Intercambian combatientes del 9 de abril en Santa Clara con estudiantes

Combatientes del 9 de abril de 1958, en Santa Clara, intercambiaron con estudiantes del preuniversitario Osvaldo Herrera, al conmemorarse 60 años de aquellos sucesos.

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Intercambian combatientes del 9 de abril en Santa Clara
El intercambio se desarrolló en el Aula Magna del Preuniversitario Osvaldo Herrera, otrora Instituto de Segunda Enseñanza, donde García Beltrán estudió y dirigió el movimiento estudiantil. (Foto: Narciso Fernández Ramírez)
Narciso Fernández Ramí­rez
Narciso Fernández Ramí­rez
@narfernandez
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09 Abril 2018

Jorge Garcí­a Beltrán, El Curita, uno de los protagonistas de las acciones del 9 de abril de 1958 en Santa Clara, junto a otros combatientes de esos sucesos, dialogaron con estudiantes del Preuniversitario Osvaldo Herrera acerca de los pormenores de las acciones en el barrio El Condado, epicentro de la Huelga General Revolucionaria en la capital de la antigua provincia de Las Villas.

El Curita, nombre con que se conoce a este combatiente de la clandestinidad y quien forma parte del grupo nacional que escribe la historia de Santa Clara, transportó las armas desde Antón Dí­az hasta la panaderí­a Santa Teresa, en la calle San Miguel entre Ciclón y Toscano, desde donde salieron una treintena de santaclareños al llamado del M-26-7 a la Huelga General Revolucionaria.

Intercambio de combatientes de la huelga del 9 de abril
Jorge Garcí­a Beltrán, el Curita, explica su participación en los sucesos revolucionarios del 9 de abril de 1958 en Santa Clara. Al fondo, Juan Antonio Machado, presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana en Villa Clara. (Foto: Narciso Fernández Ramí­rez)

En su relato, el combatiente rememora que eran unos 13 hombres, con Orestes de la Torre Morgado, Niñolo, al frente; entre los que sobresalí­a Héctor Martí­nez Valladares, un joven de 16 años que ese dí­a cayera en el enfrentamiento al tirano, junto a David Pérez Guadarrama y Antonio Aúcar Jiménez.

«Tuvimos que venir desde Antón Dí­az a pie con una veintena de armas al hombro y con el peligro de transitar por caminos que podí­an descubrir a nuestro grupo. Héctor Martí­nez y yo nos vestimos de verde olivo con los brazaletes del 26 de Julio y ambos escribimos nuestros nombres en el uniforme.

«A las once de la mañana se escuchó el aviso de Huelga General, era la orden de Libertad o Muerte. El primer enfrentamiento se produce apenas al salir de la panaderí­a por el fondo al intercambiarse disparos con uno de los carros del servicio secreto de la policí­a. Los esbirros huyeron despavoridos al observar la cantidad de combatientes y el volumen de fuego.

«En los posteriores enfrentamientos, nuestro jefe, Orestes de la Torre, Niñolo se retira herido de   dos balazos y los demás fuimos replegándonos por distintos puntos de la ciudad, con el apoyo de los vecinos, quienes nos brindaron todo tipo de protección.

«En mi caso, yo estaba escondido en una casa del Condado, cuando escuché disparos provenientes de un lugar cercano. Era el combate desigual de Héctor, Aúcar y David Dí­az Guadarrama. Una lluvia de balas cae sobre los combatientes allí­ atrincherados. Primero cae Dí­az Guadarrama, luego Aúcar y por último Héctor Martí­nez ».

Jorge Garcí­a Beltrán (El Curita)
Foto del año 1959: En el extremo derecho Jorge Garcí­a Beltrán (El Curita), al centro, Orestes de la Torre Morgado, Niñolo, combatiente del 9 de abril, quien falleciera en accidente de tránsito. (Foto: Cortesí­a de Jorge Garcí­a Beltrán, El Curita)

Luego, rememora El Curita, la tiraní­a cobró la vida de otros seis santaclareños, ví­ctimas del odio y el miedo: Enidio y Fabio Fuentes Moreira, Pedro Huergo Román, Juan Arcia Artiles, Mario Hurtado Rodrí­guez y Eduardo Garcí­a Hernández, Bayoya.

Otros revolucionarios participantes de los sucesos también les hablaron a los estudiantes reunidos en el Aula Magna del otrora Instituto de Segunda Enseñanza, como Tomás David Cuéllar Rivalta, quien habló de la concentración de ellos en una casa cerca de la panaderí­a Santa Teresa y su posterior participación en los sucesos que se desencadenaron.

Mientras, íngel Pérez León, Lito, recordó lo sucedido al grupo que se concentró en el edifico Maribán, en la calle Cuba, y que nunca salió a combatir al fallar aspectos organizativos de la Huelga.

Con posterioridad, los estudiantes preguntaron lo sucedido a El Curita después del 9 de abril de 1958, quien explicó cómo cayó prisionero, marchó al exilio, estuvo preso en Fort Lauderdale y llegó a Cuba, el 2 de enero de 1959, para incorporarse a las labores de la Revolución triunfante.

Igualmente los participantes se interesaron por saber los ví­nculos existentes entre los revolucionarios de Santa Clara y los de Sagua la Grande, así­ como del ejemplo que representó lo sucedido aquel 9 de abril de 1958, un fracaso que aceleró el derrocamiento de la dictadura de Fulgencio Batista.

En el intercambio participó Juan Alberto Machado, presidente provincial de la Asociación de Combatientes en Villa Clara, junto a otros combatientes y testigos de aquellos hechos. Estuvo también Marta Anido Gómez-Lubián, de participación destacada en la lucha clandestina en Santa Clara y actual vicepresidenta de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en la provincia.

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