La radio en la vida de Minoska

La locutora y periodista Minoska Cadalso Navarro, con su deseo de un amanecer feliz, deviene la primera compañí­a de muchos villaclareños que, mediante Patria, satisfacen bien temprano sus necesidades informativas.

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Claudia Yera Jaime
Claudia Yera Jaime
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14 Marzo 2020

«Muy buenos dí­as, ¿qué tal?, ¿usted amanece bien? », se escucha en voz de mujer por las ondas de la Reina Radial del Centro.

Son las seis en punto de la mañana. La locutora y periodista Minoska Cadalso Navarro, con su deseo de un amanecer feliz, deviene la primera compañí­a de muchos villaclareños que, mediante Patria, satisfacen bien temprano sus necesidades informativas.

(Foto: Carlos Rodrí­guez Torres)

«De lunes a sábado el primer reto es madrugar, cuesta desperezarse, pero cuando llego al estudio el ambiente es contagioso, somos un equipo unido y divertido. Patria es nuestra razón de ser, buscamos dar siempre lo último, divulgar la noticia en tiempo real gracias a la conexión en redes sociales y con otros medios de prensa. Trabajamos con mucho amor y energí­a, para que el oyente comience su dí­a bien contento, y salga a la calle informado y optimista », asegura la locutora que durante años ha guiado el noticiero matinal, acompañada de otros talentos como Alfredo Iturria, Franklin Reinoso, Samuel Urquí­a y Liván Ramos.  

Tras más de 30 años ejerciendo el periodismo, con varios premios, distinciones, misiones internacionalistas y el placer de haber participado en relevantes coberturas, la grandilocuencia no habita en su palmarés: son la modestia y la sabidurí­a forjada con perseverancia  las que guí­an el diálogo.

«En la CMHW nací­ profesionalmente, es mi casa. Comencé como asesora de programas infantiles del Grupo Dramático, aunque la plaza fija apareció en el Departamento Informativo. Soy graduada de Letras, y cuando entré, traí­a una base de asignaturas muy importantes, pero no las herramientas y los saberes propios de redactar una noticia. Lloraba todos los dí­as y me avergonzaba de mi desconocimiento, me rompí­an las cuartillas y algunas reprobaciones rallaban la crueldad », recuerda Minoska.

«Mas, Aldo Isidrón del Valle me tomó de la mano, me enseñó el ABC del periodismo y cómo conducirme en este mundo apasionante. Gracias a él y a otros mentores me fui enamorando, entrenando el llamado olfato periodí­stico, buscando la forma de distinguirme de los demás, de hacerlo diferente; siempre superándome ».

De la redacción del Informativo llegó al móvil y al periodismo en vivo, aunque no era suficiente para compensar sus crecientes necesidades profesionales; Radio Rebelde, en 1996, tení­a un corresponsal en todas las provincias, pero en Villa Clara no habí­a un reportero de manera fija, y aceptó el desafí­o de hacer trascender la noticia desde la ciudad de Marta y el Che.

«Empecé a reportar en medio del ciclón Lili, me querí­a probar y hasta el dí­a de hoy he aprendido mucho, mucho, y aún me instruyo a diario de la profesión, el rigor, la disciplina, el dominio de coberturas nacionales e internacionales. Profesionalmente, crecí­ en Radio Rebelde », asegura.

Periodista del pueblo

«Los periodistas debemos estar bien cerquita de la gente, y evitar la mediocridad y el conformismo », manifiesta.

«Hay que buscar siempre la posibilidad de tajar lo gris, chato y enlatado. Haciendo Radio, desde este año 2020, abrió una sección los martes y jueves que se llama ¿Cómo amanece Cuba?; se tratan temas muy sensibles a la población desde diferentes provincias del paí­s: choferes que no paran, revendedores y precios topados han sido el argumento de transmisiones en vivo que
compensan un poco la inquietud crí­tica, investigadora y opinativa al servicio de la sociedad.

«Agradezco que mis emisoras no estén ajenas a todos los problemas que se están viviendo,
que con penurias y carencias digan la verdad, y mantengan informada a la gente, por más dura que parezca la situación,  por más dura que sea la noticia; que acompañen al pueblo en esta cruzada, que latan junto con la gente que echa para adelante con sueños, esperanzas y convicciones ».

Minoska, muy joven, al centro, frente a Fidel, en una de las coberturas más importantes de su vida profesional. (Foto: Manuel de Feria)

Minoska no cree en temas tabúes ni autocensura; pero cada situación que le impone su labor la sitúa en contexto. «Se puede hablar de todo cuidando el cómo, solo hay que proponérselo, y elegir el momento y la plataforma adecuada. No podemos olvidar que esta isla está cercada, asediada, y nunca  el periodismo que se hace aquí­ será igual al de otro paí­s del mundo », afirma.

«Hemos crecido con el bloqueo, y muchas veces no interiorizamos lo que significa y las peripecias que hacemos para que nos llegue un poquito de alimentos o de combustible, un dí­a saldrán a la luz las historias, las razones detrás de los silencios ».

Se considera una viciosa de las redes sociales. «El periodista que no se sustenta en los avances de las tecnologí­as y las comunicaciones no existe sentencia. Radio Rebelde me obligó
a trabajar en Facebook y Twitter, a construir en la web la noticia minuto a minuto con audio, texto e imágenes. Internet nos ha permitido visibilizar los  medios provinciales, ganar audiencias de todo el orbe. Hay un señor en Tampa que todos los dí­as escucha Patria, pues la radio es hábito, costumbre, arraigo ».

Sobre la validez de su trabajo como profesional de la palabra en los tiempos que corren, declara: «Aunque cualquiera puede publicar y “dar el palo”, la primicia, a un periodista se le conoce por la redacción, la preparación, la acuciosidad, la investigación implí­cita en su mensaje; ante las falsas noticias siempre hay que ir a las fuentes más confiables ».

(Foto: Carlos Rodrí­guez Torres)

Su responsabilidad social se acrecienta como diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular. «Estoy en la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer. Ello me ha permitido conversar con la gente, saber sus razones, ahondar en los detalles; eso le roba tiempo al periodismo; pero me complementa, me permite investigar y nutrirme, realizar mejores trabajos.

«También me ha brindado la oportunidad de adentrarme en la realidad de muchas féminas cubanas y poder asegurar que lo que hemos logrado es tremendo. Ahora en septiembre se cumplen 30 años de la creación de la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia en Villa Clara, la primera que se fundó en Cuba, y que tanto ha hecho en pos de la superación femenina, la erradicación de la violencia de género y la forja de la igualdad.

«Queda mucho por hacer, aún hay discriminación, violencia doméstica solapada, mucho machismo, sobre todo en zonas rurales, y, a veces, nosotras mismas nos limitamos a la sombra de un hombre proveedor. Esas actitudes retrógradas y denigrantes las debemos combatir », mensaje de extraordinaria significación en estas jornadas en que celebramos el Dí­a Internacional de la Mujer.

El éxito de la humildad

Galardonada recientemente con el Premio Provincial de Periodismo por la Obra de la Vida Roberto González Quesada, Minoska Cadalso Navarro desborda sencillez y compromiso con su gremio: «Una no trabaja para premios, pero cuando los recibe son muy bienvenidos; me siento feliz porque es el reconocimiento de mis colegas ».

Aunque el éxito profesional siempre acarrea un costo personal, y viene ataviado de lágrimas y emociones. «En la retaguardia siempre ha estado mi mamá, tiene ya 76 años; por cuestiones de trabajo en muchas ocasiones me iba tempranito y regresaba de madrugada, habí­a dí­as en los que no veí­a a mi hija. Muchas veces no pasamos el tiempo que querrí­amos con nuestros seres queridos y al final te lo reprochas. Ejercer el periodismo requiere de auxilio, consejo, valor
y voluntad; de una familia que se erija sobre el sacrificio y la entrega ».

Yudí­ Rodrí­guez Hernández, miembro del Comité Central y primera secretaria del Partido en Villa Clara, junto a otras autoridades del territorio, felicita a Minoska y el colectivo de Patria, a propósito del aniversario 28 del noticiario matutino. (Foto: Ramón ívalos Rodrí­guez)

Para ella, la clave del éxito está en permanecer abierta a todo tipo de saberes, escuchar
las voces de la experiencia, leer, no irse nunca con la primera, contrastar fuentes hasta el cansancio para encontrar la credibilidad y ganar fidelidad, mirar todo con el ojo avizor del periodista.

«Me preparo mucho. Hay quienes desdeñan las coberturas pequeñas, yo no, considero que cualquier cobertura y entrevista me alimenta moral e intelectualmente. Me encanta oí­r a la gente, hacer crónicas e historias de vida. No he perdido la capacidad de asombrarme, conmoverme, emocionarme. Creo que cada dí­a soy más sensible ante lo que me circunda ».
Y su risa contagiosa culmina la entrevista.

Con extraordinaria humildad y respeto para con los lectores confi esa: «Soy una mujer que habla con la gente desde la radio, no me pongas a hablar en público porque no me gusta y no sé. La radio ha sido mi vida ».

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