Santo Domingo 200 aniversario
Réplica de la Unión de Historiadores de Cuba en Santo Domingo al artículo del periodista Luis Machado Ordetx sobre la fecha fundacional de ese municipio villaclareño.
Interesante polémica en los círculos intelectuales de la provincia dedicados a la investigación histórica, y dudas, decepción, exaltaciones en la población de Santo Domingo, han generado dos artículos publicados en Vanguardia por Luis Machado, sobre cuya bien fundamentada hipótesis no pretendemos polemizar, sino agradecer los datos aportados a un proceso investigativo iniciado hace más de 65 años por el dominicano Aniceto Benítez, quien en sus Apuntes biográficos de la vida del general Emilio Núñez Rodríguez declaró:
«Yo he realizado toda clase de esfuerzos desde hace varios años, tratando de recopilar datos para una Monografía Hist. de Sto. Dgo., pero, desgraciadamente, existe una laguna tremenda en los Archivos Municipales sobre el proceso de desenvolvimiento del mismo pueblo de Sto. Dgo. Y los datos que existen son escasos e indirectos […] ».
En la década de los 90 del siglo pasado se encomendó institucionalmente una búsqueda más profunda de la historia de Santo Domingo y, desde entonces, las brechas de conflictos historiográficos quedaron bien identificadas. Por tanto, sin restarle importancia a lo publicado, se debe aclarar que la concepción de proyectos
¿Cuáles son los argumentos de 1819?
La inexistencia física del tomo X y el deterioro considerable de una parte del XI de las Actas Capitulares del Archivo Histórico Provincial, nos priva de la fuente primaria de información más importante y obliga a remitirnos a otras como: Memoria histórica de la villa de Santa Clara y su jurisdicción, donde Manuel Dionisio González registra: «[…] entre otras colonias que entonces se establecieron (1819) por el capitan general Cienfuegos é intendente Ramirez, cuéntanse la de Jagua y Santo Domingo ».
A su vez, en Memorias de la Real Sociedad Económica de La Habana, se especifica, el 30 noviembre de 1819: «También se repartirá entre nuevos pobladores la hacienda Santo Domingo cuya propiedad adquirió la Comisión en precio de veinte mil pesos […] », y se añade: «El resto de la tierra es muy llana, […] pero toda de la mejor calidad, no solo para las culturas ya establecidas, sino también para todas las demás que quieran emprenderse […] ».
Obsérvese que el texto, cuando habla de repartir tierras (y lo hace en futuro) entre nuevos pobladores, no niega la posibilidad de existencia de otros ya asentados con culturas (agrícolas) establecidas, pero abiertas a las demás que quieran emprenderse.
La tesis de nuestro bicentenario se consolida aún más con datos facilitados por Machado desde las Noticias de la hacienda Santo Domingo, jurisdicción de Villa-Clara, sacadas de las actas de la Junta de Población, que recogen fechas trascendentes contenidas en el año 1819 como la del 26 de marzo donde: «Se encarga al Gobernador de Trinidad que tome posesión de la Hacienda ». Y: «Que con noticias que adquiera del arrendatario Cepero designe el lugar apropósito para una población […] ». Asunto materializado el 3 de noviembre cuando «Toma posesión de la hacienda el Capitán D. Mateo Casanova […] », hecho este último del que se desprenden ideas claves como la aparición en Santo Domingo de la primera figura jurídica, política y militar representativa de los intereses coloniales españoles, que ejecutó in situ acciones concretas en función del fomento poblacional, en las cuales están implicados los miembros de la familia Alba, quienes el 2 de enero de 1820 están posesionados de las ocho caballerías de tierra, no dando margen a muchas dudas de haberlas recibido por orden entre noviembre y diciembre de 1819.
¿Pudiera ser entonces, debido a lo cercano en el tiempo, que la información ofrecida, sin revelar fuente, por el destacado investigador Gerardo Castellanos García sobre el 31 de octubre de 1819, y que hoy muchos dominicanos consideran como fecha fundacional, no sea descartable definitivamente?
Por supuesto, máxime cuando se cuenta con el respaldo de documentos como el Magazine de La Lucha, publicado en 1926, que expresa: «[…], en 1819, se fundó la colonia de igual nombre (Santo Domingo), mercedándose terrenos de la hacienda a los que fueran a establecerse a ella, cuyo primer director fue Francisco de P. Moralet, siendo los primeros pobladores, Francisco Arencibia, Gaspar Alba, Ciriaco Pérez, Joaquín Benavides, Juana González, Juan Pérez, José Galoes y Mariano Mora ».
¿De dónde salió este dato? ¿Se lo inventaron los autores del Magazine? ¿Quién era Gaspar Alba que su apellido coincide con los documentos de la Junta de Población de 1819?
Como se observa el tema requiere mucho estudio todavía y precaución a la hora de absolutizar alguna idea. Y mientras las investigaciones progresan y nuevos resultados generan otras polémicas, Santo Domingo trabaja en su embellecimiento y festeja 200 años de historia.
Seguir las pistas
Contrarréplica del periodista Luis Machado Ordetx a misiva de los historiadores de Santo Domingo.
Nada tengo en contra de la celebración del bicentenario de la entonces colonia de Santo Domingo. En tierra adentro fue la menos favorecida en un surgimiento que, prolongado en el tiempo, todavía queda «oscuro » en relación con el establecimiento de nuevos pueblos, según los preceptos que esgrimió en 1819 la Junta de Fomento.
Jamás hubo el deseo de crear «dudas, decepción, exaltaciones, decepciones en la población », como añaden los miembros de la UNHIC y sus colaboradores. Todo derivó a sustentar puntos de vista sin ánimos de polémica.
Existe en los planteamientos una razón de interpretación a partir de lo expuesto por el Boletín del Archivo Nacional (1923), y de ahí se significó que 1819 y mucho menos el 31 de octubre representan las fechas de fundación en tanto el acta «perdida » no aparezca. Razones hay de una parte y de otra en los argumentos.
Obvio, si el cumplimiento de la Real Cédula supone la entrada en la Historia de Cuba, bienvenido sea el acontecimiento para los dominicanos. Ahí no está la fundación de un pueblo. Mucho menos pensar en lo dicho por Gerardo Castellanos García sin declarar de dónde tomó la referencia.
Ese estudioso lo aclara en su Panorama Histórico: Ensayo de la Cronología Cubana (1934), al ofrecer apuntes para incentivar la búsqueda de la verdad en sucesos de trascendencia única.
Al carecer en lo físico de las Actas Capitulares del Cabildo de Santa Clara, y otras mostrar un deterioro que impide la lectura analítica casi en dos décadas y media de fondos expuestos por el Archivo Histórico Provincial, incluidos entre 1800-1825, hay que agotar otras búsquedas en instituciones homólogas.
Así declaré en el primero de los artículos. Lo más próximo que tenemos todos son los materiales recogidos por la Junta de Fomento de la Isla de Cuba, con seguridad depositados en el Archivo Nacional. Fue la fuente sugerida y de necesario agotamiento. Ahí tiene que aparecer otra luz, así precisé.
Los historiadores en el ánimo de acuñar 1819, ¿fecha de fundación? de la colonia de Santo Domingo van al Magazine de La Lucha (1926), por demás casi reiterativo de lo recogido por el documento de la Secretaría de Gobernación (1912), citado en el primero de los artículos. Solo difieren en el año y el aporte de informaciones relacionadas con períodos posteriores. Lo aportado por el Magazine… en esencia procede de la Memoria Histórica de la Villa de Santa Clara y su Jurisdicción (1858), de Manuel Dionisio González. También de las explicaciones o Apéndice que escribió en 1925 Julio Arturo Valdés, director del periódico Federación, y de añadidos de Florentino Martínez y otros colaboradores. Todo lleva a suponer que 1819 es la fecha declarada por ese texto.
De igual modo, los historiadores dominicanos se preguntan ¿Quién era Gaspar Alba cuyo apellido coincide con los documentos de la Junta de Población en 1819? La respuesta es sencilla. No solo ese nombre. También deben agregar a Francisco Arencibia, Regidor del Cabildo de Santa Clara y muerto de manera alevosa años después en la hacienda Amistadâ€en Jicotea, Faltan, además, otros y hasta Ana Sarduy, así como su hijo José López, propietarios en 1760 de los hatos de Viamones y Arroyo Arenas, y de las haciendas San Juan y Santo Domingo.
Una mirada a las Actas Capitulares de 1724-1799 demuestra cómo miembros administrativos del Cabildo y familiares representativos, se posesionaron de hatos, corrales, estancias y haciendas comuneras en lo que después fue la Colonia de Santo Domingo. Ahí están muchos de los nombres que solicitan.
Las apreciaciones, sin ánimo de polémica, cierran el capítulo de la fundación y abren otras pautas que animan el seguimiento de la historia.