
Dicen que la perseverancia se confabuló con la paciencia para integrar dos de las cualidades primordiales en la vida de Senén Hernández García. Desde hace una década explora los senderos de la metrología.
Los laboratorios de la Oficina Territorial de Normalización (OTN) conocen de esa pasión por una ciencia que exige el conocimiento de las magnitudes de temperatura, presión, electricidad, elementos físico-químicos, masa y volumen, entre otras, con nomenclaturas exclusivas diseñadas en Villa Clara.

Mas el accionar de Senén rebasa los límites de las cuatro paredes para, también, montar en un carro móvil al que quiere como la niña de sus ojos.
En el vehículo ha recorrido casi todo el país porque la única provincia que dispone de la especialidad es la nuestra, en tanto el resto de los territorios reclaman su accionar. En ese ir y venir debe comprobar los sistemas de medida, con la necesaria calidad.
Así revisa cada instrumento. Conoce que su profesión lo obliga a dominar el don de la integralidad, ya que un especialista de la rama debe ejecutar, al menos, de dos a tres de las ocho magnitudes establecidas ante una realidad que demanda el conocimiento exacto y la precisión de los sistemas.
Y esa distancia que lo aleja del hogar impone sacrificios. Estar separado por unos días de los seres queridos, vencer los contratiempos de las carreteras, conocer de más cerca la nostalgia. Pero Senén sabe que pertenece a un colectivo del Citma, con más de 25 años en la vanguardia del país y que acumula múltiples distinciones, tanto individuales como colectivas, en el cumplimiento de los planes de inspección, calibración y en los propiamente metrológicos.
A él y a todo el equipo les agradan las compensaciones del trabajo al disponer de reconocimientos internacionales por sus laboratorios de calibración acreditados como parte de los 54 países que ostentan el distintivo. Todo esto, en el marco de una entidad caracterizada por su sistema integrado de gestión y que ofrece respuestas al empresariado, tanto estatal como privado, de acuerdo con las normas estipuladas.
Hace poco su corazón le jugó una mala pasada, pero las disponibilidades científicas, el talento de los galenos y su profunda fe cristiana influyen en la recuperación de un hombre de bien, profundamente humano y solidario con los compañeros, la familia, la esposa, los hijos, y con todo el que requiera de su apoyo como metrólogo o en la cotidianidad de la vida.