
Unas 30 000 toneladas métricas de azúcar restan a Villa Clara para conseguir su plan técnico-económico de producción, y los trabajadores del sector aspiran a que antes del Primero de Mayo otros tres ingenios se incluyan en la nómina de cumplidores en sus programas de elaboración de crudo.
En esa lista, luego de los resultados conseguidos por Heriberto Duquesne (Remedios) y Héctor Rodríguez (Sagua la Grande), los primeros en arribar a sus compromisos individuales, también aparecen las industrias Carlos Baliño (Santo Domingo), Ifraín Alfonso (Ranchuelo) y Panchito Gómez Toro (Quemado de Gí¼ines), con lo cual la provincia llegará al Día Internacional de los Trabajadores a un 90 % de acumulado en la fabricación.
A pesar de las medidas higiénico-sanitarias por la amenaza de propagación del nuevo coronavirus SARS CoV-2, los villaclareños, en la recta final de la contienda, cuentan con otras dos fábricas en activo Abel Santamaría, de Encrucijada, y Quintín Bandera, en Corralillo, las que mantienen sus respectivos ritmos en terminados de azúcar, aseguramiento en la generación eléctrica y de apoyo a labores agrícolas.
En funcionamiento disponen de plantas de derivados para garantizar producciones de refino, alcohol y alimento animal, propósito que ubica a la provincia entre las de mejores resultados.
En esa encomienda trascienden las metas económicas propuestas por la refinería Chiquitico Fabregat, en Zulueta, ubicada en la avanzada del país y abastecedora del edulcorante blanco en las provincias centrales.
Esa fábrica, al igual que los productores de crudo, prevé satisfacer su programa de refino a principios de mayo, y consolidar diferentes derivados (glucosa, dulces en conserva, vinagre, hielo y melado, entre otros), necesarios para suplir importaciones y garantizar la alimentación a la población, tal como hacen unidades agropecuarias del sector.