
Ni la furia de los vientos ocasionados por «Irma » ni las olas que penetraron para tratar de infartar el corazón de la ciudad pudieron amilanar a los caibarienenses, quienes demostraron que la unidad de un pueblo no se fracciona con la fuerza de un fenómeno meteorológico por intenso que sea.
Y dónde mejor que en el terruño con los mayores impactos dejados por el feroz huracán en tierras villaclareñas para celebrar el acto por el aniversario 59 del triunfo de la Revolución, desde un punto marino que le cantó a la vida y a la eterna libertad.
Fue el reconocimiento a la Villa Blanca, a quienes la representan, a las organizaciones de masas y a todos los que contribuyeron a cambiar aquellas imágenes registradas el 8 de septiembre pasado, cuando «Irma » dejó de ser dulce para provocar precipitaciones intensas, rachas superiores jamás sentidas; árboles, luminarias y postes caídos; derrumbes totales y parciales; mientras el céntrico parque La Libertad quedaba desprovisto de muchos de sus bancos testigos de las historias citadinas.
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Julio Ramiro Lima Corzo, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en Villa Clara, y Alberto López Díaz, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular, entregaron el diploma que avala la entrega de un pueblo que decidió reencontrar la luz. En nombre de sus habitantes lo recibieron sus homólogos municipales Juan Alberto González Milán y Roger Jacinto Hidalgo Guevara, respectivamente.
También la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) tuvo su distingo que llegó de manos de Juan Alberto Machado González, su presidente en la provincia.
Como regalo a los caibarienenses el actor Ricardo Pérez Díaz dio fuerza al poema Yo soy Fidel, y sorpresivamente subieron al escenario Annié Garcés y Eduardo Sosa para interpretar ese Cabalgando con Fidel, de la inspiración de Raúl Torres, que ya se inscribe como un himno que cada vez que se adueña del aire estremece el alma.
También interpretaron a capella el tema Longina para rendir tributo a Manuel Corona, uno de los cuatro grandes de la canción trovadoresca cubana nacido en esa tierra.
Por su parte, Yaila Corcho recordó a La Lupe como tributo a los expedicionarios del Granma, mientras el grupo Tres al son reafirmó lo que es una realidad perceptible: Caibarién se recupera.
Otro momento de aliento lo ofrecieron los poetas repentistas Maikel Ventura y Osniel Domínguez, para reafirmar la grandeza de un pueblo que aun en momentos difíciles sabe vencer porque les resulta incompartibles las derrotas.
Por ello, Julio Lima, al resumir el acto, ponderó «a todos los que se crecieron antes, durante y después del huracán. Los felicitamos y le aseguramos que el 2018 marcará un viraje en el desarrollo de este territorio. Este pueblo humilde no le fallará nunca a Villa Clara, ni a Cuba ».
En ese ajetreo de hacer más por la vida la villa recibe la fecha sin muertes maternas y con el indicador de mortalidad infantil en cero.
Una felicitación a nombre del Partido y el Gobierno llegó para los villaclareños por el advenimiento del nuevo aniversario de aquel enero triunfante.
Caibarién se levanta, sabe hacerlo, y demuestra sus fortalezas humanas y solidarias, como la de ese símbolo situado a la entrada del pueblo que no pudo arrasarlo los embates de «Irma ». Y ahí permaneció, soportando los avatares de un huracán, en representación de los cangrejeros que ahora miran hacia un mar sereno, pero con el candor de pintarle nuevos colores a la vida.