
De acuerdo al parte médico ofrecido este viernes por la Dra. María Elena Guillén Bravo, subdirectora del írea Quirúrgica del Hospital Clínico Quirúrgico Arnaldo Milián Castro, actualmente se mantienen hospitalizados en el servicio de Caumatología nueve de los 22 pacientes que ingresaron el pasado 24 de diciembre, tras los trágicos sucesos de las Parrandas de Remedios, donde una explosión provocó varias decenas de heridos.
Dos de los accidentados continúan valorándose como críticos extremos, tres, críticos, y cuatro, muy graves. El remediano Carlos Alberto Díaz Ochoa fue dado de alta hoy en la mañana.
En el caso de los ingresados en el Hospital Pediátrico José Luis Miranda, las noticias no resultan tan reconfortantes. Ninguno de los seis menores internados desde la noche del accidente, cuyas edades oscilan entre 11 y 15 años de edad, presenta mejorías en su estado de salud.
«Tres están reportados como críticos extremos, dos, críticos, y el sexto, muy grave. Hablamos de lesiones hipodérmicas o de tercer grado, que son las más profundas, lo cual se traduce en que existe destrucción total de la piel. Las quemaduras ocupan entre un 28 y un 55% del cuerpo, y se localizan en las piernas, los brazos, el cuello y la cara; además, son muy parecidas, lo cual nos permitió determinar que, excepto uno de los niños, todos los demás estaban expuestos, directamente, al área de fuego », declaró la Dra. Jacqueline González Díaz, jefa del servicio de Caumatología Pediátrica.
La especialista, con más de tres décadas de experiencia, refiere que a lo largo de su carrera jamás había presenciado un hecho tan desastroso.
«Ese día terminó para nosotros todo lo relacionado a las celebraciones de fin de año. Desde entonces se labora las 24 horas. Como nuestro servicio solo tiene cinco camas, yo soy la única que trabaja a tiempo completo, pero por suerte estaba rotando un médico residente de la especialidad, al que se le unieron dos más de Cirugía General y tres de Cirugía Pediátrica.
«El apoyo de la dirección del centro, así como de los demás hospitales, ha sido incondicional. Cuando se supo de la explosión, e incluso, antes de que llegaran las ambulancias, ya aguardaban enfermeros de todas las salas y del Ginecobstétrico, la guardia médica completa, cirujanos del Arnaldo Milián... Nos unimos como uno solo, y así seguiremos ».
Hasta el momento, no ha debido lamentarse ningún deceso.