Desde el corazón de las unidades militares en Villa Clara, la solidaridad se organiza en cajas, se agrupa en mochilas y se multiplica en gestos. Tras el paso del huracán Melissa por el oriente del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en el territorio se movilizan para contribuir a la recuperación de las familias afectadas.
La jornada solidaria comenzó el 30 de octubre y se extenderá hasta el 7 de noviembre. En ese tiempo, trabajadores, oficiales y estudiantes han reunido ropa, calzado, medicamentos y otros artículos esenciales, como muestra concreta de apoyo a quienes más lo necesitan.
En la Unidad Militar 3784, el regimiento de tropas especiales respondió con rapidez al llamado del Partido y el Gobierno. «Nuestro Comandante en Jefe nos enseñó que la solidaridad se demuestra con hechos, no con palabras», expresó Ernesto Menéndez Cruz, jefe del trabajo político. «Aquí nadie obligó a nadie. Fue voluntario. Y ver cómo se sumaron jóvenes y veteranos, cómo llenamos más de una decena de cajas, emociona. Si hay que hacerlo otra vez, lo hacemos. Porque eso es Cuba».
La respuesta se extendió por toda la Región Militar. Yixie Morales Gómez, secretaria general del sindicato del Estado Mayor, confirmó que casi todas las unidades participaron. «La convocatoria fue inmediata. Lo que más se donó fue ropa y zapatos, para niños y adultos. También llegaron medicamentos. Solo dos o tres sectores no pudieron sumarse, pero la mayoría estuvo aquí, con nosotros», explicó. Además, se habilitaron tres bancos para recibir aportes monetarios como parte del esfuerzo colectivo.
En la Escuela Militar Camilo Cienfuegos, el gesto se multiplicó. Aunque los alumnos estaban en receso docente, la convocatoria alcanzó a trabajadores, profesores y estudiantes. «Los oficiales acudieron sin demora, y los jóvenes también. Es importante que vivan estas experiencias, que entiendan lo que significa ponerse del lado de quienes hoy están damnificados», señaló el teniente coronel Yasel Alfonso Bermúdez. La recogida se organizó por municipios, con apoyo de redes sociales y medios locales para facilitar la entrega voluntaria.
Desde Villa Clara, el verdeolivo se tiñe de humanidad. Cada prenda, cada caja, cada paso al frente, lleva el sello de un pueblo que no olvida que la solidaridad también se defiende.