
Transita por la octava década de vida, pero Elisa Marina Guardado Fraga mantiene una memoria prodigiosa. Parece que sus años transcurren por una especie de fotoflash instantáneo a fin de detallar momentos e historias que se acompañan de una voz pausada y sin ademanes excesivos. Así rememora aquel día de 1960 en que cruzó en la lanchita desde La Cabaña habanera hasta el Malecón para llegar a la terraza norte del entonces Palacio Presidencial.
Fidel arribaba de un viaje a los Estados Unidos, y del aeropuerto se dirigió directamente al lugar en medio de una ciudad enardecida, convulsa y de continuas manifestaciones. Durante el acto detonaron unos petardos, lo suficiente para proponer la fundación de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).
Esta mujer tenía entonces 20 años. Integraba el Ejército Rebelde y pertenecía a la compañía de tanques en la propia Cabaña, y desde ese día apareció en las nóminas iniciales de la mayor organización de masas en el país.
«Vivía con mi familia en lo que es hoy San Miguel del Padrón, en la calle Segunda, número18 328, y allí se creó el primer CDR en la barriada. Diría que el viaje de Fidel y la situación de enfrentamiento que vivía La Habana resultó decisiva para desatar diversas corrientes, unidas a los ataques provenientes del norte ».
Con un segundo nombre de Marina, sin asociaciones a las delicias del mar y sí a su abuela paterna, Elisa llegó a la entonces provincia de Las Villas porque del ejército pasó a ejercer como maestra voluntaria de montaña.
«Otra parte de mis seres queridos vivían aquí, mas en 1964 constituyeron los institutos superiores pedagógicos, adscritos a la Universidad de La Habana, y me seleccionaron para estudiar en la capital. Al mismo tiempo trabajaba, y en ese año vino la designación como integrante del claustro del instituto superior pedagógico Enrique José Varona del que soy fundadora, hasta que después ya me instalé en mi provincia ».

Los maestros guardan una devoción por el aula. ¿Extraña Ud. ese mundo?
El maestro es maestro siempre. Impartía Biología, y extrañé mucho el aula cuando me jubilé en 1995, pero inmediatamente participamos en las escuelas de zona de los CDR, laboré en la Sede Universitaria como metodóloga de la carrera de Derecho hasta 2009, ejercí la docencia en la Misión Esperanza para trabajadores sociales, y en la formación de los directivos de Villa Clara en diferentes cursos en la Escuela Provincial del Partido.
Me parece que hay una prolongación del magisterio, ya sea en la cuadra y en otro tipo de enseñanzas al modificar conductas inapropiadas.
El verdadero maestro ejerce en cada minuto, y desde que estaba trabajando en el instituto siempre tuve mucho vínculo con las áreas de residencia de los estudiantes. Eso me llevó a emprender acciones fuertes en los planteles a partir del nexo imprescindible familia-escuela-comunidad, sin descartar los contactos con otras instituciones que nos propiciaron continuar la enseñanza hasta hoy.
Pero en su caso existe una maestra que no descansa. ¿Su planeamiento actual?
Estamos liderando en las tres escuelas de mi zona: un círculo infantil, con la secundaria básica Ricardo Zenón, y el seminternado Ramón Pando Ferrer, todos del Consejo Popular Camacho-Libertad. Aquí los alumnos trabajan en concursos de dibujos que, en esta oportunidad, ofrecen la visión de cada pionero sobre su CDR.
¿Y qué reflejan?
Hay contrastes muy interesantes. Antes los niños pintaban solo las fiestas, la caldosa, los globos, las cadenetas… y ahora se basan en el trabajo social acorde con el momento. Una persona llevándole la cantina de alimentos a un anciano, el distanciamiento necesario que debe imperar en las colas, una señora sembrando en su huerto familiar… Las tareas se han visto con la vitalidad actual. Todos los días vemos la conferencia del Dr. Durán y en los matutinos se analiza cómo los alumnos captaron esas explicaciones.
¿Es otra forma de aportarle a la vida?
Y a la educación.
Ud. ha revolucionado su zona cederista. Hablemos de los mayores aportes, y qué le dejan esas transformaciones.
Lo principal es lograr que las personan mantengan activos los CDR, realidad que no sucede siempre. El contacto con los dirigentes de base resulta fundamental, y sobre todo, el sentimiento de solidaridad entre vecinos, compartir los problemas que nosotros no podemos solucionar y llevarlos a las instancias que corresponden. Es decir, hacerlos de todos.
¿Cuáles serían, entonces, las problemáticas mayoritarias de su zona en la actualidad?
Sin dudas, el funcionamiento, fueron muchos años con una visión reducida y limitada, de la que yo tampoco escapé, tanto en la guardia cederista, en la recogida de materias primas, y en tareas convencionales. Nos limitamos a eso, pero tuve el privilegio de ser delegada del Poder Popular durante una década y cinco años como presidenta del Consejo Popular Camacho-Libertad, que me sirvieron para ampliar ese horizonte y alertarme de que era necesario romper esquemas.
¿Una visión más amplia?
Acorde con los tiempos. Resultamos la primera organización que llamó a los jóvenes a formar el Destacamento 55 Aniversario de los Comités de Defensa de la Revolución, después otras motivaciones y ahora la del 60 Aniversario tratando de que el torrente juvenil tenga en cuenta algo que siempre he dicho: una de las obras maestras de Fidel fue la creación de los CDR. Todos reconocen que constituye una categoría revolucionaria que aportó el movimiento cubano gracias a su sagacidad y la manera de encauzar el empoderamiento de las masas desde abajo.
En etapas en que se habla de resquebrajamiento, de pérdida de valores, y que se les atribuye la culpa a los jóvenes, ¿está Ud. entre quienes piensan que ellos son absolutamente responsables?
Han vivido una época diferente, pero no se puede decir que los de antes eran mejores. Entonces no teníamos tantos médicos, cuántos no existen ahora que salen al exterior desafiando peligros para curar a la humanidad, lo que hay que atemperarlos con su tiempo y a su generación. Hay personas que niegan el progreso, las redes sociales tienen, como todo, ventajas y desventajas, y el modo en que el hombre las utilice, con la capacidad y el conocimiento, junto a la orientación familiar, la comunidad y las instituciones correspondientes, serán bases importantes que consoliden el comportamiento.

¿Que cambiaría de los CDR actuales para lograr su perfeccionamiento?
La preparación de los cuadros y la atención a la base. Recordar que la función fundamental es atraer a la juventud e inculcarles a los alumnos las cosas nuevas. Me siento con mi hijo a ver cómo programa sus catálogos como coordinador de la agencia de viajes Cubanacán. Él me llama, me explica y me ofrece conocimientos. Que sepamos llegar a la juventud en la base y a los adultos sumarlos a las nuevas iniciativas. Por ejemplo, en mi zona hemos convocado a un concurso para adornar las casas, aunque por las condiciones sanitarias no existan fiestas esperando el 28, pero que no pase silente ni decaiga el entusiasmo.
¿Una jubilada que solo vive de recuerdos?
Imposible. Aunque he tenido numerosas satisfacciones. Estar al lado de Fidel en la lucha por el regreso de Elián como integrante del Secretariado Nacional de la organización durante 10 años es una de ellas. En esa Tribuna Abierta hubo un momento en que el líder histórico dijo: «Lo tienen que regresar ». Yo estaba junto a Juan Contino Aslán (entonces máximo dirigente de los CDR), y le pregunté ¿cómo puede estar tan seguro? Él me dio con el codo, y Fidel me oyó y bien bajito ofreció la respuesta: «Porque lo tienen que devolver, el pueblo norteamericano no lo va a aceptar ».
«Pero al organizarse la Tribuna de los propios CDR me indicó. «Usted la va a organizar » y cuando el Sexto Congreso yo era la última de la fila del Secretariado, y Juan José Rabilero Fonseca, coordinador por aquella época, le pidió que saludara a cada integrante. Al llegar a mí me tomó las manos y puso su cara, mas durante el Octavo Congreso hice una intervención y Raúl elogió algunas. Aludió a una compañera de la región oriental; sin embargo, para él la brillante fue la de «aquella muchachita de los moñitos ». Ni imaginaba que era yo hasta que la periodista Bolivia Tamara, que estaba sentada delante de mí, se viró y dijo: Elisa, es con Ud.
Si hablamos de distinciones, mencione las fundamentales
La de la misión internacionalista en la República Popular de Angola de 1986-88. Fui la secretaria del Comité del Partido y miembro de su Buró, la Distinción Servicios Distinguidos de las FAR, asistir a múltiples congresos de los CDR, a tres de la ANIR, obtener el Premio del Barrio en lo personal y para mi peña deportiva, todas las distinciones de la ciudad, y formar parte de la Sociedad José Martí con su Club María Mantilla.
«En 1998, en esta calle tan mala y empedrada que tenemos, Juan Contino le entregó a la zona la condición de Vanguardia Nacional, y son detalles que se llevan muy adentro ».
¿Ud. se considera una enciclopedia viviente?
No (rotundo), ni tampoco reliquia. Soy una privilegiada de la vida, la hija de una ama de casa y de un obrero que, por ser amigo de Jesús Menéndez, estuvo muchas veces preso, soy sobrina de comunistas, con el esfuerzo de mis tíos y de mis padres pude estudiar en Santa Clara, de lo contrario, hubiese sido un sueño frustrado porque residía en Unidad Proletaria, en el municipio de Cifuentes. Soy, además, negra, mujer. Mi hijo, mis hermanos, mis sobrinos y yo no tenemos cómo agradecerle a esta Revolución.
¿Hay alguna fórmula para mantenerse tan lúcida y vital?
Vivir sobre la base del optimismo. Aprovechar cada minuto es la dicha más grande que tenemos los humanos, a pesar de los avatares y las dificultades, y recordar que existen muy pocos imposibles, porque de todo se sale. Solo es ponerle energías a cada día.