La Metrología tiene un nombre, Senén Hernández García

Metrólogo, innovador y quien hace por el desarrollo villaclareño y de Cuba

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Senén Hernández, metrólogo villaclareño, realizando trabajos en el laboratorio.
Desde el laboratorio de presión crea e innova por el desarrollo. Si bien es válido el reconocimiento en el centro vale la pena que representantes de diferentes instancias visiten la OTN para que aprecien lo que allí se hace por el impulso económico de Villa Clara y de Cuba. (Foto: Ricardo R. González)
Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
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03 Noviembre 2025

Es metrólogo de profesión, y defiende un criterio que le acompaña en su vida al considerar que «los fantasmas son creados por el hombre». Sin vacilaciones responde de manera afirmativa, porque Senén Hernández García no dudó al estar en la puerta del salón de operaciones del Cardiocentro villaclareño donde tenía que escoger entre un sí y un no previo a someterse a una compleja intervención.

El suceso constituye historia pasada. Ganaba o perdía la batalla; sin embargo, reafirmó su ímpetu y decisión, y ahora recuerda el día de octubre de 2005 en que llegó a la Oficina Territorial de Normalización (OTN) cuando la Metrología era todavía una ciencia desconocida para él.

Metrólogo Senén Hernández.
Senén conoce que su profesión lo obliga a dominar el don de la integralidad y que un especialista de la rama debe ejecutar, al menos, de dos a tres de las ocho magnitudes establecidas en el accionar de un metrólogo. (Foto: Ricardo R. González)

Reconoce que el centro tampoco le resultaba familiar, como le puede pasar «a gran parte de la población, que se mantiene ajena al universo laboral que posibilita».

Aquí inició su forja de trabajo como jefe de servicios internos, y lo primero que enfrentó fue el reto de organizar un evento de calidad. Salió airoso en la prueba, y luego ocupó la jefatura general de los servicios, hasta llegar a coronar lo que es hoy su sueño incambiable: el Laboratorio de Metrología.

«Tuve que capacitarme y aprender. No sabía detalles elementales, entre ellos, que un esfigmo se verificaba como fuente confiable para un médico a fin de determinar los parámetros de presión, mientas otra noción de primer orden es la de reconocer que, de no existir el manómetro en un balón de oxígeno, se desconoce si está al acabar o si da tiempo a cambiarlo. Y en este mundo entramos a un salón de operaciones, a una fábrica de refrescos, o a otro sitio, porque la Metrología está en cualquier parte».

Senén Hernández repasa su tiempo. De aquel desconocimiento inicial sobre el alcance del oficio a la actualidad asegura que le ha cambiado su mundo. «Incluso hoy me siento más científico que antes porque veo el origen de las cosas, cómo influye en la calidad, te ofrece preparación, y con una buena medición influyes en el desarrollo económico y al mismo tiempo ahorras los recursos que se manejan».

—¿Encontraste una escuela?

—Sin dudas, desde mi entrada a la OTN hasta el presente es una lección permanente ante los cambios que tienen las normas que no son estáticas y llevan un continuo aprendizaje, si se tiene en cuenta que el desarrollo científico repercute en los cambios de la calidad, por lo que tienes que ir a la par de ese movimiento. 

Los laboratorios de la OTN conocen de ese afán por una ciencia que exige el conocimiento de las magnitudes de temperatura, presión, electricidad, elementos físico—químicos, masa, y volumen, entre otras, con nomenclaturas exclusivas diseñadas en Villa Clara.

Así entran a jugar los rompecabezas del trabajo, con la conciencia de que  quedarse sentado ante los contratiempos es señal de pasividad y fracaso.

«La mayoría de quienes estamos aquí hoy tenemos sentido de pertenencia. Buscamos por aquí y por allá para ver por dónde andan los patrones y no perderlos. No podemos permitir que la OTN vaya en descenso. Compartir criterios es lo que me ha ayudado a formarme en el tema de innovación, entre ellos mi compañero de labores, Leonardo García Cañizares».

Universo innovador 

Senén conoce muy bien que en el laboratorio de presión existen dispositivos recuperados a fin de ejercer el trabajo de calibración ante prensas que se van desgastando y requieren cambiarles las bombas, por lo que se han adaptado para ejercer las diferentes funciones.

En ese mundo de adaptaciones el creador habla del patrón norteamericano del Fluke 744, un calibrador de procesos multifuncional. «Es digital, y uno de los más modernos que tenemos. Hace presión, temperatura y electricidad, pero las baterías se agotaron y no venía con fuente».

Ante esta disyuntiva, Senén dio rienda suelta a su imaginación apoyada en los conocimientos.

«Tuvimos que idear una fuente con sus comprobaciones pertinentes de todos los parámetros. Se hizo la calibración y los detalles con todas las de la ley, y en estos momentos presta servicios».

—¿Tiempo total de realización?

—Desde que se pensó hasta su terminación unos seis meses. Como no soy eléctrico tuve que buscar a un especialista y explicarle las funciones específicas del patrón.

Así encontró a Guillermo, en el central George Washington, quien brindó su apoyo extraordinario, y obtuvieron premio.

Unas veces llegan los reconocimientos, otras no. Senén Hernández tiene Premio Relevante por innovador en dos ocasiones a nivel de centro. Es destacado todos los años, y según sus compañeros acapara el veredicto principal de las premiaciones.

Para la Ms. C. Sonia Hernández Méndez, directora de la institución, gracias al sentido de pertenencia de sus integrantes y el amor por las tareas se mantiene la OTN. Por muy difícil que resulte la situación se buscan opciones para que el trabajo salga y la oficina siga figurando entre las mejores del país.

A Hernández García y a todo el equipo les agradan las compensaciones generales del trabajo al disponer de reconocimientos internacionales por los laboratorios de calibración acreditados como parte de los 54 países que ostentan el distintivo. Todo esto en una entidad caracterizada por su sistema integrado de gestión, que ofrece respuestas al empresariado, tanto estatal como privado, de acuerdo con las normas estipuladas

«La niña de sus ojos»

El accionar de Senén rebasa los límites de las cuatro paredes. Por ello atiende su carro móvil al que quiere como «la niña de sus ojos». Lo revisa y si siente algún sonido extraño, por mínimo que resulte, basta para dedicarse al detalle.

Metrólogo Senén Hernández con su carro móvil.
Al fondo «la niña de sus ojos», la compañera inseparable de la que no descuida ni un mínimo detalle. (Foto: Ricardo R. González)

En el vehículo ha recorrido casi todo el país porque la única provincia que dispone de la Metrología es la nuestra, en tanto el resto de los territorios reclaman su accionar. En ese ir y venir debe comprobar los sistemas de medida con la necesaria calidad.

Así revisa cada instrumento. Conoce que su profesión lo obliga a la integralidad, porque un especialista de la rama debe ejecutar, al menos, de dos a tres de las ocho magnitudes establecidas, y cada caso demanda el conocimiento exacto y la precisión.

Y la distancia impone sacrificios. Separarse por unos días de sus seres queridos, vencer los contratiempos de las carreteras, mas conoce que pertenece a un colectivo del Citma (Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente) que supera las dos décadas como vanguardia del país y acumula innumerables distinciones individuales y colectivas, al tiempo que garantiza los planes de inspección, calibración y los propiamente metrológicos.

El tiempo, el implacable 

Hay inquietudes que Senén no aparta de su mente y quisiera tener poderes mágicos para solucionarlas.

«Muchas veces quedamos atrás en el desarrollo tecnológico, sobre todo en la actualización de los patrones que rigen en el mundo. Estamos obsoletos en demasiadas cuestiones de la tecnología moderna. Queremos abarcar mucho, pero en ocasiones resulta imposible, por lo que acudimos a rescatar los patrones siempre cumpliendo con las normas establecidas y los requisitos para dar una repuesta a la economía del país. No en pocos momentos pensamos que tenemos una técnica moderna; sin embargo, ha caducado al ritmo del avance de los tiempos».

—OTN ¿simplemente tres letras y tu centro de trabajo?

— Una parte que no puedo deslindar de mi vida. Esta es mi casa (y lo repite dos veces) entro aquí 7:30 de la mañana, sin hora de término, y a veces hay semanas fuera de la provincia, en condiciones favorables o no, en función de la OTN, por lo que permanezco más tiempo aquí que en mi casa.

«No me gusta referirme a mi persona, y lo que hago es por contribuir a la vida, a su gente. Hasta ahora los retos que se me han puesto en la búsqueda de soluciones los he enfrentado venciendo grandes empeños».

—¿Qué le pides a la vida?

—Como cristiano tengo fe en que los tiempos venideros sean mejores, y de lo que no hay dudas es de que seguiré siendo una persona de bien, profundamente humano y solidario con el prójimo.

Son parte de las confesiones de un metrólogo integral que necesita la OTN, sus amigos, y también la cotidianidad de la vida. 

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