
Las primeras operaciones en infantes realizadas en el Cardiocentro Ernesto Che Guevara de Villa Clara comenzaron a principios de la década de los 90, para totalizar 92 cirugías entre los años 1991-92.
Así lo recuerda el Dr. Rafael Onelio Rodríguez Hernández, máster en Ciencias e investigador agregado, al subrayar que la supervivencia rebasó el 95 %, aun sin estar creada la red cardiológica central que se hizo realidad a principios del presente siglo por iniciativa de Fidel.
«De manera estable se operaron, desde 1997 hasta alrededor de 2013, cardiopatías no complejas para apoyar al Cardiocentro William Soler, de la capital cubana, dedicado a complejos procederes. En este período fueron intervenidos más de 760 niños con una supervivencia superior al 98 % », precisa el galeno.
Esas cardiopatías encuentran hoy soluciones a través de métodos más modernos, como el cateterismo intervencionista, que puede resolver las comunicaciones interauriculares (CIA) y las coartaciones de la aorta, entre otras, por lo que no es necesario someter a los niños al quirófano.
Rodríguez Hernández puntualizó que no se han descartado estos procederes en la infancia, y en el perfil de trabajo aparecieron otras patologías a tenor de la morbilidad algo elevada de la hipertensión portal, por lo que existe la acción coordinada con los especialistas del hospital pediátrico José Luis Miranda.
En la actualidad se mantienen junto al tratamiento de los angiomas en cirugía vascular, y las fístulas arteriovenosas traumáticas o espontáneas.
El resto de los cirujanos dedicados a la atención de adultos se involucró en este tipo de operaciones, a la vez que pasaron los seis meses de entrenamiento en La Habana.
Las cirugías pediátricas en el complejo villaclareño constituyen una parte de la memoria histórica de la institución que rebasa los 33 años de fundada, y conoce muy bien las trabas de un férreo bloqueo con el cerco de medicamentos e insumos de primer orden. Aun así hace por la vida.