar donde se celebró la misa de fundación se señaló en un sitio distinto al punto real, se fue acercando a la altura donde se había levantado la Ermita El Carmen. Allí se sembró un tamarindo y se situó una tarja para recordar el hecho mientras que el sitio inicial se fue cubriendo poco a poco con construcciones.
En 1951 el pueblo erigió un monumento alegórico a esta historia y alrededor del tamarindo levantaron dieciocho columnas de mármol situadas en espiral ascendente, unidas por un amplio friso y rematadas por una cruz.

Cada columna presenta en bronce los nombres de las familias que encabezaron el traslado de Remedios hacia acá y al pie del tamarindo se situó una tarja de igual metal con la referencia histórica. El cabildo de la villa Gloriosa Santa Clara mercedó el 7 de agosto de 1744.
El terreno para la edificación de una ermita próxima al lugar donde se ofició la misa de fundación comenzó a llamarse desde entonces Loma del Carmen. La construcción de esta fue concebida por el presbítero Juan Conyedo. Primeramente se edificó un pequeño templo de mampostería y tejas, abierto al público en la tarde del 29 de julio de 1745 para llevar a efecto la bendición del local. El presbítero Juan Félix de Moya comenzó las gestiones para la construcción de una torre con las campanas, mejora que no llegó a realizarse debido a la muerte de este cura. En 1802 edificaron un campanario de madera consistente en cuatro horcones en forma de torre que perduró hasta 1846, fecha en que se proyectó la ejecución de una espadaña en mampostería y que se elevaría sobre la puerta principal.
Los trabajos para estos fines se comenzaron el 6 de agosto de 1846 y concluyeron el 23 de noviembre de 1847 con la colocación de la cruz que la remata. Con las antiguas campanas inutilizadas se mandaron fundir las que hoy posee, colocadas en lo alto de la espadaña el 28 de mayo de 1848.
El templo reabre sus puertas el 4 de junio de ese mismo año. La Congregación de los P.P. Salesianos acomete nuevos arreglos en el templo en 1954 y se construye el atrio que lo rodea. En 1986 se modificó el piso del lateral norte del atrio, levantándose 40 cm con la construcción de una losa de hormigón. Esta modificación originó la colocación de una puerta hacia el lado este para utilizarlo como entrada del garaje. Durante la Guerra de los Diez Años la Iglesia de El Carmen fue convertida en cárcel de mujeres, donde estuvieron recluidas varias patriotas villaclareñas.
Durante la gesta del 68 Inés Murillo Sánchez bordó la bandera cubana que ondeó en los campos del Cafetal González cuando el levantamiento armado del 7 de febrero de 1869. Esta bandera fue entregada por Eduardo Machado al mayor general Carlos Roloff y estuvo presente en numerosos combates en la región central, así como en la Asamblea de Guáimaro, en Camagí¼ey, donde fue aceptada como enseña nacional y sobre la cual juró Carlos Manuel de Céspedes su cargo de presidente de la República en Armas.
La última etapa de nuestra guerra de liberación nacional también se vincula estrechamente a este entorno. El asalto y toma de la Estación de Policías de la dictadura batistiana, como parte de las operaciones desarrolladas durante la Batalla de Santa Clara, marca el ya tradicional histórico lugar.
La Catedral de Santa Clara

La Catedral de Santa Clara, situada en la esquina de la calle Marta Abreu y Callejón Lubián, comenzó sus labores constructivas en julio de 1940, ante la presencia del presidente de la República Coronel Laredo Brú, acompañado en la ocasión por el padre íngel Tudurí. La obra, a cargo de los arquitectos José A. Mendigutía y Saúl A. Balbona con el agrimensor Rafael Díaz -Canel y Herrera, culmina en octubre de 1953, luego de más de una década de acciones constructivas, afectadas por interrupciones.
La Virgen del Camino de Santa Clara, con los brazos abiertos, se encuentra invitando a su entrada, en la portada principal, desde 1997. La escultura en mármol blanco de Carrara, fue encontrada en 1982, en las aguas de uno de los ríos que atraviesa la ciudad, el Cubanicay. La imagen anteriormente aparecía de forma reverencial sobre un pedestal de influencia art déco, recibiendo a los visitantes que arribaban a la ciudad por la Carretera Central, desde el pueblo de Esperanza.
Su proyecto está inspirado en el estilo gótico francés, modificado un poco durante su construcción para que respondiera a las posibilidades reales. Desde su interior la cubierta es por bóvedas cuatri y hexapartitas, que en realidad son de yeso y ocultan la verdadera cubierta de madera y tejas. Los vitrales son copias de estampitas de santos pintados sobre fracciones de cristal unidas con plomo.
Iglesia de Buen Viaje

La Iglesia de Buen Viaje, está ubicada en la esquina de la calle con ese mismo nombre y Unión (Pedro Estévez). Los orígenes del edificio como templo se remontan hacia 1713, fecha en que se inician las construcciones de una ermita de madera y guano, concluida en 1719.
Sucesivamente en búsqueda de mejoras se le comienzan a efectuar modificaciones en los años 1743, 1765 y 1790, década en la que queda íntegramente el templo católico construido de mampostería y tejas, con una nave central y una torre-campanario situada a su izquierda. La imagen actual de la Iglesia responde al estilo arquitectónico ecléctico con un acento románico. Y es el resultado de una nueva remodelación a cargo del arquitecto Silvio Payrol Arencibia, iniciada en 1940 y concluida en 1943. En esta intervención se le añaden dos naves laterales, además de reemplazar la torre campanario original por una nueva, erigida esta vez hacia el centro de la fachada. En las paredes del exterior de la edificación se utilizan varios motivos ornamentales y técnicas, como el esgrafiado, imitando sillería típica de la escuela clásica.
A su derecha, a la entrada, se encuentra el Obispado, que se asimila con sus dos plantas y su terminación al conjunto.
Parque La Pastora
La Iglesia de la Divina Pastora está ubicada en una de las plazas de la ciudad con su frente a la calle Cuba, laterales a la de Síndico y Pastora y haciendo fondo con la de Enrique Villuendas.
Se comenzó a edificar con tres naves y un presupuesto recolectado a través de limosnas por parte de los pobres para poder tener un lugar donde practicar su credo, independiente de las demás parroquias. En 1803 paralizan su construcción, es evidente su deterioro, hasta que en 1809 la ermita abandonada fue convertida en cementerio general y se dedicó a este uso hasta 1820, cuando nuevamente comienzan a ejecutarse acciones constructivas, y queda erigida en iglesia auxiliar el 22 de julio de 1823.

Al concluir el año 1827 empezó a servir al culto, luego de comenzarse su nueva ampliación. En 1834 concluyó la obra con cuatro altares, el mayor donado por el Obispo Espada, donde aparece un cuadro en óleo de la Divina Pastora, colocado en 1850.
El conjunto es de gran austeridad y de apariencia neoclásica. En 1998 un grupo de artistas locales realiza una inserción de vidrieras en los vanos existentes, imponiéndole al interior del templo la calidez y el atractivo de este tipo de decoración que destaca por su sencillez, contemporaneidad y tradición en su diseño final.
Compilación realizada por la arquitecta Teresita Rodríguez de Cancio Fuentes, especialista de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos.