

No queda la menor duda de que el Comandante en Jefe Fidel Castro hubiese disfrutado enormemente el hermoso espectáculo titulado «A las puertas de un siglo», protagonizado por artistas y escritores en la noche de este miércoles 12 de agosto en el Patio Azul de la Uneac de Villa Clara, para celebrar el advenimiento del aniversario 99 de su natalicio.

Fue un encuentro sencillo, pero lleno de amor, de gente de pueblo, como a él le gustaba. Sin fanfarrias ni etiquetas, permeado de pura cubanía, sinceridad e inclusión, en el que la auténtica identidad sobrepasó los dictados de la actual industria cultural en que vale más la apariencia y la mediocridad disfrazada que el verdadero talento.


La buena música y el arte confluyeron en este festejo, que contó con la guía y organización del maestro Ramón Silverio Gómez, para el cual convocó una pléyade de fieles artistas invitados como Los Fakires, el bolerista José Vizcaíno, la intérprete Vivian Carranza, integrantes de La Trovuntivitis —Alain Garrido y Yeni Turiño— , el actor Nelson Águila, los transformistas Jennifer y Blancuccini, y los escritores José Antonio Fulgueiras, Jorge Luis Mederos (Veleta) y Ricardo Riverón Rojas.
Silverio, quien recordó su origen campesino y humilde, expresó que él es uno de los agradecidos de aquel hombre que dejó todo en pos del pueblo y su Patria, y quien luchó por la dignificación de las mujeres, los negros, los pobres, los desposeídos, los explotados y menospreciados.

Y de alguna manera «A las puertas de un siglo» fue eso, una celebración diferente, rompiendo esquemas y rigideces, a manera de agradecimiento de los artistas y escritores hijos de la gran obra que Fidel lideró desde el primero de enero de 1959.


Así brilló la poesía, el canto, el son, el bolero, la trova, la canción y el humor, porque no puede haber celebración sin alegría popular. Y a través de los artistas también cantaron y homenajearon a Fidel: Carlos Puebla, Tito Gómez, Juan Almeida, Juana Bacallao, el maestro y poeta Raúl Ferrer... y tantos otros grandes de la cultura cubana.

Sí, Fidel hubiese disfrutado mucho esta celebración de su cumpleaños, por haber sido diferente, auténtica, cubanísima, sincera, sencilla, popular, inclusiva, diversa, sin etiquetas ni esquemátismo. Una fiesta por los humildes y para los humildes, que es la esencia de la inmensa obra que nos legara y debemos salvaguardar.