
La propagación del denominado algarrobo de la India (Albicia procera) en plantaciones cañeras de la costa norte constituye una amenaza para el corte mecanizado de la gramínea en períodos de cosecha, aseguran investigadores villaclareños que evalúan el control integral de las malezas.
El pasado año se reportaron aquí unas 4121,4 hectáreas de cañaverales en desarrollo con presencia y afectaciones de la especie exótica, catalogada como invasora al establecer alteraciones en los ecosistemas y dejar pérdidas económicas significativas durante la cosecha.
El monitoreo entonces abarcó los territorios de Sagua la Grande, Camajuaní, Ranchuelo y Santo Domingo, donde abunda ese tipo de árbol, el cual, junto al marabú y los enyerbamientos pesados, influye negativamente en el fomento y desarrollo de las plantaciones cañeras.
En principio, el algarrobo de la India, original de Asia y del norte de Australia, fue introducido en Cuba con fines forestales y de alimentación del ganado bovino, pero ahora resulta una amenaza al infestar los cañaverales y limitar las maniobras del corte mecanizado en la costa norte de la provincia.
Campos sembrados con la gramínea, materia prima esencial de las empresas azucareras Héctor Rodríguez, José María Pérez, Ifraín Alfonso y George Washington, figuran como puntos esenciales donde se ubican los mayores esfuerzos para erradicar o atenuar la expansión del algarrobo de la India, dijo Duvier Gil González, especialista de la Estación Territorial de Investigaciones de la Caña de Azúcar (Etica-Centro) en Villa Clara.
Los frutos, o semillas, del tipo de legumbres planas que contienen las vainas de la especie invasora, al ser lanzados por el viento germinan con facilidad en la tierra; de ahí su rápida propagación y el aumento de las áreas de infestación, apuntó.
El control, la planificación de métodos para eliminar el fomento de la especie exótica con la aplicación de insecticidas y pesticidas, así como la adecuada capacitación de los productores, posibilitarán disminuir los efectos negativos del algarrobo de la India en los cañaverales y reducir las pérdidas en cosecha.
Al preguntar en qué consisten esas mermas que afectan la economía y la producción azucarera, Gil González resaltó que están dadas por la competencia entre dos plantas de fines opuestos y por la imposibilidad del eficiente trabajo de las combinadas en terrenos donde abunda la especie invasora, que puede, incluso, convertirse en una materia extraña cuando llega a los basculadores de los ingenios.