
Han sido días muy intensos, plenos de tensiones, preocupaciones y sacrificios dentro de un pequeño espacio en el que nueve personas definen diagnósticos por la vida. Así catalogaría esta experiencia la Dra. María de Lourdes Sánchez ílvarez, al frente del Laboratorio de Biología Molecular, cuyo colectivo ha pasado infinidad de horas sin dormir e incluso llegó a convertir la dependencia en su nuevo hogar.
No hay lamentos ni arrepentimientos. Ante todo resalta la satisfacción al saber que se hace algo por la humanidad y por su existencia. «Fueron madrugadas, días y noches que vencíamos el cansancio porque se trataba de hacer una obra humana », subraya María de Lourdes.
Esa propia unidad colectiva y el compromiso de todos fue la clave del éxito en un trabajo que no ha culminado, porque siguen analizando muestras en sesiones cada vez más intensas en un grupo con una responsabilidad y un compromiso marcado por dimensiones incalculables.
Para ellos, el momento más difícil fue el día que diagnosticaron el primer cubano en el país portador del virus. «No lo podíamos creer, pero los resultados estaban claros. No imaginábamos que aquello de lo que tanto se hablaba, como algo lejano, llegaba a la ciudad y a nuestra Cuba. Había que alertar a las autoridades de Salud y a los clínicos para que pudieran aplicar un tratamiento para contrarrestar el coronavirus sin pérdida de tiempo ».

Muchos no conocen que detrás de esas tres letras: PCR, hay episodios que implican meticulosidad exhaustiva, y hubo días de unir una jornada con otra, a pesar de que el personal no venía preparado para mantenerse en el centro 24 horas.
Ya superan los 30 000 estudios procesados, y el mayor deseo de la Dra. María de Lourdes Sánchez, luego de apreciarlo de tan cerca, es erradicar el virus, y también quisiera que el mundo respirara nuevamente sin estos peligros sanitarios cambiantes de la vida en el planeta.
Por su contribución para garantizar el más preciado tesoro humano y por su entrega desmedida ante la COVID-19, el Laboratorio de Biología Molecular figuró entre los colectivos reconocidos por el Consejo de Defensa Provincial (CDP).
Otros galardonados
Apenas asomaba el sol en el Mausoleo del Frente Las Villas, en este miércoles 22 de julio, y confluyeron allí personalidades del universo de la Salud, la Educación, el Deporte, la Ciencia y los Servicios Comunales para reafirmar que seguirán entregando todas sus fuerzas por Cuba. Ellos desafiaron peligros para ponerse en función de los necesitados, de los que tenían su salud herida. Otros aportaron a un entorno más saludable y a evitar el cese de tareas imprescindibles destinadas a la población.
De manera especial el CDP, encabezado por su presidenta, Yudí Rodríguez Hernández, otorgó distingos a la Dirección de Salud, a los hospitales Comandante Manuel Fajardo Rivero y al oncológico provincial Celestino Hernández Robau, y al Laboratorio de Microbiología y Química Sanitaria (Biología Molecular).
De igual forma, fue reconocida la labor educacional, gracias a la cual resultó la provincia de mejores resultados en el país durante el curso 2019-2020, así como al resto de las instituciones y organismos que dieron su sí por Cuba.
En nombre de todos, la Dra. María del Carmen Velasco Gómez, delegada del Citma en el territorio, destacó que no habrá barreras invencibles cuando de salvar a un pueblo se trata.

El hospital Manuel Fajardo Rivero entre las instituciones de arduo trabajo en tiempos de pandemia. Recibe el reconocimiento el director del centro, Dr. Jorge Eduardo Berrio íguila por parte de Yudí Rodríguez Hernández, presidenta del CDP, y Alberto López Díaz, su vicepresidente.(Foto: Carlos Rodríguez Torres)
Marcando su cubanía, su raíz santaclareña y el amor por la provincia, insistió en el compromiso de ser cada vez mejores y contribuir con las acciones y la inteligencia al futuro de una nación definida.
En su intervención hubo espacio para cada uno. A los médicos, personal de enfermería y muchos que enfrentaron los peligros en la línea roja, a los que se desempeñaron en los centros de aislamiento y de viajeros, y a los estudiantes que se dedicaron a las pesquisas comunitarias.
Pero también a quienes dedicaron su tiempo a las investigaciones que respaldan programas vitales para el país, a deportistas, representantes de las ciencias sociales y humanísticas, a los científicos, y a esos trabajadores de Servicios Comunales imprescindibles para mantener la limpieza de parques, áreas urbanas y calles, sin descuidar los perfiles necrológicos.
Destacaron las contribuciones la ciencia y la innovación, junto al potencial de un pueblo que demuestra su papel decisivo, a pesar de los avatares de una pandemia cruel y despiadada.
«Se pensó como país en un ejercicio de gobierno colectivo, en el Moncada de este tiempo como lección de dignidad, de coraje y entrega », añadió la Dra. María del Carmen Velasco.