En Cuba, el cáncer bucal se mantiene entre las diez primeras localizaciones de tumores. Desde el año 1970 ocupa entre el séptimo y décimo lugar. En la actualidad representa la octava causa de muerte en nuestro país y en Villa Clara, la sexta.
A pesar de que el cáncer bucal se localiza en regiones asequibles a la exploración física, la mayoría de los pacientes se diagnostican en estadios avanzados cuando las posibilidades de curación son remotas, lo que dificulta el tratamiento y empeora el pronóstico de los pacientes. Por lo tanto existen signos de alarma que nos permiten diagnosticar el cáncer bucal en etapas tempranas.
Signos de Alarma:

♦ Bultos o engrosamientos en las encías.
♦ íšlceras que no cicatrizan.
♦ Lesiones rojas o blancas persistentes.
♦ Lesiones que sangran fácilmente o en exceso.
♦ Dificultad para mover la lengua.
♦ Sensación de adormecimiento u hormigueo en cualquier zona de la boca.
♦ Dificultad en el movimiento al masticar o tragar.
♦ Presencia de ganglios no dolorosos, fijos o móviles.
♦ Dolores de garganta o ronquera persistentes.
♦ Diferencias de formas o tamaños entre ambos lados de la cara.
Las autoridades sanitarias han lanzado un programa de atención diferenciada para el cáncer bucal. Además de comenzar a programar en los medios de difusión la necesidad del autoexamen bucal.
Cara:
Se observaraÌ la simetriÌa facial. Hay que considerar cualquier protuberancia o hinchazón que aparezca en un lado de la cara, o bien lunares que empiezan a molestar e, incluso, cambios de coloración en la piel.
Finalmente palparemos la cara haciendo presión simultaÌneamente con un dedo de cada mano, para comparar mejor un lado con otro.
Cuello:
Se haraÌ con las dos manos a la vez, palpando los lados del cuello. Buscaremos adenopatías (bultos y zonas dolorosas o sensibles para el paciente). Se palparaÌ también la regioÌn submandibular (región blanda que se encuentra por debajo de la mandíbula). Es importante no olvidar explorar la movilidad de la "nuez" o "bocado de AdaÌn", que debe producirse tanto al tragar, como al moverla manualmente hacia los lados.
Labios:
Hale el labio inferior hacia abajo para ver la cara interna. Identificar el frenillo labial medio inferior. Se palparaÌ el labio apretando suavemente, busque zonas duras al tacto, manchas o zonas dolorosas.
Mejillas (parte interna):
Introduzca el dedo índice entre los dientes y el cachete, tirando de eÌl hacia fuera para ver los tejidos del interior. Cualquier mancha o alteración de la normalidad debe ser informada al dentista.
Cielo de boca:
Se buscaraÌ cualquier cambio de coloración o protuberancia. Con el dedo iÌndice se presionaraÌ suavemente contra el paladar buscando noÌdulos o aumentos de volumen.
Observe su campanilla y examine hasta la garganta. Acuda a su dentista si le resulta difícil tragar o siente algún bulto en esta zona.
Encías:
Se deben de observar las encías buscando cambios de coloración, protuberancias y nódulos o tumoraciones. ¿Hay lesiones que no hayan cicatrizado en un período de dos semanas? ¿Existen zonas que sangran sin causa?
Lengua: Para la exploración la hemos dividido en:
Frontal: Saque la lengua frente al espejo, observe cualquier lesión que se presente (manchas blancas, úlceras u otras). ¿Presenta usted alguna alteración repentina de movilidad? Palpe el espesor de la lengua con ambos dedos índices (uno por encima y otro por debajo) a la vez, buscando cualquier tumoración.
Lateral: Con una gasa halamos lateralmente de la lengua para observar los bordes laterales y la garganta (asiento frecuente de tumoraciones que pasan desapercibidas). Se buscarán úlceras, zonas de hemorragia, resistencia a la movilidad y a la palpación, dolor. Las lesiones blancas pueden aparecer también en la lengua.
Suelo de boca:
Coloque la punta de la lengua por detrás de los dientes superiores. Se debe identificar el frenillo lingual. La palpación del suelo de la boca se realizaraÌ haciendo una presión suave con el dedo, contra la zona del suelo, buscando nódulos, protuberancias o tumoraciones.
El autoexamen bucal es un procedimiento sencillo que solo puede tardar alrededor de 10 minutos. Debe realizarse con una periodicidad de, al menos, cada seis meses. En caso de haber encontrado cualquier alteración en alguna de las regiones anteriormente referidas, no dude en consultar rápidamente a su dentista. Un diagnóstico temprano puede salvarte la vida.