Con el propósito de revitalizar esta fuerza humana, vital en el contexto de la transformación de los barrios, y hacerla protagonista de cada una de las acciones que se llevan a cabo en las comunidades, intercambiaron experiencias en la mañana de este sábado, 28 de mayo, jóvenes trabajadores sociales de los 13 municipios de la provincia.
El encuentro comenzó con dos ponencias reivindicadoras de la importancia de la atención al adulto mayor en una de las provincias más envejecidas del país. La primera: «Por una longevidad saludable », de Laritza Elemis Moreno García, demostró que hasta los lugares más intrincados de la geografía villaclareña llegan los esfuerzos de estos muchachos y muchachas para mejorar la calidad de vida de nuestros adultos mayores. En ella también se resaltó el papel fundamental de otros integrantes de la comunidad y de los subsidios.
El objeto social de estos trabajadores es promover una acción social concientizadora centrada en las personas y orientada a la transformación de las causas que condicionan las desigualdades y problemas sociales, fuentes de malestar en cada contexto. También, les corresponde movilizar recursos humanos e institucionales para la satisfacción de necesidades e incrementar el bienestar de la población.

Al respecto, Tania Alfonso Pérez, del consejo popular (CP) Centro, en Santa Clara, justificó la necesidad de fundar la Casa del Adulto Mayor en este CP, debido principalmente a la dificultad de estos para socializar. Un espacio que aseguraría un conjunto de actividades sociales, deportivas y culturales, así como talleres de aprendizaje, para mejorar su condición física y emocional. A este sitio pondrían concurrir el Inder, Cultura, y otras instituciones que ofrezcan servicios de lavandería, peluquería, cantina, reparación de electrodomésticos, entre otros.
Alberto López Díaz reconoció el trabajo de los trabajadores sociales. «A pesar de las carencias y de la escasez de recursos, han demostrado creatividad para superar dificultades. No se trata solo de asistenciar y de dar recursos, sino de transformar profundamente la vida de las personas desde todo punto de vista. Ver siempre al ser humano como esencia en la Revolución ».
Los trabajadores sociales aprovecharon la oportunidad para dar a conocer algunas inquietudes y problemas que dificultan su trabajo y minan su moral al realizarlo.
Lídise Moya Lunar, trabajadora social al frente de la Dirección Municipal de Trabajo de Manicaragua, hizo referencia al divorcio existente entre los gobiernos y el trabajo social. «Si estamos haciendo los eventos comunitarios en cada circunscripción y consejo popular, por qué no se invita a los trabajadores sociales, por qué no nos dejan estar allí, si todo lo que tiene que ver con la comunidad nos compete a nosotros. Después que el gobernador fue, se impulsaron los procesos; pero no tendría que ser así. Hoy los procesos en la base son muy difíciles sin un acompañamiento, y al final el objeto social, que es ayudar a nuestra población, no lo cumpliremos sin la unidad de los factores ».
«El criterio más sencillo puede ser la idea más brillante. Debemos escucharlo todo. En la esencia del delegado está el fiscalizar, pero se está viendo esa labor desde fuera. ¿Qué mejor fiscalización que estar participando activamente en los procesos? Allí es donde se oye directamente y se interactúa con las personas sobre sus problemas », comentó Dasiel Espinosa Hernández, trabajador social de Remedios.
Tahimí Areg López, ente coordinador del consejo popular Antón Díaz, dijo: «Hemos tenido muchos problemas con las madres de tres o más hijos. Lo único que quisiera pedir es apoyo y respeto a nuestro trabajo, a la opinión del trabajador social, de parte de las instituciones y empresas. Tenemos que pensar que quien más grita frente al Gobierno muchas veces no es quien más necesita o merece la ayuda ».

Niurka Fernández, primera jefa de unidad de Trabajo Social en Placetas, manifestó: «Efectivamente, existe un divorcio entre los grupos de prevención y los de trabajo comunitario. Las decisiones y acuerdos que se toman muchas veces se ven como formalidades y no se respetan. Algunas madres creen que se lo merecen todo. Por ejemplo, muchas no quieren vincularse, pero quieren que se les otorgue círculo infantil, seminternado, subsidios y ayudas económicas. Ayudas que muchas madres trabajadoras en Cuba no poseen ».
«Debemos mejorar la calidad de vida en el trabajo para poder efectuar bien nuestra labor. No estoy hablando de grandes recursos, sino lo mínimo para poder trabajar. Nuestros muchachos, nuestros trabajadores sociales, también están, muchas veces, en condiciones de vulnerabilidad », aclaró Laritza Elemis Moreno García, trabajadora social de Cifuentes.
Mildrey Ramos Peña, ente coordinador del consejo popular Aguada de Moya, Camajuaní, expresó: «Es el momento de exigir que se nos tome en serio. Porque somos un programa la mayoría de las instituciones no nos ven como creíbles. Por ejemplo, a veces llegamos a Vivienda luego de haber caminado muchos kilómetros y nos dicen: "Ese no es el número". Después de haber estado cientos de horas en el terreno, nuestro esfuerzo no prevalece. Necesitamos que alguien nos ayude a validar nuestra labor y seguir haciendo este, que es un trabajo que toca lo más sensible de nuestro pueblo ».
«Médicos del alma », así los catalogó el Comandante en Jefe Fidel Castro, y como tal fueron reconocidos este sábado en el complejo recreativo Somos Jóvenes.