Cuba Ron ya tiene una Doctora

La villaclareña Mayra Guzmán Villavicencio se convirtió en la primera Doctora en Ciencias Técnicas desde la industria, dentro del sector de la empresa Cuba Ron en el paí­s.

Compartir

Mayra Guzmán Villavicencio, en la defensa de su doctorado en Ciencias Ténicas.
Mayra durante la defensa de su tesis doctoral, desarrollada en el teatro de reuniones de la Ronera Central Agustín Rodríguez Mena, de Santo Domingo. (Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Francisnet Dí­az Rondón
Francisnet Dí­az Rondón
3803
12 Diciembre 2019

Las lágrimas de Mayra Guzmán Villavicencio ante el anuncio del tribunal de concederle el tí­tulo de Doctora en Ciencias Técnicas, luego de su encomiable defensa doctoral, no eran para menos. Luego de cuatro intensos y difí­ciles años de investigación y estudio, además de sus labores  profesionales y hogareñas, al fin pudo hacer realidad su sueño este miércoles 11 de diciembre.

Durante toda la confección de su tesis doctoral, titulada «Gestión de la tecnologí­a y la innovación y su integración con el análisis complejo de procesos en la Ronera Central », Mayra no dejó de ejercer su responsabilidad como directora administrativa en la referida entidad, ubicada en el municipio Santo Domingo, Villa Clara. De esta manera, se convirtió en la primera mujer en ostentar ese alto grado cientí­fico desde la industria, dentro de la empresa Cuba Ron en todo el paí­s.

Momento en el que Mayra Guzmán Villavicencio recibe la calificación del jurado en la defensa del doctorado.
Momento en que el jurado otorgó oficialmente a Mayra Guzmán el tí­tulo de Doctora en Ciencias Técnicas.  (Foto: Francisnet Dí­az Rondón)

Luego de graduarse como ingeniera hidráulica en la Cujae, en 1997,    trabajó en la Empresa de Cultivos Varios, de Manacas (poblado donde reside), y más adelante, en cumplimiento de una tarea del Partido, fungió como directora de la Escuela de Trabajadores Sociales en el municipio dominicano.

Tiempo después, llegó a la Ronera en busca de oportunidades de trabajo, donde comenzó como secretaria del director de Operaciones. Dentro de esa ocupación atendió las actividades de Ciencia y Técnica, desde el año 2006.

Al surgir la plaza de especialista concerniente a la esfera de Medio Ambiente e Innovación, Mayra se sintió como pez en el agua. Desde entonces trabajó y se superó sin descanso, y gracias a su desempeño el Citma en Villa Clara le otorgó la posibilidad de matricular en la maestrí­a en Gerencia de la Ciencia y la Innovación Tecnológica, hasta graduarse en el 2012.

¿Te fue difí­cil asimilar una nueva disciplina diferente a la Ingenierí­a Hidráulica?

No tanto, porque de alguna manera la Ingenierí­a Hidráulica aborda esferas relacionadas con la Ingenierí­a Quí­mica. Además, el proceso de producción de ron es una actividad de la que una se enamora, encanta, te atrapa y logras involucrarte desde el principio.

¿Qué aportes haces con tu tesis doctoral?

Soy una eterna apasionada de la investigación y la innovación. Son dos elementos que a mí­, en lo particular, me motivan muchí­simo. De ahí­ surge la tesis de maestrí­a que constituyó la raí­z para continuar este trabajo investigativo.

«En la tesis se propone una metodologí­a para continuar con un carácter sistémico, abordando desde una industria la innovación tecnológica por la necesidad imperiosa que tiene la fábrica cubana, especí­ficamente, de mejorar procesos productivos, de renovarse, de tener un proceso de innovación continuo con la introducción de nuevas tecnologí­as y, a la vez, mejorar la ya existente ».

Podrí­amos decir que es una manera de sustituir importaciones.

Es una manera de sustituir importaciones. Con ello se busca desarrollar la creatividad de los trabajadores, utilizar todo ese intelecto que hay dentro de la industria.

Ahí­ se vinculan también los aniristas (miembros de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores, ANIR).

Todos los aniristas forman parte de ese proceso. ¿Qué ocurre en este sentido? La esencia no radica en los productores de tecnologí­as, como yo bien explicaba en la presentación, más bien la asimilación de ella. Y hay un intelecto presente en las empresas que puede ser utilizado para adaptarla, asimilarla y mejorarla con nuestros propios recursos.

Eso resulta primordial para enfrentar las situaciones adversas producto del bloqueo externo hacia Cuba.

Sobre todo cuando limitan la entrada de piezas de repuesto. Entonces lleva a que la creatividad se imponga y un innovador, en cualquier tarea, introduzca mejoras a esas tecnologí­as que ya existen, para impedir la paralización del proceso productivo y que continúe avanzando. Todo es innovación tecnológica.

Mayra Guzmán Villavicencio, Doctora en Ciencias Técnicas.
Mayra Guzmán Villavicencio, primera Doctora en Ciencias Técnicas desde la industria, dentro del sector de la empresa Cuba Ron en el paí­s.  (Foto: Francisnet Dí­az Rondón)

«Se explicó que se clasificaban en pequeñas mejoras, en las incrementales y las radicales. Pero, estas pequeñas mejoras en Cuba son las que más propician innovación y tienen extrema importancia en todos los sectores industriales, no solo en la Ronera ».

Su trabajo doctoral está muy acorde con el llamado del presidente de la República, Miguel Dí­az-Canel, de vincular aún más la investigación y la academia al desarrollo del paí­s.

Sobre todo eso, vincularlo a la universidad. En las empresas cubanas no está estructurado un departamento para la investigación, el desarrollo y la innovación. Y debemos aprovechar las potencialidades del propio personal para intensificar esta actividad.

«Resulta importante señalar que la industria se vincule a la universidad, pues en ella se hallan los investigadores que son capaces, a partir de la metodologí­a propuesta, de identificar nuestros puntos débiles, y debemos ser lo suficientemente humildes para ir a buscar las soluciones en el sector de las investigaciones.

«Es un ví­nculo muy importante, porque en el área universitaria se encuentran en constante retroalimentación, desarrollando nuevas tendencias que pueden ser aplicadas a la industria y no queden engavetadas. O sea, que desde la industria surja la demanda, y los investigadores se inserten en ella, aporten soluciones y desarrollen el intelecto existente en las fábricas ».

Cuatro años para lograr el doctorado, toda una proeza para una mujer con responsabilidades profesionales, familiares, marternales...

Fue extremadamente difí­cil. Cuatro años en los que tuve que vincular la investigación con la responsabilidad en el trabajo, del cual nunca estuve liberada para hacer el doctorado. Aunque sí­ pude contar con todo el apoyo de la dirección de la fábrica para poder dedicarme, en perí­odos   determinados, a realizar la tesis.

«Y en el hogar lo logré gracias a mis padres, protagonistas indiscutibles de mi llegada a la meta. En muchas ocasiones jugaron el rol que me correspondí­a como madre. Sin ellos habrí­a sido imposible. Transité por momentos difí­ciles, pero con el apoyo de mi familia, amigos y compañeros de trabajo, se hizo realidad este momento ».

¿Qué mensaje le enviarí­as a esas mujeres que también quisieran superarse académica y profesionalmente?

Que sí­ pueden hacerlo, siempre que se lo propongan. Que pongan todo el empeño, cuenten con el apoyo incondicional de la dirección de su industria, en el caso de las mujeres de Cuba Ron. Y con ese respaldo pueden llegar a la meta.

Comentar