
No es necesario nacer en los predios para recibir la Distinción de Hijo Ilustre de Villa Clara, pero sí se requiere amarla, entregarle las fuerzas para verla crecer, desarrollarse y que en algún momento del día a día se piense en aquellas contribuciones que pudieran hacerse a favor de los coterráneos. Por eso, desde este sábado, el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez cuenta con ese distintivo conferido por la Asamblea Provincial del Poder Popular en representación del pueblo.
Un emotivo momento que propició palabras de agradecimiento por parte del condecorado a quien se le hizo difícil resumir tanta historia sin someterse a la improvisación, ni a la presión, ni a las emociones provocadas por el momento, por lo que tuvo que ordenar algunas ideas.
«Lo primero dijo que queremos expresar a todo el pueblo de Villa Clara es que este reconocimiento lo recibimos y aceptamos solo en nombre de decenas y cientos de compañeros que no pueden estar entre nosotros porque fueron cegadas sus vidas en los tantos combates que se libraron para lograr la victoria del enero de 1959 ».
Entonces recordó, con sentimiento especial, a sus coterráneos artemiseños durante la contienda del Moncada, al intrépido y valiente jefe del Pelotón Suicida Roberto Rodríguez Fernández, El Vaquerito, entre tantos otros que permanecen en su memoria.
Para su formación resulto vital la doctrina martiana, también impulsada por su madre, sin descartar el pensamiento de Fidel hacia todos aquellos jóvenes que decidieron seguirlo por la independencia de Cuba.
Dentro de sus días heroicos hubo remembranzas para aquel final de agosto de 1958 en la marcha por llegar hasta el extremo más occidental de la isla en medio de innumerables dificultades que nunca indujeron a la derrota.
Así a mediados de octubre de ese año arribaron al territorio de Las Villas con una acogida fraterna y ayuda incondicional brindada a toda la tropa. «En Santa Clara libramos el último y decisivo combate contra la tiranía y el apoyo del pueblo fue decisivo.

Al revisar la historia del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés no puede olvidarse que sobrevivió a la dispersión del combate de Alegría de Pío y al reencuentro en Cinco Palmas, tampoco su participación como segundo jefe en la invasión de Oriente a Occidente.
Fue artífice junto al Che de la consolidación del Frente de Las Villas, y en el transcurso de la historia se ha desempeñado como Ministro del Interior, de las Comunicaciones, vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros, y miembro del Comité Central.
Por su bregar, responsabilidad y sencillez ganó el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba, y cumplió la honrosa, delicada y compleja misión de retornar a la Patria los restos del Che y de sus compañeros del Destacamento de Refuerzo.
En cierta oportunidad Raúl Castro lo denominó como un «mambí de estos tiempos », y ese guerrillero incansable ha mantenido estrechos vínculos con la provincia que no han disminuido a pesar de sus múltiples responsabilidades.
En una reciente visita al territorio manifestó sentirse «hijo de esta tierra y orgulloso por el trabajo que desarrolla su pueblo ».
Por eso hoy ese mismo pueblo lo gratifica para convertir la jornada en un sábado de esos que pasan a la historia.