
Estuvo nueve años inactiva. Ni un gramo de asfalto en algo más de 3285 días. Sus viejos hierros se pusieron herrumbrosos y sus operadores fueron a buscarse el sustento en otros lugares. El abandono se enseñoreó del lugar y nada hacía presagiar que la planta de asfalto Osvaldo Herrera volvería a cobrar vida alguna vez.
Sin embargo, gracias al empuje de los hombres fue logrado aquello que parecía un imposible. El 2 de marzo de 2020, aproximadamente a las 5:00 de la tarde, la añeja y obsoleta planta de producir asfalto en caliente echó de su vientre sus primeras ocho toneladas y, cual ave fénix, resurgió de sus propias cenizas.

Fueron días de mucho trabajo, que se tornaron meses. El 13 de diciembre de 2019 comenzó el intenso batallar por echarla de nuevo a la vida activa, y los inconvenientes y problemas se fueron sucediendo unos a continuación de los otros.
Primero fue el tanque de almacenamiento del líquido asfáltico, con capacidad para 55 000 litros. Hallarle solución resultó una verdadera odisea. Luego le siguió la bomba de aceite, que fuera montada desde los años 80 del pasado siglo, y a la que hubo que ponerle cajas de bolas nuevas, entre otros aditamentos, y de ahí le siguió la pizarra eléctrica.
Parecía lo del nunca acabar y cada vez que se creía estar cerca de la meta, fallaba algo. Una última prueba realizada el 30 de diciembre hizo ver que habría que esperar al nuevo año para intentar producir el asfalto que tanto la provincia necesitaba.
Enero y febrero fueron meses de intensas jornadas, y, a pesar de las dificultades, nunca decayó el optimismo de sus trabajadores. Finalmente, el esfuerzo quedó recompensado y aparecieron las benditas primeras ocho toneladas, bien distantes de la posibilidad de las casi 300 diarias, pero asfalto al fin y al cabo.
Este miércoles 4 de marzo la planta produjo 32 toneladas de asfalto, en un ir poco a poco calentando los motores; y como el del ayer, fue empleado en el mejoramiento de la calle Félix Vilariño, esquina a Félix Huergo, en el reparto Capiro, en Santa Clara.

Uno de los artífices de la proeza del asfalto es René González Navarro, el director de la UEB Osvaldo Herrera, quien con su ejemplo y consagración ha compulsado el trabajo de sus hombres. En diálogo con Vanguardia afirmó que de ahora en adelante toca ir corrigiendo los problemas que se vayan presentando:
«Ayer martes, después de nueve años de inactividad, logramos felizmente hacer las primeras ocho toneladas de asfalto y ya la planta está funcionando en todo su conjunto. A partir de ahora no tenemos otra alternativa que caerles detrás a los problemas a medida que se vayan presentando, hasta tanto no logremos una estabilización que nos permita llegar entre las 200 y las 300 toneladas diarias. Los turnos de la planta son largos y sobrepasan las 12 horas, pues se inicia de madrugada con el calentamiento de la mezcla asfáltica y se trabaja en tanto haya luz, pero los hombres responden ».
A esta planta de asfalto en caliente, deben sumársele en los próximos meses dos plantas que están inactivas en Sagua la Grande y una tercera en Remedios, para ir dándole cumplimiento a uno de los compromisos que tiene la Empresa Provincial de Producciones Locales de Materiales de la Construcción (Plomac) para este año 2020, en su objetivo de contribuir a mejorar los viales de la provincia.