La brigada médica de Trinidad y Tobago ha sido reconocida, durante tres años consecutivos, por parte de las autoridades de Salud y del Gobierno cubanos. (Foto: Cortesía del entrevistado)
Ricardo R. González
@riciber91
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19 Agosto 2024
19 Agosto 2024
hace 1 mes
Hace casi cuatro años que el galeno villaclareño Orlando Lázaro Díaz Gómez está al frente de la brigada médica cubana en Trinidad y Tobago. En todo ese tiempo el colectivo ha ganado el respeto de las autoridades locales, junto al agradecimiento popular gracias a las acciones que realizan.
Una máxima rige en cada integrante: velar por la calidad como sello distintivo, dentro de una república que simula una especie de botín en las aguas caribeñas en medio de un clima tropical y alta humedad. Cuentan que Tobago resulta levemente más fría, y aunque están fuera de la zona de huracanes, el histórico «Flora» los sorprendió en 1963 y la tormenta tropical Alma provocó daños considerables en Trinidad una década más tarde.
Por estos días un grupo disfruta de vacaciones en Cuba, y el epidemiólogo rememora que el colectivo dispone de una plantilla de 116 colaboradores conformados por un médico, oncólogos, maxilofaciales y personal de enfermería.
Esperan que a partir de septiembre el número de galenos se eleve a 16 ante la gran demanda de especialistas y enfermeros procedentes de nuestro archipiélago, y que serán examinados en las ramas quirúrgicas y no quirúrgica —esta última incluye radiología, endocrinología, medicina interna, epidemiologia y microbiología.
Es propósito, además, la apertura de nuevos hospitales en las principales ciudades de las diferentes regiones, con el requerimiento de la enfermería para los procederes de hemodiálisis, el trabajo materno-infantil en las comunidades, en los salones de operaciones y en las unidades de cuidados intensivos, entre otros.
Trinidad y Tobago posee entre sus recursos naturales petróleo y gas, con el 46 % de sus tierras cubiertas de bosques dotadas en muchos casos de áreas maderables, y aunque no es un país desarrollado, tiene como principales causas de mortalidad las de origen cardiovascular, el cáncer y las afecciones cerebrovasculares, muy similares a las de Cuba.
En sus dos islas principales radican un 1 350 000 habitantes, y enfatiza el Dr. Díaz Gómez en la presencia de enfermedades transmisibles. «Recordar que fue allí donde se describió, por primera vez, el virus del Oropouche en 1955, al tiempo que predominan las infecciones respiratorias y diarreicas agudas, mientras que por su cercanía al Caribe existen zonas de dengue y arbovirosis».
Servir a la humanidad
En el repaso de su vida profesional, el Dr. Orlando Díaz recuerda que desde su graduación, en 1990 —primer expediente de su curso—, y como integrante del III Destacamento Carlos J. Finlay, asumió diferentes responsabilidades directivas en Ranchuelo y en la provincia.
Ya suma varias misiones. Dos de ellas en Indonesia, como integrante del contingente Henry Reeve, donde supo de las heridas dejadas por tsunamis y terremotos; además, dos períodos en Guatemala, en Santa Lucía, al frente de la misión, y experiencias en Honduras y Granada.
«Es reconfortante vivir el nivel de preparación de los profesionales cubanos, que son reconocidos por los propios expertos de cada país. Desde mis años estudiantiles los brillantes profesores nos hablaban mucho de la diversidad de enfermedades que podrían encontrarse en estos países, y el ser epidemiólogo me ha servido de base para abordarlas, incluso, muchas que no son vistas en Cuba».
—¿En el plano afectivo?
—Conoces a muchas personas que se convierten en familia y dentro de la brigada somos uno de manera integral.
—Trinidad y Tobago es de habla inglesa, el dominio de idiomas es vital para enfrentar las diferentes misiones. ¿Cuál es su criterio?
—A mi modo de ver se hace necesario trabajar más en los procesos formativos, enriquecer los programas. Muchos lo escriben y leen muy bien, pero a la hora de comunicar se dificulta y depende de la región, porque no es lo mismo el inglés hablado en África que el del Caribe, y dentro de este existen notorias variaciones, por lo que debe insistirse en mejorar la preparación, a pesar de que la práctica conlleva perfeccionamiento».
Dentro de muy pocos días Orlando Díaz Gómez junto a su compañera en la vida, Yulién Herrera Díaz (Yuli), regresarán a Trinidad y Tobago, ella en el ejercicio de su licenciatura en Enfermería, a fin de retornar con nuevos bríos y proyectos de trabajo, de esos que impregnan en el corazón la hermandad que se hace grande en el Caribe.