
Cuando se acerca septiembre, la prioridad es pensar en las aulas que se abrirán; en los profesores y maestros que conformarán los claustros. Libros, libretas y cuadernos con olor a nuevo. Todo se convierte en una fiesta familiar.
Dentro de este ajetreo, en Villa Clara sobresale Camajuaní, un municipio cuya experiencia en la preparación del curso escolar 2019-2020 es digna de imitar.
En diálogo con su directora municipal de Educación, la máster Dulce María Guevara Bermúdez, pudimos conocer que en este territorio se encuentran listos los 53 centros que forman la red escolar, más el Hogar de niños sin amparo familiar.

«Existe un gran movimiento de aseguramiento, las condiciones de estética y cultura del detalle están presentes en todas las instituciones », dice.
Durante varios cursos no se han presentado problemas con la cobertura docente. Afirma Dulce María que el impacto del aumento salarial en el sector ha sido muy positivo. Hoy cuentan en el municipio con 693 docentes y se pretende reincorporar a cerca de 110 en todos los niveles educativos, cada uno con el compromiso de elevar los indicadores educativos.
Añade que tendrán una matrícula de 7070 estudiantes. La base material de estudio y de vida está garantizada. Como parte del plan de mantenimiento y reparación, se buscan estrategias de apadrinamiento de las empresas del poblado para que garanticen la pintura y chapea en los planteles.
Asimismo, se involucra a toda la familia. Por ejemplo, para este fin de semana se realizó una convocatoria para que madres y padres, junto a alumnos y profesores, efectúen una jornada de trabajo voluntario en cada centro escolar.
Con el apoyo del Gobierno y el Partido en el territorio, se acometieron acciones de reparación en tres obras: los centros mixtos Campaña de Las Villas y Andrés Cuevas Heredia, así como la escuela primaria Juan Francisco Aro.
Respecto a la venta de uniformes escolares, la directora manifestó que marchó bien, sin dificultades, en cada consejo popular.
Por último, afirmó: «Somos los promotores en la provincia del tercer perfeccionamiento que se inició en Vueltas. Allí ya se implementan los nuevos planes de estudio. Se han sumado la enseñanza de adultos y la especial, y llevamos la extensión a las escuelas del centro del municipio ».
Un preuniversitario de excelencia
Vanguardia llegó hasta el preuniversitario José Martí. Su director, el máster Carlos Alberto Rodríguez Alonso, realiza la preparación metodológica al claustro, integrado por 40 docentes con un promedio de edad de 50 años y experiencia de más de tres décadas en el sector; cuatro de ellos, jóvenes.
Rodríguez Alonso dirige la institución desde hace diez cursos. Habla con pasión sobre los resultados académicos. Y es que en realidad exhiben logros que merecen ser resaltados: el curso pasado tuvieron una promoción del 100 % del duodécimo grado, y si no todos obtuvieron carreras universitarias no fue por falta de previsión.

«Sabemos de un grupo de estudiantes que buscó repasadores y desestimaron la labor del profesor de la escuela. Si no logramos la excelencia no vamos a alcanzar lo que queremos. Tenemos que trabajar con la familia para que vea la escuela como lo principal ».
También refiere que no es una tendencia que el claustro se vaya; hay compromiso, logran integrar la familia.
Se trata de un preuniversitario organizado, con disciplina, donde la clase fluye sin obstáculos. Ayuda tener acceso a las bondades tecnológicas. Cuentan con laboratorios bien dotados de los medios necesarios y televisores, lo cual ennoblece el proceso docente-educativo. «Aquí buscamos la unidad de acción pedagógica persiguiendo el mismo objetivo: elevar la calidad de la educación. Además, luchamos a brazo partido contra el fraude académico », afirma.
Añade que no hay ausentismo entre el alumnado. Los principales problemas los presentan en 10. º grado, por tratarse de los que se inician en la enseñanza.
Al respecto, Carlos Alberto explica que trabajan en ello desde el primer día de clases y durante los primeros dos meses del curso. Después de esa etapa de adaptación todo funciona bien, principalmente, al conocer los resultados de los primeros trabajos de control.
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Es el momento entonces de hablar con el máster Francisco López Santana. Posee nada más y nada menos que ¡42 cursos de experiencia! En el venidero período lectivo impartirá la asignatura de Química en 10. º y 12. º grados. Se propone hacer un curso superior al anterior, se siente muy motivado por el aumento salarial; aunque precisa que sería bueno contar con una laptop para su mejor autopreparación y el desempeño de las clases. Dice que dispone de un buen laboratorio, lo que le permite motivar al estudiante hacia el aprendizaje de los contenidos de la asignatura, la cual suele complejizar el proceso de comprensión.
«Pero eso no basta, tenemos que trabajar para que cada período docente sea mejor que el precedente. Nosotros, los profesores del IPU José Martí, nos esmeramos cada jornada para entregarles al estudiante y a sus familiares una docencia de excelencia. Es nuestra razón de ser », concluye el director.