
Las unidades productoras de caña en Villa Clara, catalogadas de Referencia, están comprometidas en la próxima zafra a eliminar los incumplimientos ocurridos durante la estrategia de cosecha anterior y realizar un mejor manejo en la composición de cepas, aspectos determinantes en la producción y eficiencia que logren los agricultores en un renglón fundamental para la extracción de sacarosa.
Durante la contienda pasada, las 20 unidades de ese tipo rebasaron un 5,6 % los estimados de entrega de la gramínea, volumen que representó unas 30 217 toneladas que arribaron a los basculadores por encima de las planificadas en el periodo.
En el periodo los rendimientos llegaron a 48,2 toneladas por hectárea; 11 unidades crecieron en los estimados y otras 9 marcaron índices por debajo de los pronósticos, dijo Norbelio Machado Rodríguez, directivo que atiende la esfera en el Grupo Empresarial Azcuba de la provincia.
Algunas unidades obtuvieron montos inferiores, lo cual obligó a realizar análisis para corregir errores, y encomió los resultados de las CPA Bernardo Díaz (Cifuentes) y Julio Casales (Corralillo), así como de las UBPC Carlos Manuel de Céspedes (Ranchuelo) y San José (Placetas), al sobrepasar las 60 t/ha, cifra en ascenso que evidencia una atenta atención a las plantaciones.
Los colectivos catalogados de Referencia, pertenecientes a los sectores estatal y privado, constituyen el 19,8 % del total de unidades productoras existentes en Villa Clara. Al cierre de septiembre, apuntó Machado Rodríguez, tenían unas 2681.5 ha sembradas, volumen que representa un 65.04 % del compromiso anual, cuantía baja para la fecha.
Durante el año, la provincia está comprometida a plantar unas 19 000 hectáreas en las 101 unidades productoras, y en la campaña de primavera se registraron saldos positivos, pero en la etapa de frío julio-diciembre poco se avanza.
Destacó que todo obedece a condicionantes objetivas, principalmente relacionadas con la estabilidad en el suministro de combustibles para preparar los suelos y la incidencia de las lluvias, y recabó un mayor empleo de la tracción animal, así como una adecuada selección y calidad de las simientes empleadas en las plantaciones.
A pesar de esas adversidades, es momento de realizar labores que garanticen después una cosecha económica y de elevados rendimientos. De ahí la necesidad de erradicar malezas, y asegurar con las siembras el ahijamiento temprano y profundo con sus respectivos aporques de surcos.
La limpia y fertilización de la caña entre los productores de Referencia supera las 20 000 hectáreas, pero todavía restan unas 4000 por atender, añadió. También destacó que la moderna tecnología, de procedencia china y destinada a fertilizar las plantaciones, se explota a un 40 %, muy por debajo de sus potencialidades técnicas, lo cual incide de manera negativa en los rendimientos posteriores de la gramínea.