Exclusiva agrí­cola

La CPA Victoria de Girón, en Corralillo, es una de las pocas de su tipo donde abunda el agua en cualquier época y no emplean petróleo ni electricidad para irrigar las plantaciones de cultivos varios.

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Campo de malanga en la CPA Victoria de Girón, en Corralillo.
Unas 70 toneladas de malanga estiman acopiar en 12 hectáreas en producción, cultivo anual que, como otros, se beneficia con sistemas de irrigación de agua por aniego. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Luis Machado Ordetx
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
2100
20 Febrero 2020

La naturaleza, pródiga siempre, deja otra bondad sobre los suelos negros, ricos en materia orgánica descompuesta en actividad biológica, allá en Las Cruces,  cerca de Motembo. De un lugar y otro existen marcadas diferencias en cultivos varios, un rostro visible en producciones eficientes.

Ojo de agua en la CPA Victoria de Girón, en Corralillo, Villa Clara.
El ojo de agua, dicen los campesinos, constituye un bálsamo natural en perí­odos de sequí­a, y un ahorro de portadores energéticos. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Un lustro atrás recorrí­ palmos de tierra en esa zona. Todaví­a tienen idéntico anhelo de adquirir un dí­a, no saben cuándo, una casa de cultivo protegido. Tampoco  renuncian a   tener una minindustria que permita disminuir pérdidas en los acopios de campo, casi mí­nimos, para incrementar volúmenes en la diversidad de recolecciones y entregar más alimentos a la población.

Fomento del plátano en la CPA Victoria de Girón, de Corralillo, Villa Clara.
El fomento de plátano, otras viandas y hortalizas, entre las que incluyen tomate y pimientos con fines de comercialización fresca y procesos industriales, sitúan a los campesinos como fortines de la producción. (Foto: Luis Machado Ordetx)

Sobre  las espaldas de los campesinos que integran la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Victoria de Girón descansa más del 65 % de las viandas, hortalizas y granos que se  comercializa en los mercados estatales  en Corralillo, al oeste de la provincia. Esa cantidad, al igual que las contribuciones de leche fresca para la industria y ventas de ganado mayor en ceba, la consideran aún insignificante.

Sin duda, la humildad los distingue, aunque  hablan de asumir perspectivamente otros cultivos, favorecer los sistemas de riego de agua por aniego, atender mejor la fuerza de trabajo con insumos de labranza, y ubicar piezas de repuestos indispensables para el alistamiento de tractores inactivos por años.

En tiempos de limitaciones en recursos materiales y asignación de combustible, algunas de las solicitudes, en apariencia, constituyen un sueño. Allí­ no pierden la capacidad de imaginar una jornada laboral detrás de otra,  e incluso conseguir resultados productivos en una organización campesina que, como pocas en el paí­s, exhibe indicadores con balances favorables, en los cuales el costo por peso no rebasa los 0.40 centavos.

Andar la tierra

En seca extrema, la naturaleza jamás golpea a los cultivos con insistente saña. Disponen de una exclusiva agrí­cola con pocos parangones cubanos. Un ojo de agua, manantial inagotable, en las cercaní­as de la zona facilita, luego de represado el lí­quido, irrigar por aniego unas 120,6 hectáreas. Con técnicas ancestrales de canales en suelos escasamente drenados, emplean cero combustible y electricidad en el beneficio de los campos. Solo la preparación de tierra en época previa a la siembra consume cifras í­nfimas de petróleo. Con seis yuntas de bueyes hacen las atenciones culturales de las plantaciones, así­ como la recogida de las cosechas. Ahora adiestran otros animales para incorporarlos a iguales faenas.

Labores agricolas en la CPA Victoria de Girón, en Corralillo.
El petróleo solo se utiliza en la preparación de los suelos. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Ricardo Moreno Vela, campesino aportador de tierra a la CPA desde su  surgimiento en 1978, es el jefe de producción. En animado diálogo pregunté por números que, en definitiva, significan ahorros económicos con la utilización del original y permanente sistema de riego de agua por aniego.

El hombre, con más de siete décadas de existencia y una fortaleza fí­sica increí­ble a pesar de llevar un marcapasos cardiaco, dijo: « ¡Una pelota de pesos! ». De inmediato aseguró la existencia de más alimentos  a medida que alcancen otros anhelos, como la casa de cultivos protegidos y hasta la minindustria, decisiva en ofertas de empleo para mujeres de la zona.

Ricardo Moreno, campesino de la CPA Victoria de Girón, en Corralillo.
Ricardo Moreno Vela sueña con sistemáticos volúmenes de alimentos para recoger en cada cosecha. (Foto: Luis Machado Ordetx)

En términos económicos, «una pelota de pesos » no dice nada, pero sugiere mucho. Especialistas de cultivos varios del Ministerio de la Agricultura (Minag) en Villa Clara tienen en alta estima los volúmenes productivos que salen de Las Cruces para abastecer los mercados. De acuerdo con las caracterí­sticas del suelo «plástico », que elimina de forma lenta la capa freática de la superficie, allí­ se practica un riego por aniego cada seis dí­as, según las siembras.

El consumo por hectárea, según cálculos, es de 15 litros. En 100 hectáreas plantadas, por ejemplo, aunque tienen más, gastarí­an 1500 litros de petróleo en una sola de esas actividades. Al efectuar 40 riegos en un año (dejemos margen de tiempo para cosecha y preparación de tierra), significarí­an  60 000 litros de combustible no consumidos.

Al precio del petróleo en el mercado internacional, se obtiene cuánto ahorro representa para el paí­s. Imaginemos solo un mes, febrero actual, cuando la tarifa media del barril unos 159 litros cayó a $55.53 dólares; eso sin contar gastos de transportación y los estrangulamientos económicos y financieros que, desde las administraciones norteamericanas, rondan siempre al paí­s. Ahí­ están los cálculos y los beneficios.

También, al cuantificar el consumo eléctrico por similar patrón de superficie sembrada, dicen los especialistas del Minag que el  importe de ahorro por no consumo representa 1.6 megawatts (MW) al año por hectárea. Razones hay para no desatender procesos productivos que repercuten en la eficiencia económica, y en los volúmenes de alimentos que sustituyen importaciones y alivian los caudales energéticos de un territorio.

Ahora el amigo Moreno Vela puede sacar otros cómputos que avalan los registros productivos. En tanto hablemos de…

íntegros guarismos

Durante el primer lustro de los años 80, la CPA que ahora preside Henry Ramos Rodrí­guez produjo 7800 toneladas de cultivos varios. Entonces disponí­an, desde el ojo de agua, de sistemas de riego por aspersión y tractores para roturar la tierra y acopiar las cosechas. Eran otros tiempos, y hasta destinaron áreas en plantaciones de papa, yuca y boniato. Luego todo desapareció, menos el propósito de sostener ritmos productivos con rendimientos en crecimiento.

Rentables desde la fundación de la cooperativa, precisa Ramos Rodrí­guez, en las 1174.5 hectáreas de patrimonio colectivo, al cierre del año obtuvieron 2 506 989 pesos en ventas totales, un 17 % por encima de lo planificado. En ese orden, añadió que el mayor monto de la superficie lo destinan a la ganaderí­a, unas 900 hectáreas con más de 800 cabezas de ganado. También cuentan con valiosos recursos forestales. No obstante, la decisiva fortaleza de la organización campesina reside en los cultivos varios.

Recolección de tomate en la CPA Victoria de Girón, en Corralillo, Villa Clara.
En tierras de la CPA Victoria de Girón también se cosecha el tomate. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Cosecha de tomate en la CPA Victoria de Girón, en Corralillo, Villa Clara.

Las utilidades registraron saldos superiores a 1 213 528 pesos, y en el perí­odo actual estiman mayores ingresos al planificar una 679.4 t de viandas, granos y hortalizas, en lo fundamental. Los contratos estatales rebasan las 423, dijo. A todo ello se adicionan unos 99 000 litros de leche, de los cuales entregarán a la industria el 65.6 %, así­ como 42 toneladas de carne de vacuno dirigidas al matadero.

En la ciencia y la técnica, aprovechando conocimientos empí­ricos de los socios, avanzan a ritmos acelerados. La semilla que emplean, por lo general, es certificada y hacen una excelente aplicación de medios biológicos, principalmente en hortalizas y granos, entre los que destacan frijol, maí­z y arroz, además de viandas y frutales, señaló.

Similar ocurre con la selección genética para la crí­a artificial de ganado, aunque no desdeñan en algunos casos la monta directa a partir de sementales de probadas potencialidades en carne y leche. Esa es otra forma de aplicar sabidurí­a en el campo y garantizar con sistemas forrajeros la alimentación de los animales.

Allá en Las Cruces la CPA cuenta con 76 asociados, un 36.4 % mujeres, nadie piensa en pedir nada material inalcanzable. No creen que en tiempos de dificultades económicas todo sea como un tren con ví­a sobre las carrileras. De acuerdo con el criterio de Mariela Dí­az Alfonso, presidenta de la organización de base,  si pudieran encontrar y adquirir ropa, calzado apropiado para el campo y algunos insumos idóneos machetes, limas, guatacas…, otro empujón tendrí­an la producción y las ventas dirigidas a Acopio y el consumo social.

La cooperativa, Vanguardia Nacional de la ANAP durante el pasado año, aspira a no detener la marcha en cosechas de cultivos varios y la ganaderí­a. La fortaleza suprema está en el hombre entusiasmado con su tierra y las encomiendas productivas. Al cierre de 2019, los ingresos individuales (anticipo, estimulación y pago por resultados) fueron superiores a los 28 000 pesos. Todo es fruto del esfuerzo colectivo, una evidencia que compromete al hombre que se aferra a la riqueza económica que puede lograr el paí­s.    

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