Los tacones suenan sin tablao

La escuela Más Flamenco podría establecerse como un proyecto de desarrollo local (PDL), para seguir cultivando este arte musical y danzario español entre los niños santaclareños.

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Baile flamenco en Santa Clara.
(Foto: Gabriela López Gil)
Yaisa Beatriz Coronado Gutierrez
Yaisa Beatriz Coronado Gutierrez
@BeatrizYaisa
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27 Septiembre 2025

Flamenco

Este arte, considerado una de las manifestaciones más auténticas de la cultura española, es conocido por su intensidad dramática y el uso expresivo del cuerpo. Su complejidad y riqueza artística han llevado a su reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010. 

Durante uno de los ensayos finales, la profesora veía a una de sus estudiantes cambiar la coreografía. «Profe, es que así me veo más linda, decía mientras realizaba movimientos delicados. Ella respondió zapateando el tabloncillo con fuerza: «El flamenco no es para que te veas linda, sino para que te sientas poderosa». 

El flamenco lleva años vinculado a Santa Clara, pues existieron varias agrupaciones de baile que, lamentablemente, se desintegraron. En 2022, bailaoras pertenecientes a la compañía Hechizos decidieron crear la escuela Más Flamenco, que actualmente cuenta con tres maestras y una coordinadora para atender a 97 estudiantes. 

Escuela Más flamenco, de Santa Clara.
(Foto: Gabriela López Gil)

«En estos momentos tenemos seis grupos, las más pequeñas reciben dos sesiones en días diferentes, y las mayores, de forma corrida. Durante el curso reciben clases con un profesor profesional de música y teatro, siempre en función de su coreografía. Además, realizamos un intensivo de una semana con una bailaora perteneciente a la compañía, que finaliza con una clase demostrativa para los padres», comenta Ailen Martínez Martínez. 

Más que una escuela

El trabajo con niños nunca es fácil, pero las profesoras han implementado un reglamento estricto para los horarios de ensayo. A pesar de la molestia que causa el no permitir padres en las clases, todos reconocen los beneficios de un espacio independiente. 

Marlyn Andrés Casanova, profesora, cuenta que el objetivo más común al apuntar a las niñas radica en que empiecen a socializar con los compañeritos de su edad y dejen un poco el teléfono. En su primer curso tenían una alumna hipertensa que, a raíz de la actividad física del baile, experimentó una compensación de su enfermedad. 

Alumnas de la escuela Más flamenco, de Santa Clara.
(Foto: Gabriela López Gil)

«Buscábamos una actividad que le aportara beneficios más allá de lo artístico, que practicara ejercicios para corregir la postura, fortalecer los pies y desarrollar una disciplina física desde temprana edad. Lo más valioso es verla disfrutar del baile con una pasión genuina; además, he sido testigo de cómo ha superado la timidez y ha ganado confianza en sí misma». (Karenia Ruiz Nodarse)

«De las clases me gusta todo. Primero, las escobillas, porque suenan genial con los zapatos y me hacen sentir poderosa. Segundo, aprender las coreografías, pues es como descifrar un código, y luego, ver cómo todo encaja perfectamente con la música. Por último, el braceo, porque, aunque es difícil, cuando sale bien es muy bonito y elegante». (Ana Lucía, de 13 años) 

«Comencé con 10 en otra escuela, pero retomé mi historia con el flamenco a los 21 años. Más que la técnica, me ha regalado las herramientas más valiosas para la vida. Continuar no lo veo como una opción, sino como una necesidad. Sé que me falta mucho, muchísimo, para llegar a donde quiero estar, pero estoy completamente segura de que no me falta fuerza, pasión y ganas de aprender». (Cheyla Moya García) 

Es una cuestión de responsabilidad llegar puntual, con un peinado específico, y darlo todo en la clase. No importa si estás cansada o te duelen los pies, igual tienes que ensayar porque es para mejorar. Asimismo, las tareas van más allá de enseñar una libreta, pues son ellas las que deben demostrar delante de su público. 

Un futuro de baile

La idea de establecer «Más Flamenco» como un proyecto de desarrollo local (PDL) surge de una conversación con la profesora Lizt Alfonso, primera bailarina de Cuba. Después de presentados todos los requisitos, la escuela santaclareña espera la aprobación de este proyecto educativo que busca fomentar el aprendizaje y la apreciación del flamenco entre los niños y jóvenes de la localidad. 

Claudia Camero Carmenate, profesora, plantea que una de las acciones planeadas es la oferta de talleres gratuitos de flamenco, diseñados específicamente para rescatar el uso de los círculos de interés en las escuelas. «La propuesta radica en elegir una escuela de la localidad donde se seleccionará un grupo de seis niños, que recibirán una clase de flamenco semanal de forma gratuita, y participarán en los programas y eventos regulares del proyecto.  

Alumnas de la escuela Más flamenco.
(Foto: Gabriela López Gil)

«Además, el proyecto aborda la salud física y mental, especialmente entre los ancianos. Se implementarán sesiones de danza adaptadas para esta población, enfocadas en mejorar su movilidad, equilibrio y coordinación. Por ejemplo, las clases se darían como un programa de una vez al año, y estarán estructuradas con ejercicios de calentamiento y estiramiento, para crear un entorno accesible donde los participantes pueden beneficiarse de la actividad física sin miedo a lesiones». 

Una vez que logren el permiso como PDL, las profesoras esperan poder cumplir el sueño de tener un local fijo. En estos casi cuatro años, la falta de local ha sido el impedimento más grande, que les ha costado, incluso, no formar parte de la Escuela de Flamenco de Andalucía. 

Proyectos como este brindan espacios seguros para el esparcimiento de los más pequeños, algo tan necesario para motivarlos a socializar y tener una dosis de ejercicio. Además, para algunos el arte resulta una forma de vida, una pasión necesaria para respirar que, mientras más temprano llega a tu vida, mejor. 

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