Villa Clara se levanta

Información del Consejo de Defensa Provincial.

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Trabajo de los linieros tras Irma
(Foto: Ramón Barreras).
Por Consejo de Defensa Provincial
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17 Noviembre 2017
(Ilustración: Adalberto Linares).

El paso del huracán Irma por Villa Clara, entrará a la historia como uno de los momentos más difí­ciles y complejos para la provincia, atendiendo a sus efectos devastadores, que esta vez se extendieron a la totalidad del territorio, en especial, a aquellos municipios y poblados situados en la costa norte.

Para tener una idea de los daños provocados, baste decir que se reportaron 51 577 afectaciones a la vivienda, de ellas 3 476 derrumbes totales y 5 676 parciales, además de las cuantiosas pérdidas en los techos de hogares e instalaciones estatales, los cuales suman más de 40 000.

A ello debe agregarse el derribo de más de 1 200 postes eléctricos,   cerca de 173 kilómetros de lí­neas primarias, unas 1 130 crucetas y 254 transformadores, lo que provocó una afectación total en el suministro de energí­a eléctrica a la provincia, situación que duró varios dí­as.

De igual manera, en la provincia más de 400 centros educacionales, incluida la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, sufrieron enormes daños; al igual que el sector agrí­cola, que perdió toda la producción de plátano de Quemado de Gí¼ines, Santa Clara y Caibarién, los principales productores, y en todos los municipios también lo cultivos varios sufrieron pérdidas.

Asimismo, en el arroz, café y tabaco hubo serios destrozos, al igual que en las ramas porcina y aví­cola, en las que se afectaron decenas de naves, lo que obligó a sacrificar más de 112 000 aves, además de perder unas 5 400 ponedoras y un nivel considerable de pollitas para el reemplazo.    

Esas resultan solo algunas cifras de los daños causados por el fenómeno meteorológico en Villa Clara, provincia que ha debido levantarse como ave fénix para tratar de recuperarse en el menor tiempo posible.

En ese empeño, contamos con la solidaridad de toda Cuba y varios paí­ses hermanos, que también brindaron su mano amiga, entre ellos la República Bolivariana de Venezuela.

Gracias a esa ayuda, logró consumarse la hazaña de que en solo 18 dí­as de labor el 99,6 % de los villaclareños recobrara el servicio eléctrico, para lo cual se contó con la colaboración de unas 130 brigadas procedentes de Pinar del Rí­o, Isla de la Juventud, La Habana, Artemisa, Mayabeque, Cienfuegos, Holguí­n, Sancti Spí­ritus y Santiago de Cuba, además de la Empresa de Servicios Ingenieros (ESIE), que también laboró aquí­.

La magnitud de los daños puso a prueba la capacidad organizativa de las estructuras de dirección a todos los niveles, desde la provincia y el paí­s, hasta la propia zona de defensa. A pesar de la lógica conmoción vivida en los primeros instantes, nada pudo impedir que hasta allí­ llegara, de forma inmediata, la asistencia solidaria en agua, comida, alimentos, grupos electrógenos y otros recursos vitales.

Baste decir que solo al poblado de Isabela de Sagua, durante varios dí­as se suministró a diario más de 2 000 raciones de comida de manera gratuita, además de unos 4 000 estuches de agua embotellada, y un tren con cuatro casillas que trasportó hasta allí­ 200 000 litros del lí­quido.

Otro dato revelador de la ayuda a ese poblado, es que luego de las 72 horas del paso del huracán, los trabajadores de Copextel y de la Empresa de Servicios Técnicos y Especializados lograron recuperar 174 televisores dañados, 455 refrigeradores, 85 lavadoras, 101 ollas, 180 cocinas eléctricas, 48 ventiladores y 14 cajas decodificadoras, además de ser entregado un teléfono a cada familia residente que tuviera ese servicio con anterioridad.

Asimismo, fueron concedidas cuna y colchón a todas las madres que tuvieran niños entre uno y tres años, además de estar garantizadas esas facilidades a todas las embarazadas que van a   dar a luz en los próximos meses.

Solo una Revolución como la nuestra es capaz de consumar tal proeza. En nuestro caso, «Irma » no ha sido más que un pretexto para hacer las cosas mejor. En muy poco tiempo el panorama comenzó a cambiar, gracias, en primer lugar, a un Estado que prometió que nadie quedarí­a desamparado y lo ha cumplido. También al concurso de muchas personas sumadas a las tareas de recuperación, que demostraron que sí­ se podí­an vencer las adversidades.

Un ejemplo palpable de cuánto se ha logrado y lo mucho que aún resta por hacer, es que del total de viviendas afectadas, ya se han solucionado 9 513 casos, es decir el 18,4 %; lo cual impone el trabajo y el seguimiento sistemático de todos los implicados en esta tarea, una de las más complejas que tenemos por delante.

A tal efecto, en la provincia se edifican hoy 486 viviendas de las tipologí­as V y VI, además de otras 225 del tipo I y II, las cuales beneficiarán a pobladores de comunidades muy afectadas como Emilio Córdova, Isabela y Nazábal, por solo citar algunos ejemplos.

También fluye la atención a los damnificados en los puestos de dirección y mesas de trámites,  que funcionarán hasta el próximo 30 de noviembre, con más de 46 000 personas atendidas hasta la fecha. De ellas, más de 12 000 solicitaron créditos, mientras un total de 1 858 han sido subsidiadas por el Estado.

En cuanto a la venta de materiales, hay que decir que hasta el momento, el importe de lo entregado supera los 60 millones de pesos, con una bonificación que sobrepasa los 29 millones, lo cual dice mucho de la ayuda recibida por los damnificados, a pesar de que esta vez el daño fue casi a todo el paí­s.

Asimismo, se distribuyen las donaciones recibidas en la provincia de acuerdo con las indicaciones del Consejo de Defensa Provincial y según el levantamiento y las propuestas de las Zonas de Defensa, las que se los hacen llegar a los damnificados mediante las unidades comerciales.

Suministradas o en proceso están ya 250 carpas, 288 kits de herramientas y 200 mantas para techar temporalmente viviendas, cuyas cubiertas fueron perjudicadas por los fuertes vientos del meteoro más intenso de todos los formados en el Atlántico.

También se completará la entrega en los próximos dí­as de 9 128 sábanas y 5760 sábanas cobertoras, 1500 colchas para taparse, 1008 catres, 3962 colchones personales, 12 876 toallas pequeñas y 11 000 grandes.

Otros productos son fósforos, más de 28 000 velas, 236 recipientes de 10 litros para agua, 90 ventiladores, 630 cepillos dentales, 120 paquetes de cereal de 1 kg, 210 bolsas de arroz de 10 kg, 1299 bolsas de sopa, 210 estuches de 1 libra de harina de trigo, 864 litros de aceite, 2844 litros de agua, 360 litros de leche fluida.

Se incluyen 22680 pomos de repelente, 6688 culeros desechables, 500 kits de materiales higiénicos, 2129 almohadillas sanitarias; así­ como 219 pantalones, 97 shorts, 789 pullovers y 92 camisas para hombres.

Para mujeres llegaron 207 pares de calzado, 363 blusas, 536 licras, mientras que también se entregaron 49 chancletas y 3906 pares de calzado para niños y 90 ventiladores.

La Universal espera en los próximos dí­as el arribo de donativos para la construcción que contemplan alambre, cajas e interruptores eléctricos, mangueras, caballetes, clavos, largueros, ventanas, puertas, pintura, lavamanos, juegos de baño y otros renglones.

Estos datos demuestran que Villa Clara existe, está viva y dispuesta a rescatar la grandeza de la tierra que tiene el honor de custodiar los restos del Che y sus compañeros de la guerrilla porque, como dijera Fidel, a través de la historia este ha sido un territorio vencedor de dificultades y obstáculos, y esta vez no será menos.

«Irma » se llevó muchas cosas; mas, lo que no pudo arrebatar a este pueblo fue su fe y la confianza en que saldremos adelante. Para lograrlo están la magia de la solidaridad y todas las manos que se han juntado, para forjar el milagro de tener una Villa Clara más bella y hermosa.

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